Hay muchos aficionados al fútbol que, cuando hay partido, necesitan ir al campo, al bar, juntarse con los amigos. Luego están los que eligen la soledad, ya sea para celebrar un gol o llorar una derrota
Ronaldinho debutó en el Camp Nou contra el Sevilla en un partido que se jugó de madrugada. Ya era muy tarde para hacer ruido, pero el brasileño subió el volumen con un trallazo inolvidable.
El delantero de la Real estiró la pierna para hacer explotar el pase de Cucurella y en cuanto el balón salió en llamas hacia la portería supo que había sido el escogido.
Un buen delantero centro es algo breve y normal. Un buen delantero centro es una frase sin adjetivos. Un buen delantero centro es una tostada con sal y aceite. Un buen delantero centro es Ollie Watkins.
Verano de 2008. Basilea. Cuartos de final de la Eurocopa. El mundo se prepara para descubrir a Arshavin. Y el pequeño genio de San Petersburgo obedece sin rechistar.
Si preguntan qué es lo mejor que puedes hacer con un balón, nadie contestaría lo que Kroos lleva contestando los últimos 15 años: lo mejor que puedes hacer es pasárselo a otro.