Cuando parecía que su sonrisa se apagaba, el brasileño renació en Belo Horizonte para conquistar el título que le faltaba, la Copa Libertadores con Atlético Mineiro.
Ronaldinho debutó en el Camp Nou contra el Sevilla en un partido que se jugó de madrugada. Ya era muy tarde para hacer ruido, pero el brasileño subió el volumen con un trallazo inolvidable.