Cuando los futbolistas europeos buscan un final de sus carreras donde estén bien pagados, tienen bastantes posibilidades de elección. Catar ofrece altos salarios, China configura otra amalgama de sueldos y fichajes relativamente desconocidos, mientras que la MLS es el hogar del sueño americano (con talones a final de mes que también invitan a soñar). Australia, sin embargo, y a pesar de su belleza, queda algo lejos. Cuando en 2014 Marc Janko, el mejor delantero de los últimos años en Austria, anunció que había firmado por el Sydney FC, la mayoría de la gente dedujo que su carrera había terminado.
Como mínimo, algunos periodistas austriacos estaban satisfechos. Podrían hacerle una visita al ‘exsúper delantero’. Las entrevistas con Janko le mostraron con gafas de sol posando delante de la Casa de la Ópera o en la playa. “Es realmente bello. Yo amo el sol. Pero estoy aquí para jugar al fútbol al más alto nivel”, dijo Janko en 2014. Y eso fue lo que hizo. En su segunda aparición marcó un golazo, martilleando una volea a la red desde 40 metros. Los 15 goles que siguieron a ese, le convirtieron en el máximo goleador de la temporada. Las personas en sus casas aplaudieron, pero no podían creer que Janko siguiera siendo el delantero número uno en la selección nacional de Austria. Constantemente bronceado, como una mediocre estrella del rap de la Europa central, Janko logró mantener la confianza del seleccionador nacional, Marcel Koller. A pesar de viajar miles de kilómetros en cada partido, Janko siempre acudió a defender a su país.
A simple vista, el delantero es una reliquia de los viejos tiempos. Con 196 centímetros de altura y 32 años, es uno de los delanteros de primera clase más altos de Europa
A simple vista, el delantero es una reliquia de los viejos tiempos. Con 196 centímetros de altura y 32 años, es uno de los delanteros de primera clase más altos de Europa, la antítesis de superestrellas modernas como Sergio Agüero o Luis Suárez. A veces, debido a su altura, sus movimientos parecen torpes. Pero con la pelota en los pies demuestra una gran habilidad técnica, sabe cómo controlarla y tiene un buen pase en corto. Pero su función principal es anotar. Y para ello lo fía todo a sus dotes físicos y su excelente pie izquierdo. Una vez dijo: “marcar goles y estar en el lugar correcto, en el momento adecuado, tiene mucho que ver con los instintos y el talento. Ni siquiera puedo explicarlo”.
Janko comenzó su carrera en el Admira Mödling, un pequeño club en las afueras de Viena. Lejos de los dos principales clubes, Austria Viena y Rapid, y el famoso parque de atracciones del Prater. No obstante, Janko pronto montaría en su propia montaña rusa. Después de un año de éxito en 2004 se incorporó al recién formado Red Bull Salzburgo, anotando 11 goles en 17 partidos. El Red Bull ha dominado la liga desde entonces. Janko regresó después de una lesión en 2007 listo para ocupar su lugar en la selección de Austria para la Eurocopa de 2008, pero el entrenador Josef Hickersberger lo rechazó. Hickersberger, a quien echaron después de un torneo decepcionante, admitió posteriormente: “Sí, él hubiera sido la mejor opción, pero ahora ya es demasiado tarde”. Abajo con la montaña rusa.
La reacción de Janko en la temporada siguiente fue atronadora: con 39 goles se convirtió en el máximo goleador en Europa. En 2009, la muerte de su amigo cercano, el portero del Admira Gustav Kral, en un accidente de coche, le sacudió por completo. El técnico del Salzburgo, el holandés Huub Stevens, no le permitió asistir al funeral. Al final de temporada, Janko se marchó al Twente holandés por más de seis millones de euros. Luego se trasladó a Porto, ganando la liga en 2012, pero dejando el equipo tras ocho meses y diez partidos jugados en Portugal, fichando por el Trabzonspor de Turquía.
Janko sólo vive en las alturas en el aspecto físico: es un hombre humilde, seguro de sí mismo e inteligente. Si bien el foco en el equipo austriaco actual tiende a ubicarse en la cabeza de David Alaba o de Marko Arnautovic, Janko es el hermano mayor que te consuela cuando tu primera novia rompe contigo: experimentado, pero aún joven. Koller, que se hizo cargo de la selección nacional en 2011, mantuvo la confianza en él.
Sin embargo, unirse al Trabzonspor fue, probablemente, la peor decisión de su carrera. “Me trataron como si hubiera matado a alguien. El entrenador ni siquiera sabía mi nombre, ni cuál era la posición en la que jugaba”, confesó más tarde. A Janko no se le permitió tener una cena con el resto del equipo y tuvo que entrenar solo. Aun así, Koller lo puso en su primer once y Janko todavía rindió.
Después de dos años desesperantes en Turquía, Janko se marchó a Sidney y la montaña rusa comenzó a subir de nuevo. Pero cuando su contrato terminó después de dos años de éxito, para su sorpresa, los australianos se negaron a mantenerlo. En lugar de hundirse se trasladó a Basilea: de vuelta a Europa, de nuevo en el punto de mira. Su tiempo en Australia le había dado el impulso que necesitaba, y esta temporada Janko anotó 20 goles en 33 partidos para su nuevo club, que ganó la liga por 17 puntos de ventaja. Aún más significativos fueron sus goles para el equipo nacional, en especial la chilena que dio una victoria por 1-0 en Rusia el junio pasado, el primero de los cinco goles en los últimos cinco partidos clasificatorios de Austria, que propiciaron el llegar a la cima del Grupo G.
En 52 apariciones con Austria ha anotado 26 veces. En Francia, donde celebrará su cumpleaños número 33, tres días después del último partido del grupo de su equipo, su montaña rusa alcanzará el punto más alto La única pregunta ahora es cuánto tiempo podrá continuar subiendo.
Andreas Hagenauer | | Der Standard
