Perú se ha clasificado para el Mundial después de una interminable ausencia de 36 años. Su última aparición tuvo lugar en España’82 donde el equipo blanquirrojo no pasó de la primera fase. De sus cuatro presencias en los Mundiales, la más destacada fue la de México’70 en la que lograron alcanzar los cuartos de final comandados por un genial Teófilo Cubillas. El camino hasta Rusia no fue fácil, aunque un hito histórico como este no se podría lograr sin sufrimiento: tuvieron que pasar por el play-off, quedando quintos del grupo suramericano; eso sí, por delante de Chile.
A los peruanos no les ha tocado un grupo imposible y, sobre el papel, tendrán que pelear con Dinamarca para la segunda plaza. El once que Ricardo Gareca puede presentar en el torneo tiene muchos atractivos de medio campo en adelante, y más con la ‘reincorporación’ de Paolo Guerrero tras se aplazada su sanción, pero el gran talón de Aquiles lo encontramos en la línea de defensiva. Prueba de ello es que la selección ha encajado hasta 26 goles en la fase clasificatoria y ninguno de sus cuatro defensas titulares juegan en una liga de primer nivel.
Desde que Gareca se hizo cargo de la selección se propuso llevar nuevos jugadores jóvenes, consiguiendo mayor implicación y compromiso de los futbolistas con la camiseta nacional y regresando a un estilo de juego que se había perdido. El toque y la posesión vuelven a ser la esencia de un equipo que, con una media de edad de 24 años, ha encontrado la fórmula para recuperar la identidad perdida durante tanto tiempo.

