El próximo sábado 20 de noviembre se celebra en el Palau de la Música de Valencia la Red Bull Street Style Final 2021. Los mejores freestylers del mundo deleitarán a un público que desde 2019 no había podido llenar las gradas. Hablamos con el cuatro veces campeón de España, Javier Sanz (Javifreestyle), para que nos cuente su experiencia, su paso de competidor a juez y cómo funciona un deporte en auge que tiene a la pelota como eje central.
¿Quién es Javier Sanz Aguilar?
Un freestayler profesional que lleva ya unos doce años en este mundillo. Ahora he pegado el salto de lo que es competir y estar encima de la tarima, a juzgar. Me dedico a analizar los movimientos de los que un día fueron mis compañeros de competición intentando ser lo más justo posible.
Futbolero desde muy pequeño, ¿cómo empieza tu relación con el mundo del freestyle?
Todo empezó entre los años 2006 y 2008, cuando vi la campaña publicitaria de Joga bonito con jugadores como Ronaldinho, Cristiano o Ibrahimovic. Recuerdo que hicieron como una especie de juego donde debías subir un vídeo en el que el balón entrara por un lado de la pantalla y saliera por el otro mientras tú hacías algún truco. Me dije: ‘Voy a intentarlo’. En ese momento mi récord de toques podría ser de 20, era malísimo. Estuve entrenando para subir el vídeo y cuando lo hice, me pregunté que por qué no seguía investigando sobre este deporte. Descubrí que había mucha gente que lo practicaba y poco a poco me fui enganchando.
Has sido cuatro veces campeón de España. ¿Para lograrlo, cuántas horas al día tenías que dedicarle al freestyle?
Cuando estás compitiendo y enfocado en llegar a lo más alto posible, tienes que darle entre tres y cuatro horas diarias, con un día de descanso a la semana. Durante lo últimos años esto se ha profesionalizado mucho más. Cuando empezamos, el nivel era tan bajo que no requería un esfuerzo tan grande. Ahora que hay trucos que son prácticamente de atleta, los freestylers ya no solo entrenan con balón, también tienen nutricionistas, horas de gimnasio, y a lo mejor entrenan más de cinco horas al día.
Además de freestyler, también podría decirse que eres youtuber. ¿En España se puede vivir del freestyle? ¿Qué les dirías a los chavales que te siguen y quieren seguir tus pasos?
Sí, he hecho un poco esta transición. En el año 2015 conocí a Delantero09, uno de los youtubers de fútbol más famosos a nivel mundial. Empecé a grabar cosillas con él y me insistía en que me hiciera un canal y subiera contenido. Al principio pensé que no era lo mío, pero después de tres años, dije: ‘Venga va, lo hago’. Y desde entonces ahí estamos. Vivir únicamente del freestyle es algo muy complicado. A día de hoy no hay muchos eventos donde requieran freestylers, por lo que para vivir cómodamente de esto no te da. Hay que compaginarlo con otra cosa.
A los chavales les diría que, como el freestyle es libertad absoluta, crearan sus propios trucos. Que, aunque tengan a sus ídolos, hagan del freestyle algo completamente diferente y se creen su propio camino. En este mundo eres alguien cuando aportas algo nuevo.
“Aquí cuando compites tienes un elemento externo que es el balón; si se te cae, no puedes disimularlo”
Los que han llegado a la final del próximo día 20, han competido previamente delante de un ordenador haciendo batallas online. Ahora volverá el público por primera vez desde 2019. ¿Cómo influye el ambiente de la grada en los profesionales del freestyle?
Cuando compites a través del ordenador tienes que subir un contenido que no es en directo. No es lo mismo enseñar tus trucos con la presión que puede suponer un escenario, que poner tu cámara y repetirlo muchas veces hasta que te salga. Yo me solía poner nervioso los días previos a la competición, pero cuando llegas al escenario y empiezas a golpear el balón, vuelas. Desconectas. Aunque haya gente que controle mejor sus emociones, creo que todo el mundo se pone nervioso antes de una competición.
