En los años 90, Europa sufrió una serie de cambios geopolíticos. La guerra atizaba a los Balcanes, la Unión Soviética se desintegraba y Alemania se reunificaba de nuevo después de la caída del Muro de Berlín. Todos estos hechos afectaron al mundo del fútbol, sobre todo, a la Eurocopa de 1992, puesto que Yugoslavia se había clasificado para jugar el torneo. El presidente de la UEFA, en aquel momento Lennart Johansson, afirmó que las posibilidades de que participaran eran del 50%, ya que la decisión final dependía del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Finalmente, la ONU acabó aplicando un fuerte bloqueo y grandes sanciones sobre los yugoslavos. Más tarde, la FIFA también se pronunció y su secretario general, Joseph Blatter, anunció la expulsión de la selección de los ‘Azules’ de todas las competiciones internacionales durante el periodo que se mantuviese la guerra. Una vez expulsada Yugoslavia, faltaba un hueco por ocupar. La UEFA llamó a la selección que había quedado en la segunda posición del Grupo 4, Dinamarca. Mientras tanto, Suecia se preparaba para acoger por primera vez el torneo, que a la vez sería su debut en una Euro.
En las ediciones de los años 80, Suecia había quedado en todas las fases clasificatorias en la segunda posición del grupo, sin obtener billete. Para esa, al ser los anfitriones, se clasificaron de forma directa. En los 90, la selección ‘Tre Kronor’ destacó por la clasificación al Mundial de 1990, donde quedaron líderes de su grupo, sin ninguna derrota y por delante de Inglaterra. Aunque los resultados durante la Copa del Mundo fueron muy diferentes, ya que no se llevaron los tres puntos en ningún partido (ni tan sólo lograron un empate). En su grupo estaban Brasil, Costa Rica y Escocia. La selección brasileña clasificó en primer lugar, los costarricenses ocuparon el segundo puesto, Escocia el tercero y el último puesto fue para la selección sueca. Después del fracaso mundialista, los nórdicos empezaron a prepararse para la Eurocopa de 1992.
La presentación de Tomas Brolin
Hay jugadores que, por algún motivo, son menos recordados que otros, a pesar de que sus actuaciones fueron increíbles en su momento. A Tomas Brolin algunos no lo recordarán. El jugador sueco comenzó su carrera con tan sólo 14 años, cuando debutó con el Nasvikens IK en la cuarta división sueca en 1984. Más tarde, el GIF Sundsvall le ofreció un contrato para seguir desarrollando sus cualidades futbolísticas y en 1987 debutó con el primer equipo. En ese conjunto se mantuvo durante tres temporadas, hasta que lo fichó el IFK Norrkoping. Las actuaciones de Brolin con el equipo sueco fueron tan buenas que, en 1990, recibió el Guldbollen, el premio al mejor futbolista sueco del año.
Hay jugadores que, por algún motivo, son menos recordados que otros, a pesar de que sus actuaciones fueron increíbles en su momento. Es el caso de Brolin
El avance de aquel talento fue meteórico, ya que, con sólo 20 años, se hizo con un puesto en la selección nacional. Su primer partido fue contra Gales, y le bastaron 25 minutos para demostrar su habilidad con el balón. Brolin anotó dos tantos y, más tarde, frente a Finlandia, volvió a repetir la gesta. Sus actuaciones harían que Olle Nordin le convocara para el Mundial de 1990, aunque el torneo fue fatídico. Frente a la ‘Canarinha’ perdieron por 2-1, y aunque el propio Brolin fue el que recortó distancias en el marcador, no sirvió de mucho. Contra Costa Rica, la selección sueca volvió a tropezar y, además, perdió a su estrella, ya que Brolin se retiró lesionado del césped.
A pesar de su lesión, muchos clubes europeos pusieron sus ojos en Brolin. Uno de ellos fue el Parma, recién ascendido a la Serie A, que se hizo con el futbolista sueco por 1.2 millones de libras esterlinas. En los años 90, la liga italiana era una de las mejores de Europa, sino la mejor, el escenario perfecto para que Brolin demostrara todo su talento. En los ‘Crociati’, compartió delantera con Alessandro Melli, y juntos lograron anotar 20 goles en la temporada 90-91. Finalizaron la campaña en el sexto puesto de la tabla, lo que confirmó la clasificación para la Copa de la UEFA. En la temporada 91-92, Brolin fue vital para el primer título de la historia de los ‘Gli Emiliani’, puesto que en semifinales de la copa italiana, frente a la Sampdoria, anotó el gol que decantó la eliminatoria. Más tarde, el seleccionador sueco, Nisse Anderson, le convocó para la Eurocopa de 1992.
El sueño truncado de los suecos
La selección de Suecia llegaba a la Eurocopa con ganas de dar la sorpresa, y la mayor motivación era que se celebraba en su tierra. Tuvieron la oportunidad de demostrarlo. Quedaron encuadrados en el Grupo 1, en el que también se encontraban Francia, Inglaterra y Dinamarca. El primer partido de los ‘Tre Kronor’ fue frente a los franceses; Eriksson adelantó a los suyos, pero más tarde Jean-Pierre Papin puso las tablas en el marcador (1-1). El siguiente fue contra Dinamarca y en el duelo escandinavo apareció Brolin para darle la victoria a su combinado nacional (1-0). Suecia fue la única capaz de ganar a la selección que más tarde se proclamó campeona de esa edición, Dinamarca.
Gracias a Brolin, Suecia todavía puede presumir de haber firmado uno de los mejores debuts en la historia de la Eurocopa
No fue la única vez que Brolin sería clave para lograr el triunfo. En el último partido de la fase de grupos, Suecia se enfrentaba a Inglaterra. Los ‘Three Lions’ se jugaban la posibilidad de pasar de ronda, para ello debían ganar a los suecos. Salieron decididos, David Platt adelantó a los ingleses en el 4’ de partido a pase de Gary Lineker. El ‘Team of the Rose’ confiaba en ganar, pero los jugadores suecos no se rindieron. En la segunda mitad, Eriksson volvió a marcar y, más tarde, apareció su estrella, Tomas Brolin. A falta de ocho minutos para el final del partido, el punta creó una jugada que acabó definiendo él mismo. Partiendo desde la banda izquierda, Brolin combinó con Ingesson para después dársela a Dahli, que se la devolvió para que este acabara definiendo dentro del área; ese tanto le dio el primer lugar a la selección sueca en la tabla y la llevó a semifinales. En la penúltima fase, les esperaba Alemania. La ‘Mannschaft’ sólo necesitó ocho minutos para poner el 0-1 en el marcador. En la segunda mitad, los germanos anotaron el segundo y, poco después, Brolin recortó distancias desde los once metros. El sueco Kennet Andersson sumó el segundo tanto de la ‘Blagult’ en el minuto 89, aunque no sirvió de mucho, ya que un minuto antes Karl-Heinze Riedle sumó el tercero para los teutones (2-3).
El sueño de los suecos fue derribado por los germanos, pero aún así el país todavía puede presumir de haber firmado uno de los mejores debuts en la Eurocopa. También les sirvió para sentar las bases de una selección que en el Mundial de 1994 dio la sorpresa ocupando el tercer lugar. Brolin se consagró como uno de los máximos goleadores de la Eurocopa con tres goles, empatando con Dennis Bergkamp, Henrik Larsen y Karl-Heinze Riedle. Desde entonces, Suecia no ha logrado obtener un mejor resultado en la competición europea y, para Alemania 2024, ni siquiera consiguió clasificarse. Cualquier tiempo pasado fue mejor.
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Fotografía de Getty Images.