12 años después de su última aparición en un Mundial regresan a la élite. Polonia ha mezclado durante su historia grandes resultados con tristes actuaciones. Ahí están los dos terceros puestos en 1974 y 1982 o su eliminación en las fases de grupos de 2002 y 2006. Esta generación de futbolistas polacos está llamada a hacer algo importante, ya que llevan tres Eurocopas seguidas disputadas; jamás habían jugado una, y les falta dejar un buen sabor de boca en un Mundial.
Su clasificación para Rusia ha rozado la perfección. En diez encuentros tan solo han cedido un empate y una derrota, así que los chicos de Adam Nawalka llegan en buena forma. De aquella última Polonia que acudió al Mundial de 2006 celebrado en Alemania, solamente hay un superviviente, el gran Lukasz Fabianski. Tenía 21 años y defendía la camiseta del Legia. De esa generación más de uno os sonará: Boruc, Zurawski o Smolarek.
Ahora, todas las miradas se dirigirán a Lewandowski, como es lógico; pero el delantero del Bayern de Múnich necesita de sus compañeros si realmente quieren pasar la fase de grupos, no pueden vivir unicamente de sus goles. Pocas selecciones tienen tanta dependencia de su estrella como Polonia. Son la Argentina de Europa.