España se juega su billete a la Final Four de la Nations League en un campo de lo más estrambótico. Pero no es el único estadio en el mundo que da que hablar por su sorprendente fisonomía.
Las catedrales se construyen para la eternidad. Para quien las tema o las adore, siempre estarán ahí. San Siro ya sabe que no es un duomo porque no durará para siempre.