Por la constante llegada de refugiados desde 2009, cuando se convirtió en el país que más demandas de asilo tenía en todo el planeta. Y, como en tantas otras circunstancias, el fútbol fue una vía de escape para muchos de ellos. Diversos clubes formados por refugiados han surgido en los últimos años en Suecia, e incluso algunos han alcanzado cotas de lo más inesperadas. Si el Assyriska FF y el FC Syrianska ya tuvieron el honor de pasar por la máxima categoría del fútbol sueco, este año es el Dalkurd FF -repleto de inmigrantes kurdos con residencia en Dalarna- el club que ha ascendido a la Allsvenskan, la primera división sueca, después de cosechar siete ascensos en apenas 13 años.