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Jamal Musiala, el tesoro que todos desearíamos encontrar

Musiala explica que los mejores talentos pueden rendir sin estar físicamente formados y futbolísticamente aún indefinidos. La clave está en la velocidad mental

Arsène Wenger y Ralf Rangnick creen que será la siguiente etapa. Después de que lo táctico haya demostrado que el fútbol es cíclico, y que el factor físico ya ha validado que el jugador puede ser más rápido, flexible o resistente mientras su carrera dura mucho más tiempo al máximo nivel, Wenger y Rangnick creen que el siguiente paso se dará en lo relativo a la velocidad cognitiva, o cómo de veloz puede un jugador tomar decisiones en relación a sus intervenciones. En realidad esta línea de la evolución tiene otra paralela en el factor emocional, que tiene que ver más con la gestión de las expectativas en el deporte de élite, canalizado a través de diferentes perfiles profesionales dentro del cuerpo técnico, pero Arsène y Ralf dirigían sus miradas hacia esa arista del jugador que libera su instinto tomando una decisión completamente razonada dentro de la dinámica del juego. Esa secuencia se puede entrenar y la llevan de serie los verdaderos fenómenos.

Esta revolución no es nueva pero está en el proceso de encontrar una mejora sustancial. El entrenamiento ojo-mano en el tenis, por ejemplo, trata de reducir lo máximo posible el periodo que transcurre entre la percepción de un estímulo o imagen y el tiempo de reacción que la mano tarda en ejecutar la acción técnica correspondiente. La mencionada relación entre el instinto y la decisión razonada y adecuada, y por tanto la velocidad con la que una sucede a la otra, está, sin duda, reservada para los talentos más especiales, los que no quieren ni necesitan tiempo para pensar porque ese tiempo ya lo han gastado en ejecutar lo percibido. Esta definición ha tenido en Lionel Messi al futbolista más rápido del mundo entre el instinto y la decisión (“Messi te entiende a ti siempre, pero entender tú a Messi es dificilísimo porque va dos pasos por delante”, dijo Filipe Luis), y así se ha ido sintiendo con cada fenómeno que ha ido apareciendo, como así se siente viendo jugar a un chico del Bayern llamado Jamal Musiala.

 

“Que sea bueno con la pelota es una gran ventaja”, argumentaba Ralf Rangnick en una entrevista para El País, explicando el factor más importante en la detección de talento

 

“Que sea bueno con la pelota es una gran ventaja”, explicaba Ralf Rangnick en una entrevista para El País, explicando el factor más importante en la detección de talento. “Velocidad, ritmo, aceleración, son importantes, pero lo más relevante no es correr rápido sino pensar rápido. Que sean capaces de analizar la situación y repentinamente darse cuenta de cómo deben jugar una pelota. A los futbolistas se los debe valorar por las decisiones que toman bajo presión, en los momentos del partido en los que no hay tiempo ni espacio para actuar. Hay que educar a los ojeadores en este sentido. Los goles y los regates bonitos pueden confundir”. Musiala explica bien que los mejores talentos pueden rendir sin estar físicamente formados y futbolísticamente aún indefinidos, porque de algún modo la velocidad que les hace preparados para el máximo nivel reside en la secuencia temporal que va de la percepción a la ejecución.

En el Bayern Munich-Barcelona de la fase de grupos de la Champions League 22-23, el segundo gol del partido es la X de todos los mapas que esconden un tesoro y que pone en imágenes esta innata capacidad de los talentos más salvajes. Musiala recibe un pase de Mazraoui, se gira y observa que en ese preciso momento es el hombre más avanzado sobre del campo del Bayern. El chico se da tiempo con una elegancia propia del mejor Thierry Henry, el tiempo preciso, exacto, que activa el Bayern para echar a correr una vez enfila a la última línea del rival pillándolo en pleno repliegue. Lo que sucede ahí, lo que hace Musiala, es lo que Wenger o Rangnick creen que está por mejorarse y que, de algún modo, se entrena desde lo metodológico o pedagógico, pero en verdad es un gen, como un rasgo de la personalidad, una estatura heredada o una pulsión. No se puede replicar ni compartir, es algo innato, una cualidad anhelada por un entrenador o el departamento de scouting de un club.

 

Una de las claves para detectar hasta dónde llega un talento tiene que ver, como siempre, con el estado de calma o descontrol que experimenta un futbolista cuando el tiempo lo rodea

 

Volviendo, en ese momento es cuando Leroy Sané le releva por detrás a toda velocidad mientras Araujo titubea entre el movimiento de Sané y la gracilidad de Musiala, quien en un alarde formidable, entrega el balón como se entrega el testigo al compañero en un 4×100 que va a entrar en meta sabiendo que va directo hacia la medalla de oro. Ese toque, después de haber comprendido el comportamiento de todos y todo lo que ocurre en los dos segundos previos, rompiendo la cintura de Ronald, generando un boquete sin fin que atraviesa Sané lanzado, es un hallazgo de fútbol, como la pisada de Lewandowski ante Pepe dentro del área o el envío con el exterior de Modric. Es un pase soplado, de apenas dos metros de recorrido, pero con toneladas de complejidad para un chaval de 19 años.

Una de las claves para detectar hasta dónde llega un talento tiene que ver, como siempre, con el estado de calma o descontrol que experimenta un futbolista cuando el tiempo lo rodea. Cuando alrededor de un futbolista, dentro de un equipo, el nivel técnico, la velocidad del balón y las ideas que se expresan no están por encima ni van más rápido de lo que puede interpretar, es que todo eso le pertenece. Piensen en Rodrygo Goes y su salto como futbolista, pues no es otro que poder conversar futbolísticamente con Modric, Benzema, Kroos o Vinicius y no quedarse nunca en blanco, sin saber qué decir. Esa es la gran diferencia entre los mejores y el resto. En definitiva es actuar con el instinto, ser inmediato y repentino, sabiendo que, al mismo tiempo, todo lo que haces tiene sentido y tiene un sentido. Por eso, por mucho que todo eso se intente entrenar, Musiala es el penúltimo gran talento que todos quisiéramos encontrar.

 


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Fotografía de Getty Images.