Por dar un paso más en equidad. A partir de este año, las empresas islandesas con más de 25 empleados con diferencia salarial entre hombres y mujeres se enfrentan a duras sanciones económicas. Un nuevo avance aleccionador a nivel político del país, que se ha distinguido en los últimos tiempos por ser una de las democracias más avanzadas y depuradas de Europa. Al igual que ha sucedido con el fútbol, Islandia demuestra que para dar ejemplo no hace falta tener un gran tamaño, sino estar cargado de buenas intenciones.