“Hace seis meses que está en San Siro, pero parece que haya nacido aquí”, escribía sobre Benjamin Pavard el reputado medio italiano La Repubblica a comienzos de 2024. Y la verdad es que el impacto y el rendimiento del defensa francés ha sido sobresaliente en los meses que ha pasado en Milán. Italia, país en el que el verbo defender se usa en el día a día, ha visto de cerca el potencial de un futbolista infravalorado por el gran público. Baresi, Maldini, Cannavaro, Scirea, Gentile, Chiellini o Nesta son algunos de los nombres de zagueros italianos que han maravillado y han pasado a la historia como algunos de los mejores en sus posiciones. Artistas de la defensa que han esculpido su técnica a base de entradas, liderazgo y contundencia. Una disciplina, a veces, poco valorada, y que cuenta con menos focos que el hecho de marcar goles o asistir, pero es igual o más importante. Porque poca gente se acuerda de la defensa titular en una gran final, pero la tarea que se les encomienda tiene igual o más relevancia que la del resto de posiciones.
Italia, país en el que el verbo defender se usa en el día a día, con referentes como Baresi, Maldini, Cannavaro o Nesta, ha descubierto el potencial de un zaguero demasiadas veces infravalorado por el gran público
Benjamin Pavard, nacido en Maubeuge, una ciudad al norte de Francia y no muy lejos de la frontera con Bélgica, ha ido forjando su carrera como defensor a base de experiencia y un ascenso meteórico que lo ha llevado a jugar en algunos de los mejores equipos del viejo continente. Bayern, Inter, la selección francesa campeona del mundo en 2018… Equipos de autor que han dejado su huella en el panorama europeo. Pero podríamos decir que su explosión llegó en el Stuttgart después de llegar procedente del Lille en 2016. En su partido de debut, el 3 de octubre de 2016 ante el Greuther Fürth, en segunda división alemana, ya que el mítico Stuttgart había descendido la temporada anterior, dejó una muestra de su gran calidad ante el público alemán. Su equipo venció por 4-0 y Pavard fue una de las estrellas del partido con un gol y la creación del primero. Benjamin jugaba como central y le puso un balón directo al pie de su compañero Carlos Mané. Los aficionados no podían creer que un jugador recién llegado, de la juventud del francés, hubiera perpetrado una jugada típica de un futbolista experimentado, pero así es Benjamin Pavard.
Un gol grabado en la memoria
Si hablamos de Pavard seguro que mucha gente menciona el gol que anotó en los octavos de final del Mundial de 2018. Esa volea perfecta que se coló en la portería de Argentina sin que nada ni nadie pudiera hacer nada al respecto. Un golpeo teledirigido, que recorrió con música los, aproximadamente, 20 metros de distancia hacia la portería para poner el empate en el electrónico. Para muchos esa fue la carta de presentación de Pavard ante el mundo. Un futbolista que hasta ese instante no llamaba demasiado la atención; de hecho, en su etapa en el Lille no contó con muchos minutos, y fue gracias a un entrenamiento que un periodista alemán que cubría la Ligue 1 lo recomendó al director deportivo del Stuttgart. Después de esto, empezó la epopeya de Pavard. Su marcha del Stuttgart hacia el gigante alemán, el Bayern de Múnich, causó furor. Un jugador versátil, pues había ocupado varias posiciones en el sistema del equipo alemán, desde central hasta lateral y mediocentro, llegaba a un gran escaparate. En Múnich despuntó, levantó cuatro títulos de Bundesliga y fue clave en la consecución de la Champions League para su equipo. Pero su periplo en tierras bávaras llegó a su final este verano. El Inter se interesó por él y se lo llevó a tierras italianas por unos 30 millones de euros. Un precio que, con el tiempo, ha demostrado que era justo.
Pavard se ha acostumbrado a vencer. Levantar títulos está en su ADN. 15 entorchados en su carrera que hablan bien del alto grado de competitividad que da tener al francés en tu plantilla
Un ganador nato
Pavard se ha acostumbrado a vencer. Levantar títulos está en su ADN. 15 entorchados en su carrera que hablan bien del alto grado de competitividad que da tener al francés en tu plantilla. Y sino que se lo digan al Inter. Su fichaje ha llevado al equipo a otro nivel. Pavard ha dotado de experiencia, contundencia y calidad al equipo interista. Inzaghi lo ha utilizado en su famosa defensa de tres en el perfil derecho, a veces como defensor en el uno contra uno con el delantero adversario, pero también para construir la jugada de los suyos desde atrás. El francés presume, además, de uno de los mejores desplazamientos de balón de Europa.
Porque si Italia se caracteriza por ser la cuna del defensa, Pavard ha aterrizado con los dos pies en un ecosistema que no prometía ser sencillo. Pero a base de trabajo y de talento ha conseguido hacerse con la zaga ‘nerazzurri‘ y levantar el vigésimo título liguero de la entidad, una hazaña que le permite al equipo de Milán sumar su segunda estrella en la camiseta y avanzar a su gran rival ciudadano en la lucha por este privilegio.
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Fotografía de Getty Images.