Que el Union Berlin sea líder provisional de la Bundesliga con solo una derrota en diez jornadas, sorprende. Pero que además sea el mejor equipo defensivo del campeonato alemán hasta la fecha, ya no debería sorprender tanto. Y que ganasen cinco de sus primeros siete partidos logrando así el mejor inicio liguero de su historia sirve de excusa para señalar al hombre que hay detrás de todo esto: su entrenador, Urs Fischer.
Pongámonos en contexto. El trabajo de Fischer no es ni mucho menos fruto de un día o de un estado de gracia puntual. En 2018, el entrenador suizo tomó las riendas de un equipo que entonces militaba en la segunda división alemana. Esa misma temporada, logró ascenderlo a primera división y, desde entonces, la progresión del Union Berlin no ha hecho más que dar pasos agigantados. Y es que Fischer ha conseguido mantener al club en la Bundesliga y clasificarlo para competiciones europeas en tan solo cuatro años: primero un ascenso, luego una permanencia en mitad de tabla, después una séptima posición, la pasada una clasificación a Europa y en esta… un primer puesto. Por el momento, claro. Y no nos engañemos, pensar que los berlineses mantendrán este ritmo competitivo sería algo ilusorio, pero los resultados mandan y la realidad es que este equipo ya sabe lo que es ganar al Borussia Dortmund de Terzic, al RB Leipzig de Marco Rose y empatar con el Bayern de Múnich de Nagelsmann. Solo el Eintracht de Frankfurt se les resistió en su única derrota de la temporada.
Y eso son palabras mayores.
Influenciado por un equipo que destaca por su solidez defensiva e intensidad en los duelos, Fischer ha encontrado el equilibrio que buscaba asentando un 3-5-2 compacto que se convierte en un claro 5-3-2 a la hora de defender, con los centrales y carrileros a misma altura y con tres centrocampistas muy solidarios en los apoyos defensivos. Así, el equipo es capaz de renunciar a la posesión mostrándose cómodo replegado y apostando por un juego directo cuando recupera la pelota.
Para lograr esas recuperaciones, la capacidad de lectura y anticipación de sus centrales resulta imprescindible. Con las líneas muy juntas en zona defensiva para reducir espacios, acortar campo y ensancharlo con sus carrileros al recuperar, si hay un nombre que destaca por encima de los demás es el de Diogo Leite (23). El luso, que bien merecería un texto aparte, representa a la perfección lo que Fischer necesita en un central: superioridad en los duelos, rapidez en la anticipación y capacidad de concentración en los 90 minutos del partido. Su nivel es altísimo. Esto, unido a su buena calidad con el pie, le hacen un defensor a tener en cuenta en su primera experiencia fuera de Portugal.
La realidad es que este equipo ya sabe lo que es ganar al Borussia Dortmund de Terzic, al RB Leipzig de Marco Rose y empatar con el Bayern de Múnich de Nagelsmann
El gran estado de forma que atraviesa el Union Berlin no se puede entender sin el gran sacrificio colectivo que hay detrás. La disciplina no se negocia en un equipo sin grandes talentos individuales que depende de mantener su intensidad y compromiso a lo largo del partido para lograr la victoria. Activos en la presión, asfixian a los rivales y ganan segundas jugadas. Una vez con la pelota, la premisa es clara: juego directo y balones en largo para sus dos puntas. Así, logran plantarse en área rival con apenas dos o tres pases, oportunidades que sus delanteros, Sheraldo Becker (6 goles y 4 asistencias) y Jordan Siebatcheu (3 y 3), saben optimizar a la perfección. Dos delanteros muy complementarios y autosuficientes que son capaces de disputar y aguantar el balón para sumar efectivos en el área rival. Allí, el Union Berlin acumula, junto a la incorporación de sus centrocampistas, muchos jugadores en zonas de remate. Todos saben lo que deben de hacer en cada momento.
En ataque, además, son un claro ejemplo de efectividad. De los 18 goles que el Union Berlin ha anotado hasta el momento, los xG (goles esperados) señalan un valor de 9.19 goles para ellos. Es decir, según la calidad de sus ocasiones, deberían haber marcado poco más de nueve tantos, y no casi el doble de ellos. Datos que ayudan a señalar la gran eficacia de este equipo cara a puerta, especialmente de sus dos delanteros. Caen a banda, lanzan constantemente rupturas al espacio, pelean la segunda jugada y son dañinos en transición. Generan y definen, lo que es oro en paño para un equipo que necesita que sus arietes huelan la sangre.
Pese a que su capitán, Chistopher Trimmel, ya se ha encargado de disipar todo tipo de presión recordando que el objetivo del equipo no es otro que lograr los 40 puntos requeridos para la salvación, el trabajo de Fischer está para más que eso. Si bien en competiciones europeas no están sabiendo mantener su juego -dos derrotas y dos victorias en cuatro partidos-, en competición doméstica son, junto al Friburgo, protagonistas a tener en cuenta. Y es que hablamos de un Union Berlin que la pasada temporada alcanzó semifinales de la copa alemana y estuvo a tan solo un punto de clasificarse para la Champions League. Así que sí: que el Union Berlin sea líder provisional de la Bundesliga, ya no sorprende.
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Fotografía de Getty Images.