Si a Quaresma lo sentamos en nuestro altar, sin duda, fue por esos golpeos con el exterior que duraban un segundo en la tele pero que se quedaban dando vueltas en tu cabeza durante siglos.
Ser aficionado al fútbol, algunas veces, está tan fuera de lugar como descorchar una botella de champán en un velatorio. Es vivir en un constante y complicado equilibrio.
Una historia original, un equipo inimitable, unas risas necesarias. Charlamos con Nacho González, el autor del primer libro que hemos publicado con La Media Inglesa: 'Nómada United'.
Rooney se retiró y cometió el peor de los pecados: ganar peso. Podemos reírnos de alguien por su torpeza o por su vestimenta, pero nada supera la tentación de burlarnos de alguien por su aspecto físico.
Hay muchos aficionados al fútbol que, cuando hay partido, necesitan ir al campo, al bar, juntarse con los amigos. Luego están los que eligen la soledad, ya sea para celebrar un gol o llorar una derrota
Ronaldinho debutó en el Camp Nou contra el Sevilla en un partido que se jugó de madrugada. Ya era muy tarde para hacer ruido, pero el brasileño subió el volumen con un trallazo inolvidable.
El delantero de la Real estiró la pierna para hacer explotar el pase de Cucurella y en cuanto el balón salió en llamas hacia la portería supo que había sido el escogido.
Un buen delantero centro es algo breve y normal. Un buen delantero centro es una frase sin adjetivos. Un buen delantero centro es una tostada con sal y aceite. Un buen delantero centro es Ollie Watkins.