En un mercado caracterizado por el dominio habitual de la Premier League y por el alzamiento del capital saudí como nueva amenaza de este extraño futbol moderno, un rumor que venía cogiendo fuerza en las últimas ventanas de traspasos se terminó convirtiendo en realidad. Harry Kane, el flamante capitán del Tottenham, hizo las maletas desde Londres, solo que no para quedarse en Inglaterra como muchos pensaban, sino para mudarse a Múnich, después de que los bávaros desembolsasen 100 millones de euros más 20 en variables. Estoy seguro de que muchos pensamos lo mismo al ver la noticia: “Joder, después de tantos años de sinsabores en los ‘Spurs’, Harry por fin va a ganar su primer título”. No es de extrañar que uno se imaginase esto tras fichar por el club más laureado de la historia de Alemania, que lleva once años seguidos ganando al menos un título y dominando con mano de hierro la liga sin dar casi ninguna oportunidad a sus rivales.
Todo parecía listo para que el 12 de agosto, unas horas después de que se hiciese oficial su traspaso al Bayern, Kane levantase ese ansiado primer trofeo que tantos y tantos años se le llevaba resistiendo. A toda esta historia solo le faltó un pequeño detalle: que el RB Leipzig no ganase 0-3 en el Allianz Arena la Supercopa Alemana con una hat-trick de un excelso Dani Olmo. Por cierto, que el tercero lo marcó solo cuatro minutos después de que Kane hiciese su debut. Lo que parecía un cuento de hadas en su primer día en el Bayern terminó convirtiéndose en la mítica película de terror mala que todos hemos visto por aburrimiento en el sofá de casa. Este fantasma de los títulos que persiguió a Kane sin descanso durante su longeva etapa en los ‘Spurs’ parecía haber alquilado un piso en Múnich, muy cerca de su querido amigo Harry.
A pesar de este tropiezo inicial, es innegable que Harry Kane ha caído de pie en Alemania. Sus 26 goles y siete asistencias en 17 partidos hablan por sí solos. Estamos ante un jugador que prácticamente está promediando dos goles por partido con el Bayern y que ha sido el único de toda la historia de la Bundesliga en marcar 18 goles en 12 partidos. Se ha convertido en la figura principal del conjunto bávaro en el poco tiempo que lleva. Pero, como todos sabemos en el fútbol, los números muchas veces no sirven de nada.
Todo parecía listo para que unas horas después de que se hiciese oficial su traspaso al Bayern, Kane levantase ese ansiado primer trofeo. Solo faltó un pequeño detalle: que el Leipzig no ganase 0-3 en el Allianz Arena la Supercopa Alemana
Parece que este fantasma consagrado como fan acérrimo del inglés decidió acompañarle a otra competición más, porque al tremendo susto provocado en la Supercopa tenemos que sumarle la paranormal derrota sufrida en copa con el FC Saarbrücken, equipo que actualmente milita en la tercera división alemana. Lo que tendría que haber sido un partido de trámite en el que Kane ni siquiera saltó al campo, terminó convirtiéndose en una nueva pesadilla después de que prácticamente en la última jugada del partido, el Saarbrücken remontase a todo un Bayern de Múnich para llevarse el partido por 2-1 en el 93’ y apearlo del torneo. En la Bundesliga la verdad es que las cosas van bien, pero lo cierto es que podrían ir mejor. Este extraño poltergeist que parece ir pegado a la figura de Kane allá a donde vaya está provocando que, a pesar de llevar 32 puntos de 36 posibles, a Xabi Alonso le haya dado por hacer historia este año con el Bayer Leverkusen firmando un inicio de Bundesliga casi perfecto con 34 puntos.
Lo de Kane y los títulos es algo que ya viene de largo y que a los más puretas de este deporte va cansando un poco. ¿Cómo puede ser que uno de los máximos goleadores de la última década todavía no haya conseguido ganar ni un mísero trofeo? Ya lo dijo Sergio V. Jodar sobre su figura en Panenka: “La meritocracia no existe. Nada depende de un solo individuo”. Podemos achacar esta falta de títulos al hecho de haber formado parte del único club del Big Six inglés que no ha sido capaz de levantar un trofeo desde que Kane entró a formar parte de la élite del fútbol británico. Si nos ponemos un poco exquisitos, podemos decir que en 2019 consiguió levantar la Audi Cup, pero vaya, que un título de pretemporada tiene el mismo valor que los que ganas en el Modo Carrera del FIFA. Tampoco es demasiado normal que de las cinco finales que ha disputado se haya hecho un rosco completo de derrotas: a la más reciente en la Supercopa hay que sumarle las de una final de Champions, dos copas de la liga y una Eurocopa.
Lo de Kane y los títulos es algo que ya viene de largo. ¿Cómo puede ser que uno de los máximos goleadores de la última década todavía no haya conseguido ganar ni un mísero trofeo?
Esta última quizás haya sido la más sangrante, por el escenario, por el contexto y porque la última vez que Inglaterra había pisado una final internacional había sido en el Mundial del 66. Con un Wembley lleno de ingleses y con todo un país en vilo por el encuentro, los ‘Three Lions’, con Kane como capitán, no fueron capaces de resolver el decisivo encuentro ante una Italia que se acabaría llevando el partido en los penaltis. Una vez más el infortunio volvió a cruzarse con Kane. Ni el hecho de que aquella fuera para muchos la mejor generación que el fútbol inglés ha visto en décadas, fue capaz de sacarle el polvo a la vacía vitrina de Harry, para que orgulloso pusiese su primera pieza a la colección.
Por sacarle puntilla hasta el ultimísimo detalle de esta amplia sucesión de infortunios, desde la creación de la Premier League únicamente tres equipos fuera del Big Six han logrado levantar el trofeo: el Leeds en el 92, el Blackburn Rovers en el 95 y el más reciente y recordado por todos, el Leicester en el 2016. ¿Cuál fue el principal perseguidor de los ‘Foxes’ en esa temporada histórica? Efectivamente, el Tottenham de Harry Kane. Ni tan siquiera en la única temporada de este siglo en la que a ninguno de los grandes de Inglaterra les dio por pelear la Premier hasta el final, al bueno de Harry le acompañó la suerte. Por aquel entonces las casas de apuestas británicas decían que era más probable que Elvis Presley siguiese vivo a que el Leicester ganase la liga. Estoy seguro de que Kane hubiese deseado con todas sus fuerzas que el rey del Rock ‘n’ Roll resurgiese de la tumba.
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Fotografía de Getty Images.