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Lookman no suelta la pelota

El Atalanta levantó su primer título europeo tras un partido en el que las cámaras enfocaron al número '11' y el número '11' respondió haciendo explotar los bares de Dublín

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Si mirás bien, Lookman no suelta la pelota. Ni durante los 90 minutos, ni durante la entrega de premios. La abraza. Tal vez con el mismo amor con el que se trataron en el tiempo regular, pero ahora con la sonrisa de un vencedor, con la alegría de un campeón y con la gloria de escribir la historia. Primer título europeo para Atalanta, que goleó 3-0 ante el invicto Bayern Leverkusen, en un partido en donde las cámaras enfocaron al número ’11’ y el número ’11’ respondió explotando los bares de Dublín.

La historia de Ademola Lookman Olajade Alade Aylola Lookman se pueda contar de varias maneras. Haciendo referencia a su pasado: nació en Inglaterra y fue campeón sub-20 en Corea del Sur 2017. O por sus elecciones: el 22 de marzo del 2022 prefirió su sangre y se puso la camiseta de Nigeria, en donde salió campeón meses después de la Copa África 2023, que se disputó en Costa de Marfil. O por su presente: lleva 30 goles en 76 partidos y es uno de los cinco futbolistas en la historia en marcar un triplete en una final europea de clubes.

Pero durante las últimas horas hay algo que eclipsa sus números y sus logros, y que la policía que copó el centro de la capital de Irlanda no pudo contener. La fiesta típica de Dublín un miércoles por la noche se tiño de azul y negro, y la música comenzó a sonar en italiano. El corazón de la celebración se llevó a cabo en el mítico Temple Bar. Pero en el original, no en el que tienes cerca de tu ciudad. El que creó uno de las familias inglesas más importantes del siglo XVI y que fue tomado este 22 de mayo del 2024 por un grupo de hinchas que fueron testigos de la historia del Atalanta y que le rindieron culto sin importar los 10 euros que valía cada pinta (medio litro) de cerveza regular. Tal vez, el vaso más caro de Europa, pero con un sabor único: el de campeón.

 

Gracias a Lookman, Dublín se fue a dormir con una impronta italiana: bufandas y banderas del Atalanta en varios rincones, barriles vacíos en los bares y una canción que se repite en loop 

 

Mientras las agujas marcaban la una de la madrugada ya del 23 de mayo, los pubs cerraban sus barras y la búsqueda por más fiesta y alcohol se escuchaba en las calles. La historia de Irlanda es muy amplia y variada, en especial por las muchas invasiones por las que pasó esta isla a lo largo de su existencia: celtas, vikingos, normandos, británicos, entre otros pueblos extranjeros aportaron a la construcción de la identidad irlandesa a través de los años y dejaron su huella en la arquitectura, la cultura y las tradiciones de este pintoresco país europeo. Y ahora, gracias a Lookman, la ciudad se fue a dormir con una impronta italiana: bufandas y banderas del Atalanta en varios rincones, barriles vacíos en los bares y una canción que se repite en loop entre los testigos de la fiesta. Por un momento, el centro de Dublín fue tomado por un conjunto de tanos, que celebraban su conquista, mientras algunos alemán derrotados buscaban en la cerveza varias respuestas.

Horas después, la ciudad despertó y volvió a la rutina cotidiana. Personas de trajes entrando a oficinas, los tours turísticos recorriendo la ciudad y los futboleros despertando con resaca antes de las diez para poder hacer el check out de sus hoteles. Los diarios se centran en él: Lookman. El que se llevó no solo la pelota, sino los flashes del partido. El que en la entrada en calor practicó con su propio arquero el segundo gol que haría minutos más tarde. El que durante el pasillo con el que sus compañeros felicitaron al conjunto alemán no pudo aplaudir al subcampeón porque sus dos manos estaban ocupadas en seguir dándole amor a la pelota. El que tiró caño y gambeta. El que regaló fútbol en un presente donde las finales se convirtieron en partidas de ajedrez. Si miras bien, Lookman no suelta la pelota y tampoco queremos que lo haga.

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Fotografías de Getty Images y Alvaro Nanton.