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Suave es la noche

Ronaldinho debutó en el Camp Nou contra el Sevilla en un partido que se jugó de madrugada. Ya era muy tarde para hacer ruido, pero el brasileño subió el volumen con un trallazo inolvidable

Este texto está extraído de la sección Football Review del #Panenka94


La noche es un animal peligroso. Pasan los años y los seres humanos, con el poso de la experiencia, aprendemos a gestionar con una cierta destreza casi cualquier cosa. Pero la noche… No. La noche permanece inmanejable. Es la eterna cuenta pendiente. ¿Acaso hay una edad a partir de la cual uno deja de arrepentirse por haber salido al despertarse con una buena resaca?

Con esa bestia indómita pululando sobre sus cabezas, Barcelona y Sevilla se preparan para medirse en el Camp Nou en un partido correspondiente a la segunda jornada de liga. Son las 00:05. La noche después de la noche. 80.237 espectadores arremolinados en torno al césped del estadio intentan salvaguardar la fogosidad de un día que, en realidad, la hora ha mandado, desde hace ya rato, al foso del calendario. Ayudan a sostener el cuento los vasos gratis de gazpacho que reparten los trabajadores del club azulgrana a modo de disculpa. Catalanes y andaluces no se han puesto de acuerdo y eso ha llevado la disputa del encuentro hasta los márgenes del reloj; la petición ‘culé’ de avanzar el choque al martes 2 de septiembre por la marcha de sus internacionales fue rechazada por un Sevilla que se acogió a su derecho de descansar 48 horas después de su último partido, a lo que el cuadro local replicó convocando el duelo para la madrugada del miércoles, solo cinco minutos más tarde de que se cumpliera exactamente ese periodo de reposo.

Aunque hay motivos de sobra para querer estar despierto. El más goloso, presenciar el debut oficial de Ronaldinho ante su afición, el malabarista brasileño por el que Laporta acaba de pagar 27 millones de euros al PSG. Es como si F. Scott Fitzgerald te citara en la barra de una coctelería a las tantas para revelarte en exclusiva todos los secretos de Dick Diver, el sujeto que protagonizará su próxima novela. ¿En serio preferirías quedarte en la cama? Ni pensarlo. Y suerte que no lo has hecho, porque, regresando al campo, la nueva estrella del Barça recoge el balón, reduce a escombros a dos rivales con dos regates y suelta un cañonazo desde su casa que bien vale una semana sin pegar ojo. El ruido celestial que produce el golpe de la pelota contra el travesaño antes de estallar en la red da la razón a Edward Young cuando dice que, superado el momento de la cena, y con toda la velada por delante, “hasta un ateo cree a medias en Dios” .

 

La nueva estrella del Barça recoge el balón, reduce a escombros a dos rivales con dos regates y suelta un cañonazo desde su casa que bien vale una semana sin pegar ojo

 

Eso ocurre, sin embargo, después de que los visitantes hayan estrenado el marcador con un penalti que Reyes ha ejecutado con éxito. Los jugadores de Caparrós no se dejarán intimidar ni tras el empate y acabarán arrancando un punto. Aunque, si te paras a rumiarlo, es lógico que sea así: Pablo Alfaro, Javi Navarro, Julio Baptista o Darío Silva conforman el escuadrón perfecto para irte de copas a cualquier antro de las afueras y no pasar ni un poco de miedo.

La contienda, por cierto, no se televisa. Las operadoras no la consideran lo suficientemente atractiva. Visto lo que acaba sucediendo, habría que concluir que, antes que intentar domarla, a la noche podríamos empezar por no subestimarla.

 


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Fotografías de Getty Images.