Luis Enrique es un hombre de sorpresas. Pese a haber un bloque de fijos, muchos candidatos pelean por ser una de las ‘campanadas’ de la convocatoria final.
Corría el 1 de octubre de 1997 cuando los fumadores del Camp Nou vivían tiempos esplendorosos por la permisividad del vicio y por la buena expectativa que generaba su equipo.