Panamá disputará un Mundial por primera vez en su historia. La selección caribeña jamás había estado presente entre las mejores y, en Rusia, debutará con todos los honores. Según estudios recientes alrededor de un 25% de los ciudadanos panameños, ni estudian ni trabajan. Un dato que se multiplicará, de facto, durante el mes de junio, cuando el país entero esté anclado a sus televisores para ver tan relevante momento de su historia.
La nación centroamericana siempre ha sido conocida por un famoso hito de la ingeniería, el Canal de Panamá, que atraviesa su centro y une los océanos Atlántico y Pacífico para crear una ruta marítima crucial. Pero, si el país ha copado portadas de periódicos últimamente, es por un motivo bien diferente: sus papeles. O lo que es lo mismo, la mayor filtración de documentos de la historia. Unas revelaciones que pusieron en el mapa al pequeño territorio mundialista y a miles de personalidades famosas que vieron como quedaban al descubierto sus negocios afincados en paraísos fiscales.
Dos años después, Panamá vuelve a ser noticia y por fin lo es por un motivo por el que sus ciudadanos puedan estar orgullosos: estar entre las 32 mejores selecciones de fútbol del mundo por primera vez. Se aseguraron la clasificación tras vencer 2-1 a Costa Rica en la última jornada del hexagonal final de Concacaf. Gracias a aquella victoria, los Canaleros se quedaron con el último boleto de la Zona Norte, Centroamérica y Caribe, dejando fuera a Honduras y EE.UU.. Sus vecinos fronterizos son Colombia y Costa Rica y también estarán en Rusia, lo que permite a los panameños enfrentarse al reto de ser mejor que ellos en el torneo, un aliciente líquido.
En realidad, la única consigna es disfrutar del Mundial sin ninguna presión, y sumar algún punto ya sería todo un éxito en su primera participación. Quizá sea la cenicienta de la competición, pero su vecino Costa Rica ya demostró en el pasado que cualquiera puede dar la sorpresa. Veremos si Panamá también es capaz de hacer un buen papel.
