Hace unos días supimos que Eduardo Zaplana había ocultado más de diez millones de euros en Panamá. La Guardia Civil detuvo en Valencia al exministro del PP acusado de blanqueo y delito fiscal. La justicia lo investiga por esos 10,5 millones que supuestamente cobró en sobornos durante su etapa como presidente de la Generalitat Valenciana y que ocultó en Panamá a través de empresas gestionadas desde Uruguay. Siempre Panamá. Un país que, fuera de lo futbolístico, ha copado titulares en los últimos años. Rodrigo Rato, José Manuel Soria, Bertín Osborne, Pilar de Borbón, Pedro Almodóvar, Miguel Blesa, Àlex Criville o la familia Thyssen son solo algunos de los españoles que han visto sus nombres relacionados con los famosos Papeles de Panamá.
Cabe recordar que el hecho de tener dinero en bancos panameños o empresas con sede en el país no es un delito. Si bien es cierto que, en el caso de Zaplana, como en tantos otros, parece obvio el presunto interés por ocultar su fortuna. Lo gordo es que, también en 2018, hemos conocido que la Unión Europea ha borrado de su lista de paraísos fiscales a Panamá. En enero, el país salió de la lista negra junto a otros países como Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Barbados, Granada, Macao, Mongolia y Túnez. Tras una serie de compromisos adquiridos, estas naciones pasan a formar parte de la lista gris, que incluye a aquellas jurisdicciones que no cooperan en materia de fiscalidad con la Unión Europea pero que se han comprometido a tomar medidas para corregir esta situación.
En Rusia, Panamá coincidirá en el grupo G con Túnez, otro de los que han pasado a esa lista gris. En cuanto a opacidad está claro que son potencias mundiales, pero en el Mundial está por ver si son capaces de ofrecer unas garantías futbolísticas a la altura de su fiscalidad.