Clavado en el medio de la tabla de Segunda, el Burgos ha llegado a ser el mejor local y a la vez el peor equipo visitante de la competición. La explicación se encuentra en las gargantas de sus aficionados.
Esos que te apoyan su palma en el hombro y te dicen que no iba a ser gol. Sin entender que a ti lo que te da la vida es simplemente la esperanza de que podría serlo.
La del Querétaro-Atlas fue una carnicería siniestramente programada. Tras haberlos sometido con una crueldad bélica, los delincuentes desnudaron los cuerpos inertes de sus víctimas.