Ha perdido un único partido en diez jornadas. No hay nadie con mejores números en Alemania. El humilde equipo de la capital tiene un plan, y está sabiendo ejecutarlo.
El público se ha convertido en parte del espectáculo y, en tanto que factor determinante para el resultado de un partido, un actor más, de importancia comparable a la de cualquier futbolista.
Hablamos de uno de los jugadores más especiales del momento, precisamente porque además de embestir como un toro hacia el espacio, maneja la pelota como si fuera el que torea.