Un camino corto y escarbado. Al final del mismo, un botín en forma de silla con respaldo terciopelado que espera la llegada del primero de los siete candidatos que salen en la carrera. Huele a despacho cerrado, a tentempiés de cortesía (y de algo más) y a sobres con papel de alta gama recién sellados. Durante el transcurso de la prueba vale todo. Meterse el codo, desprestigiar en público e incluso saltarse algún que otro derecho humano. ¿El fin justifica los medios? Para llegar a la sede de Zúrich sí, desde luego. Con el cuerpo colgando de Blatter en el horizonte, el árbitro pega el pistoletazo de salida y los perros de presa saltan al asfalto dispuestos a dejarse el pellejo en el intento. Cuando llegue el próximo 27 de febrero ya tendremos nuevo número uno de la FIFA.
Michel Platini
Seduce porque… ha tocado todos los palos y ahora va a por el último. De jugador a la cumbre de la UEFA, pasando por los banquillos y por el palco de los clubes. Platini solo tiene por estrenar dos puestos: el de utilero y el de presidente de la FIFA. Tras mucho meditarlo y hablarlo con sus asesores, ha decidido ir a por el segundo.
Juega en su contra… ese pago no justificado de 2 millones de dólares que le hizo la FIFA por la prestación de un servicio aún desconocido. Pese a denunciar la corrupción de las élites continuamente, el bufón ha caído en el juego y también se ha manchado las manos. Ahora mismo sigue apartado de su cargo como presidente de la UEFA.
Si es presidente de la FIFA… su historia quijotesca tendrá un final feliz y hollywoodense. El exjugador ha comentado recientemente que tiene “la sensación de ser un caballero de la Edad Media y estar frente a una fortaleza. Intento entrar para llevar el fútbol, pero en lugar de eso, se me tira aceite hirviendo sobre la cabeza”. Su melena de científico loco está en juego.
Gianni Infantino
Seduce porque… según comentan los entendidos es una enciclopedia andante de fútbol europeo. Licenciado en Derecho y Economía, lo que realmente le vicia a este suizo es tragarse en diferido a altas horas de la madrugada un Naftan-Shakhtyor de la liga bielorrusa mientras le va pegando sorbitos a su copa de Möet. Pese a sus rarezas, cuenta con el respaldo total de la UEFA.
Juega en su contra… el hecho de que su cara no sea sinónimo de aire fresco. Mano derecha de Platini hasta la actualidad, Infantino ya hace muchos años que se codea con los mandamases del fútbol, hoy asociados a la corrupción. Su aspecto, además, no le ha ayudado a pasar desapercibido: no todos los días se ve en la tele a un doble del Doctor Maligno sacando bolas en el sorteo de la Champions. Le faltan unos kilos de más para bordar el papel, eso sí.
Si es presidente de la FIFA… se llevará una alegría. Pero si no gana las elecciones, también, puesto que al mismo tiempo suena como sucesor de Platini en el máximo organismo europeo. Lo del amigo Gianni es un Win-Win de manual. Así cualquiera.
Musa Hassan Bility
Seduce porque… está cerca de conseguir que George Weah le dé apoyo a su campaña y se convierta en uno de sus delfines. El único Balón de Oro africano de la historia sigue teniendo mucho tirón en el viejo continente.
Juega en su contra… no contar con el apoyo de la Confederación Africana de Fútbol, que además hace poco lo llevó a juicio. Bility deberá buscar a sus socios en otras partes del mundo, puesto que en su continente el Presidente de la Asociación de Fútbol de Liberia lo tiene negro. Pedimos perdón por el chiste fácil; los hechos mandan.
Si es presidente de la FIFA… se habrán acabado los clásicos trajes y las corbatas por doquier en la sede de Zúrich. La indumentaria de Bility es curiosa pero sobria al mismo tiempo. A ver si en Inditex toman nota. ¿Morirá por fin la moda de la pajarita con la llegada del liberiano?
Salman bin Ibrahim Al Khalifa
Seduce porque… representa el nuevo modelo de jeque emergente, sin turbante y enfundado en vestimentas occidentales. Le gusta echarse el pelo para atrás y a veces se deja ver con unas gafas de pasta con topitos. Monísimo. Aunque tampoco reniega de algunos métodos tradicionales típicos de jeque, como la tortura, sin ir más lejos. El éxito está en el equilibrio.
