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Y el mundo descubrió a José Mourinho

Viene de la nada. Pero el 10 de marzo de 2004 no queda nadie que no sepa su nombre. José Mourinho ya no es ningún secreto. Su misterio, en cambio, durará años. Así arranca el nuevo #Panenka137


Este es el editorial con el que empieza el #Panenka137, nuestro nuevo número, que dedicamos a José Mourinho diez años después de darse a conocer ganando la Champions con el Oporto


 

“Me cuesta entender por qué están tan preocupados. Todo lo que tienen que hacer es ganarnos, y nos iremos a casa con una sonrisa. Así de fácil”, expresa el entrenador visitante 24 horas antes de jugar en Old Trafford por primera vez. Pero miente. Lo sabremos cuando, al día siguiente, Paul Scholes marque el 1-0 y su equipo, lejos de conformarse, apriete los dientes para empatar y silenciar el Teatro de los Sueños.

Pero el 8 de marzo de 2004, eso todavía no lo sabe nadie. Ni siquiera él, que correrá enloquecido por la banda para abrazar a sus chicos. Quizá sólo lo intuye Alex Ferguson, que ya perdió la calma tras el 2-1 de la ida y hasta le negó el saludo al técnico rival, ese joven deslenguado que moldea la escena ante la prensa con la facilidad con la que dibuja un 4-2-3-1 en la pizarra. Los redactores más jóvenes no han visto nada parecido, los periodistas más veteranos piensan en Brian Clough.

 

Ese joven deslenguado que moldea la escena ante la prensa con la facilidad con la que dibuja un 4-2-3-1 en la pizarra. Los redactores más jóvenes no han visto nada parecido, los periodistas más veteranos piensan en Brian Clough

 

El marcado acento portugués salta de sílaba en sílaba y carga el ambiente de la sala con un aire extraño y a la vez familiar. Un déjà vu que muestra a los presentes cómo va a sonar el futuro. A cada letra que teclean para transcribir sus impertinencias, más se enamoran de él. Los domina, a ellos y a los ‘Red Devils’. Los engaña. Sabe más el diablo por viejo que por diablo, pero esa mirada irónica y esa sonrisa entrecortada acababan de cumplir apenas 41 años y no se han visto en una igual en la vida. Disimularlo con modestia es una forma de arrogancia. Y no, no es la arrogancia de la juventud. Es la arrogancia de un hombre que no necesita que le cuenten que aquel es su momento y su lugar. La hora de un equipo poderoso y transformado a la fe en su líder que vive disfrazado de simpático animador. La piel de cordero.

Cuando todo termine, Sir Alex llamará a la puerta del vestuario para felicitarle personalmente. Al día siguiente, quien llame será otro club inglés, este azul en vez de rojo, y tan hambriento como él. El 10 de marzo de 2004 no queda nadie que no sepa su nombre. José Mourinho ya no es ningún secreto. Su misterio, en cambio, durará años.

Mourinho

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