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El perfil de Suiza: Valon Behrami

‘El Guerrero’. Así es como llaman todos en Suiza a Valon Behrami. Y tienen una buena razón para ello, puesto que el futbolista destaca por no rendirse nunca, ni en el césped ni fuera de él. No hay mejor descripción posible para entender el tipo de jugador (y de persona) que es Behrami que lo que pasó en el minuto 93 del partido del Mundial de 2014 que enfrentaba a los helvéticos contra Ecuador. El electrónico marcaba un 1-1 y Behrami bloqueó un disparo de un rival en su propia área deslizándose hacia la pelota como si fuera un jugador de hockey hielo. Taponó el ataque, se hizo con el cuero y salió disparado hacia la otra orilla del campo. La mayoría de jugadores, en una situación parecida, se habrían quedado mirando atónitos e impotentes la resolución de la jugada, pero no así Behrami, que inició un contragolpe que acabó en centro de Ricardo Rodríguez y gol decisivo de Haris Seferovic en el primer palo. En 30 segundos, se pasó de un posible 1-2 al definitivo 2-1.  Y todo gracias a Behrami. Con acciones como esa, no extraña a nadie que Vladimir Petkovic haya decidido convertirle en el capitán del combinado suizo. “Si mi estilo de juego no me doliera es que estaría haciendo algo mal”, comentó el protagonista después del partido. “Las lesiones son parte de mi vida, y estoy seguro que mi cuerpo se romperá cuando termine mi carrera”.

LISTA23(M)Behrami nació el 19 de abril de 1990 en Titova Mitrovica, población perteneciente a los terrenos de la antigua Yugoslavia. ¿Su singo zodiacal? Aries, lo cual no es ninguna sorpresa. Todos ellos son conocidos por ser muy tozudos en el intento de encontrar su propio camino.

Su familia (original de Kosovo) huyó de la guerra yugoslava hacia Suiza en 1990. Dos padres desesperados y un hijo, Varon, de apenas cinco años, encontraron refugio en el cantón de Tessin, situado en el sur del país helvético, cerca de la frontera  con Italia. Allí vivieron todos ellos durante cinco años antes de que las autoridades del país decidieran que la familia Behrami tenía que ser deportada. Su comunidad de vecinos, sin embargo, se indignó con ese asunto, e inició una petición que pronto obtendría el respaldo de 2000 firmas. Todo ese movimiento solidario acabó surgiendo efecto, y los Behrami pudieron quedarse en la zona y obtener la ciudadanía suiza dos años más tarde.

 

Su familia huyó de la guerra yugoslava en 1990. Dos padres desesperados y un hijo, Varon, de apenas cinco años, encontraron refugio en el cantón de Tessin, situado en el sur de Suiza

 

Pese a todo, el centrocampista, hoy en día, sigue hablando y defendiendo con mucho orgullo su origen kosovar. De hecho, tiene un tatuaje de la mítica águila del Kosovo en su pantorrilla derecha. “Estoy muy contento de vestir con los colores de Suiza”, dijo en una ocasión, “porque siento la posibilidad de luchar por un país que le ha dado mucho a mi familia”. Con lo que, recuerdos aparte, Behrami nunca se planteó jugar con la selección de Kosovo. Tampoco ahora que el país se ha convertido en miembro de la FIFA y podrá luchar en 2018 en la fase de clasificación para el siguiente Mundial.

Precisamente sobre ese tema, al actual futbolista del Watford dijo recientemente que “siempre iba a jugar con el equipo nacional suizo”. Cuando se le preguntó en la fase clasificatoria si celebraría un gol ante Albania (selección que representan muchos tipos con raíces kosovares), él respondió: “Celebrar un tanto es parte del juego. Y yo lo que quiero es que el fútbol siga siendo algo divertido”.

SUItacticaMDa la sensación de que Behrami siempre se ha estado moviendo de un sitio para otro. Con 18 años, y después de solo una temporada en segunda división suiza con el Lugano, se marchó al Génova. Desde entonces, también ha jugado en el Chievo, la Lazio, el West Ham, la Fiorentina, el Nápoles, el Hamburgo… hasta llegar al Watford, última estación (por el momento) de una carrera ejemplar.

En octubre de 2005 –hace 11 años- disputó su primer encuentro con la absoluta, en el final de un duelo clasificatorio para el Mundial ante Francia. Tres semanas más tarde, en la repesca contra Turquía, marcó en el minuto 83 la diana decisiva que acabaría llevando a los helvéticos al Mundial de Alemania, a pesar de la polémica derrota por 4-2 en el partido de vuelta jugado en Estambul.

La Eurocopa de Francia será su quinto torneo importante (después de las citas veraniegas de 2006, 2008, 2010 y 2014) y con ello romperá el récord que hasta el momento ostentaba Tranquillo Barnetta, que se perderá el presente campeonato y dejará su contador en cuatro. Aunque el crecimiento de Behrami a nivel internacional no ha sido un camino de rosas. En la Copa del Mundo de 2010, sin ir más lejos, fue expulsado en el minuto 32 tras darle un codazo a un futbolista de Chile. Suiza solo conseguiría un punto en ese duelo tras jugar casi una hora entera con un hombre menos, y tendría que volverse a casa después de la fase de grupos, a pesar de haber ganado a los futuros campeones españoles en el primer encuentro.

Behrami, de hecho, se perdió ese triunfo ante España –que pasa por ser uno de los momentos más exitosos de la historia del país- debido a una lesión. Aunque eso no fue una sorpresa. La sorpresa, más bien, es que el interior todavía esté jugando al más alto nivel. Su cuerpo ya ha aguantado dos cirugías (concretamente sus ingles) y en 2009 se rompió el ligamento cruzado, algo a lo que hay que sumarle una fractura de metatarso en 2014. Y esos son solamente sus peores percances físicos. Durante las dos últimas campañas ha estado trabajando específicamente el cartílago de su rodilla, y todavía es habitual verle cojear cuando acaba los entrenamientos. Pero estamos hablando de Behrami, recuerden, un guerrero que no se rinde ante nada.

Tiene una casa impresionante en Gentilino, con vistas a un lago y a las montañas de la zona de Monte Bre y de Monte San Salvatore. Su esposa, Elena, también ha sido clave en su progresión como profesional. “Ha tenido una influencia enorme sobre mí”, dijo Behrami el pasado mayo. “Ella me mostró que mi actitud rebelde, y mi mal humor, no me hacían bien. Ha domesticado la peor parte de mi personalidad. Soy un afortunado por tenerla al lado”. Suiza pude beneficiarse también de ese impacto de Elena en la vida de uno de sus más queridos futbolistas. Con el del Watford más tranquilo –y ahora con el brazalete en el brazo- es poco probable  que se vuelvan a vivir capítulos como el mencionado ante Chile.

 

Max Kernn | Blick Sport

 


Este artículo forma parte de la red de medios que ha coordinado el diario inglés The Guardian de cara a la Euro2016. Se trata de una cooperación entre 24 de los mejores diarios y revistas de los países presentes este verano en Francia. Panenka es la cabecera escogida como representante de esa asociación en España.
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