Juega en su contra… la brillante idea que tuvo de perseguir a 150 atletas (entre ellos futbolistas) de su Baréin natal por participar en manifestaciones a favor de la democracia. Le han llovido varias veces acusaciones de “complicidad en crímenes contra la humanidad”. Nada, una menudencia. Por increíble que parezca, esas etiquetas no le obstaculizarán su carrera al trono de la FIFA. Maravilloso mundo éste en el que vivimos.
Si es presidente de la FIFA… ha dicho que no cobrará un salario por ello. Como si le hiciera falta. Por mucho que se llene la boca con medidas populistas, cuesta creer que lleguemos a ver algún día al Sheikh Salman paseándose por Suiza con un Ford Focus. A Illarramendi lo que es de Illarramendi.
Jérôme Champagne
Seduce porque… siempre ha pregonado la necesidad de una FIFA más democrática y un fútbol más ‘de izquierdas’. Después de dedicar once años de su vida a la propia FIFA (1999-2010), se convirtió en consultor de fútbol internacional. Compaginó la consejería en la Federación de Fútbol de Palestina, siendo activo en el intento de reconciliación con el comité israelí, la consejería en la Federación de Kosovo apostando por su reconocimiento internacional y también se responsabilizó del acercamiento entre las federaciones chipriotas griega y turca. Con este bagaje, ataca a sus contrincantes afirmando ser el candidato con una visión más global de la FIFA y menos elitista.
Juega en su contra… lo que le está costando desprenderse de la etiqueta de ‘submarino’ de Blatter, para quien trabajó durante once años y apoyó en todas y cada una de sus candidaturas. Pese a haber defendido su honestidad hasta que se ha demostrado lo contrario, sabe que todo lo que recuerde al expresidente puede ser usado en su contra. Así que su campaña consiste principalmente en desmarcarse de los quehaceres de Blatter en los últimos años.
Si es presidente de la FIFA… regresaría a la organización internacional cinco años después, esta vez como máximo mandatario de la entidad. Aunque presuma de tener lista la fórmula mágica par hacer de la FIFA una institución ‘limpia y transparente’, el diplomático francés puede acabar fácilmente siendo víctima de sus promesas.
Ali Bin Hussein
Seduce porque… tras perder las últimas elecciones contra Blatter, en febrero puede llegar su ‘revancha’. Lejos de ser el fútbol un capricho para el príncipe de Jordania, entre sus mayores logros destacan el haberse convertido en presidente de la federación jordana con apenas 23 años, fundar la Federación de Asia Occidental y encabezar una propuesta que reivindicaba el uso del velo (hiyab) en el fútbol internacional.
Juega en su contra… la cantidad de nuevos competidores que han salido a escena. Ali fue el único rival que tuvo Blatter en las últimas elecciones pero la cantidad de directivos que se han sumado a este Juego de Tronos le ha restado singularidad a su discurso. Ese cambio de aires que tanto exige la organización ahora tiene otros seis representantes.
Si es presidente de la FIFA… llegará por fin el día que tanto ha estado esperando. La derrota en su último duelo con Blatter y la posterior suspensión del ganador acabó allanándole el camino al candidato que cuenta con gran apoyo dentro de territorio europeo, del mundo árabe y… de Diego Armando Maradona.
Tokyo Sexwale
Seduce porque… su nombre nos permite elaborar todo tipo de mofas. Sudafricano, hombre de negocios y con un pasado relacionado con Nelson Mandela, con el que compartió celda en Robben Island. Firme combatiente ante la discriminación de razas, es sin duda el candidato que más llama la atención, al menos la nuestra, que no votaremos el próximo 26 de febrero.
Juega en su contra… su inexperiencia y una red de contactos y ‘amistades’ que sus contrincantes se han trabajado mucho más. Si para muchos el factor sorpresa con el que ha atacado (confirmó su candidatura a dos días de expirar el plazo de registro) puede darle más de una exclusiva televisiva, en el opaco mundo de la FIFA las cosas no funcionan así.
Si es presidente de la FIFA… el futuro de la organización daría un giro inesperado. Si el exprisionero político, de 62 años, consiguiera la presidencia, sorprendería a propios y extraños por haberlo logrado en tan poco tiempo de campaña y se convertiría además en el primer presidente con un nombre tan poco serio como la propia FIFA en la última década.
*Textos de Marcel Beltran y Alena Arregui