Recuerdo que en el Fifa Street, cuando un jugador completaba tres regates conseguía un combo que le aportaba una potencia fuera de lo normal para poder hacer un disparo imparable. ¿Os pasa lo mismo cuando completáis trucos complicados en un campeonato? ¿Os venís arriba y decís: “Buah, soy imparable”?
Cuando estás en el escenario y empiezas a encadenar trucos, tu confianza aumenta y acabas haciendo las mejores batallas. Aquí cuando compites tienes un elemento externo que es el balón; si se te cae, no puedes disimularlo. No es como en el baile donde controlas solo tu cuerpo. Es realmente duro remontar la presión de cuando se te ha ido la pelota, pero, en cambio, si encadenas trucos, hay momentos en los que te creces y sacas cosas que a lo mejor las habías guardado para no arriesgar. Puedes hacer trucos que no te esperas.
Estarás en esta final, pero esta vez desde el otro lado, siendo tú el que dictamine las actuaciones. Sabemos que se compite durante tres minutos en un uno contra uno, pero ¿cómo funcionan las puntuaciones en una competición de freestyle?
En esta competición de Red Bull, los jueces nos dividimos los papeles entre ejecución, control, dificultad… Cada uno juzga un determinado aspecto. No se valora la batalla de forma general y se dice quién gana, sino que debemos centrarnos en esos detalles. A mí esta vez me ha tocado la ejecución, así que analizaré si los trucos están bien ejecutados o si están sucios y no deberían contar. Cada juez tiene su papel y al final entre todos elegimos directamente al ganador, no se va puntuando del 1 al 10 ni nada.
El actual campeón del Mundo masculino es noruego y en la categoría femenina es francesa. ¿Cómo está España con respecto a otros países? ¿Y Brasil, que siempre ha sido la cuna de Joga bonito?
España está creciendo bastante, pero no le ha dado para clasificarse para este Mundial. Ahora mismo hay chavales que están creando un buen camino y que de aquí a dos años pueden estar en lo alto. Aunque hay que reconocer que a día de hoy el campeón del mundo está muy por encima de muchos países. Erlend ha sido el único en repetir título, nunca nadie había ganado dos mundiales consecutivos, y ahora vuelve a ser favorito. Compite también su hermano, y el año pasado se enfrentaron en la final. Esto ocurre porque como el campeón se clasifica directamente, hay un hueco que puede ocuparlo por otra persona del país. En este caso fue su hermano.
Brasil ganó el último campeonato presencial en Miami 2019. El chaval eliminó a Erlend y fue una sorpresa espectacular. A día de hoy compite un chico llamado Gabriel y en el otro campeonato del mundo del pasado agosto, un torneo que no tiene nada que ver con Red Bull, llegó bastante lejos. No sé si dará la sorpresa, pero puede hacerlo muy bien.
Jugadores como Neymar o, en su momento, Ronaldinho, han demostrado que en el fútbol hay espacio para los malabares. ¿Qué importancia tienen para vosotros este tipo de futbolistas?
Dan a conocer nuestro deporte. Aunque el nivel de los trucos que hagan sea muy básico, gracias a ellos mucha gente se ha convertido en freestyler. Yo, por ejemplo, comencé por Ronaldinho. Si no lo veo haciendo esas cosas, a lo mejor ni me planteo qué era el freestyle. Es una buena manera de alcanzar a nuevas generaciones y que empiecen a interesarse por este deporte.
Se dice muy a menudo, y al menos en mi caso no falta razón, que los periodistas deportivos somos futbolistas frustrados. ¿Pasa lo mismo con los freestylers?
Nuestro sueño de pequeño siempre fue ser futbolistas, pero de ahí ser ‘futbolistas frustrados’, no lo consideraría. Para ser futbolista no solo tienes que ser el mejor, tienes que tener también mucha suerte. Así que nosotros, al fin y al cabo, hemos descubierto otra forma de relación con el balón, que en definitiva es lo que nos apasiona.
“Hay gente que es malísima jugando al fútbol y luego ha llegado lejos en el mundo del freestyle”
Cuando juegas una pachanga, ¿cómo se pueden aplicar elementos del freestyle y a la vez seguir siendo eficientes?
