Ramadan Sobhi es el jugador más joven de la selección, un nativo digital que, haciendo honor a su generación, se dio a conocer cuando un vídeo protagonizado por él se hizo viral. Todo el mundo vio cómo, vistiendo la camiseta del Al-Ahly, cabreaba a un jugador del Zamalek con un gesto técnico insólito: subirse encima del balón. La cosa acabó en agresión y en una tangana que se fue de madre, pero Sobhi, en declaraciones posteriores, insistió en que no pretendía provocar. Sin embargo, no pudo negar que la acción simplemente le sirvió para sacar a relucir sus habilidades.
¿Chulería? ¿Rebeldía? ¿Autoafirmación? No sería esta última una opción descabellada, viniendo de alguien que desde joven se ha sentido señalado, no siempre con buenas intenciones. La edad, por ejemplo, ha sido una de las dianas de sus críticos, que alegaban que sus condiciones no se correspondían con su juventud. En una entrevista a The Guardian, aclaraba el asunto: “Desde que tenía 12 años han estado hablado de ello (…). Cuando crecí y me di a conocer, lo volvieron a sacar. En el Al-Ahly hacían pruebas médicas exhaustivas y si se hubiesen dado cuenta de que alguien mentía sobre su edad, lo hubieran echado. Pero yo seguí allí. Es una muestra clara de que tengo la edad que digo tener”, explicaba, alegando que esos rumores los esparcían personas que “no querían que triunfara”. Pero tras su salto al fútbol inglés, al Stoke City, las polémicas del pasado se volvieron minucias. Y si alguien sospechaba que el chico que pisaba el balón con ambos pies iba camino de convertirse en una oveja descarriada, andaba bastante desencaminado. Porque Sobhi se ha adaptado a la vida en Inglaterra y disfruta de la rutina familiar junto a su esposa -la hermana del también jugador egipcio Sherif Ekramy- y de una existencia espiritual plena –“si trabajas duro, Dios te ayuda” es una de sus máximas-.
Con el Stoke City descendido, su deseo es continuar en Inglaterra o, por lo menos, en Europa. Nada de volver a Egipto o de escuchar los cantos de sirena que le llegan de territorios lejanos como Arabia Saudí. A sus 21 años -21, seguro- su ambición es que su fútbol se haga, definitivamente, viral.