Son los tréboles de cuatro hojas de este deporte y están presentes en la mayoría de clubes humildes. El U. D. Torrecera, sin ir más lejos, se sostiene gracias a su labor desinteresada.
Louis Bever, fotógrafo afincado en Londres, ha dedicado los últimos meses de su carrera a plasmar sus dos pasiones en cada uno de sus trabajos: arte y fútbol.
Nos gustan los quioscos porque resisten y se rebelan. Cargan con una presión insoportable y una responsabilidad preciosa: sostener el recuerdo de un hábito.
Hay una serie de jugadores muy queridos que tenían dos cosas en común. La gente les trataba de usted y vestían la camiseta por dentro. Les echamos de menos.
Se producen demasiados lanzamientos de camisetas como para que edición especial signifique ya algo. Aunque esas prendas últimamente protagonizan fotos icónicas.
Un aficionado fue premiado en los The Best. Su cántico y su indumentaria despertaron las risas del público. Como si los raros no fueran ellos por ir de etiqueta.
Muchos partidos a la misma hora y en una sola pantalla. Sinónimo de felicidad para los fetichistas que cantan los goles del Barça, el Madrid y el Dnipro la misma noche.