El freestyle tiene diferentes ramas, una de ellas se centra en los regates, en mover el balón en el suelo. Todos esos movimientos te pueden ayudar en la cancha porque te dan mucha más agilidad con la pelota y con los pies. Yo siempre digo que, aunque el freestyle no sirva para el fútbol, siempre te va a ayudar. Te aporta una técnica que un futbolista normal no tiene, por lo que es algo que suma en tu manera de jugar.
¿Para ser un buen freestyler hay que ser buen futbolista?
Para nada. Hay gente que es malísima jugando al fútbol y luego ha llegado lejos en el mundo del freestyle. En el fútbol tú tienes que saber posicionarte y entender el juego. En un partido puedes haber tocado el balón cuatro veces, pero si estás bien colocado en tu posición y manejas esos aspectos, eres un crack. Aquí en el freestyle solo eres tú y el balón. No tienes que preocuparte de nada más. Si eres habilidoso con la pelota, es suficiente.
Cuando estáis compitiendo, ¿lleváis pensado de casa los trucos que tenéis que hacer o es la inspiración la que hace su trabajo? Porque, si es así, debéis pensar muy rápido, ¿no?
Cuando vas a una competición llevas ya todos los trucos preparados. No va a pasar que estés compitiendo y de repente digas: ‘Qué acabo de hacer que no lo sé ni yo’. Lo único que ocurre es que tienes que tener la mente fresca para saber en qué momento vas a ir sacándolos. Fijarte en tu oponente y en base a lo que él va haciendo, tú vas sacando las cartas. En un campeonato hay cinco batallas y una de las cosas que se valoran mucho es ir renovando los trucos en cada ronda, por lo que saber gestionarse es muy importante.
El freestyle tiene mucha relación con el breakdance y también similitudes con las batallas de gallos. ¿Por qué crees que este tipo de disciplinas urbanas están un poco estigmatizadas?
Creo que puede ser por la modalidad de enfrentamiento que hay. Aquí se califican las cualidades que tiene una persona concreta, por lo que tienes que enfrentarlas una a una para poder valorarlas. Nosotros llamamos ‘sparts’ a estas disciplinas, porque son una mezcla de deporte y arte. En breakdance la dinámica es la misma, tienes el escenario circular, el uno contra uno y las rondas. También cuando tenemos que entrenar, muchas veces nos han echado diciéndonos que nos fuéramos a un espacio habilitado. Pero, vamos a una pista de fútbol y están jugando, así que, ¿cuál es nuestro espacio?
Hace poco hemos sabido que el breakdance será deporte olímpico en París 2024. ¿Crees que algún día vosotros podréis llegar también a unas olimpiadas?
Desde que el breakdance ha entrado en las olimpiadas, creo que cualquier deporte relacionado con esta disciplina va a poder hacerlo. Hay determinados deportes que ya prácticamente ni se practican, por lo que deben actualizarse e incluir otros que están más en el día a día. Hace diez años la gente no sabía lo que era el freestyle, ahora ya no ocurre tanto, por lo que no descarto que de aquí a unos años podamos estar en unas olimpiadas. ¿En qué momento se empieza a considerar una disciplina como deporte? Esto cansa mucho, por eso las batallas son tan cortas.
En el mundo del freestyle es mucho mayor el porcentaje de hombres que de mujeres. ¿Cómo crees que está siendo el papel de la mujer en esta disciplina? ¿Piensas que pronto podremos ver las primeras competiciones mixtas?
El número de participantes femeninas está creciendo mucho y cada vez hay más chicas que están entrando en este deporte. Las diferencias físicas existentes entre hombres y mujeres también hacen que su freestyle sea muy diferente. Por ejemplo, en el femenino, se suelen ver trucos muchos más estéticos o flexibles, mientras que, en el masculino, se ven ejercicios más físicos. A día de hoy no podemos mezclar competiciones porque el salto de nivel es considerable, pero en unos años podría ser. Cuantas más competidoras haya, mayor será el nivel. Se nota mucho el incremento de mujeres en países latinoamericanos y asiáticos como Japón.

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Fotografía de portada de Stain García.