Pocas veces se tiene el recuerdo del tercer clasificado, ocurre en cualquier disciplina deportiva. Del primero todos se acuerdan; del segundo, unos pocos; y del tercero, tan solo los familiares. Por eso es justo recordar a aquella selección polaca que terminó en tercera posición en el Mundial de 1974, más aún teniendo en cuenta que venció a Brasil en la lucha por el bronce.
No todos los días se le puede ganar a Brasil en un Mundial, y menos aún con algo en juego. Para poder aspirar al tercer puesto, Polonia realizó un torneo casi perfecto. En la primera fase superó a Argentina e Italia; en la siguiente fase de grupos tan solo Alemania Federal pudo vencerles, haciéndoles acudir al partido por el tercer y cuarto puesto. Allí esperaba Brasil, la selección entrenada por Mario Zagallo, que venía de caer ante los Países Bajos de Cruyff. Posiblemente, esta no fuera la mejor Brasil de siempre, pero tenían pólvora suficiente con futbolistas como Jairzinho, Rivelino, Valdo o Leivinha. A 15 minutos para el final, Lato anotó el único tanto del partido; sería su séptimo gol del Mundial y se convertiría en el máximo goleador del torneo.
Ocho años después, Polonia volvería a repetir su tercer puesto, pero aquella generación de Tomaszewski, Zmuda, Deyna y Lato ha pasado a la historia.