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El Royale Union Saint-Gilloise, a las puertas de volver a soñar

El equipo de Bruselas juega hoy la ida de las semifinales de la copa belga. Un trofeo del que no pisa una final desde hace 109 años y que quiere volver a ganar

En 1914 se disputó la última final de la copa de Bélgica, hasta que se reanudó en 1926. Aunque 1914 no será recordado como el año en que el Union Saint-Gilloise ganó la copa. Ese mismo curso, dos meses después de que el Union levantara el título tras derrotar 4-1 al FC Brugeois, estalló la Primera Guerra Mundial. Esa fue la última vez que el conjunto capitalino pisó una final de copa de Bélgica, y aunque en otras ocasiones ya había logrado alcanzar las semifinales de la competición, nunca lo ha tenido tan cerca como en esta ocasión. Enfrente tendrá a un mítico del fútbol belga, el Royal Antwerp. El equipo de Amberes ha logrado levantar el trofeo en tres ocasiones, la última en 2020, y es un conjunto que solemos ver en competiciones europeas y acostumbrado a estar en la máxima división estatal. El equipo flamenco lleva unos años de caída, pero sigue siendo uno de los grandes del fútbol nacional.

El Union Saint-Gilloise, a mitades del siglo XX, era uno de los mejores equipos de Bélgica. Era un conjunto habituado a estar en la zona noble de la clasificación e incluso tuvo algún paso por las competiciones europeas, llegando a jugar la ya extinta Copa de Ferias, en la que alcanzó las semifinales. En 1973 descendió a segunda división y no volvería a subir a la máxima categoría hasta el año 2021, ya con el cambio de propiedad. En 2018 el club fue adquirido por Tony Bloom, dueño y máximo accionista del Brighton and Hove Albion de la Premier League. El empresario inglés adquirió el equipo de Bruselas para imitar el modelo deportivo del Manchester City. Comenzó a adquirir equipos a nivel internacional que sirvieran como clubes satélite y nutriesen de jugadores al club matriz y en el cual jóvenes futbolistas pudieran curtirse. A los tres años de la compra del club, el equipo ya pudo ascender a la máxima categoría belga. El mandatario británico lo transformó y le dotó de instalaciones y servicios profesionales que le permitieran estar al mismo nivel que sus rivales nacionales. Al año siguiente, el club acabó primero la fase regular del campeonato, por primera vez en su historia, pero en los play-off quedó segundo por detrás del gran club belga del momento, el Club Brugge.

El Union se enfrentará al Antwerp en las semifinales de la copa, en un duelo que ya se ha disputado en dos ocasiones de la actual temporada de liga. El balance está repartido con una victoria para cada uno, siendo la más reciente para los capitalinos, que se llevaron el duelo por 2-0.  Ambos enfrentan el partido tras haber derrotado con contundencia en la ronda anterior a rivales directos en la lucha por la competición doméstica. Por su parte, el Union derrotó 4-0 al Gent, cuarto clasificado. El Royal Antwerp venció 3-0 al Genk, líder de liga y uno de los conjuntos más en forma en el panorama belga. El equipo de Amberes cuenta con grandes figuras en su plantilla, comenzando por el entrenador Mark Van Bommel, y siguiendo por Toby Alderweireld, Calvin Stengs y Vincent Janssen. Mientras que el club de Bruselas no cuenta con jugadores de mucho renombre, dispone de una plantilla equilibrada que ya ha demostrado esta temporada, tanto en liga como en la Europa League, que le puede competir a cualquier equipo de tú a tú. El conjunto bruselense pudo renacer y crecer de la mano de Tony Bloom, y mientras escala posiciones cada vez se encuentra más cerca de obtener los títulos nacionales a los que tanto aspira y que tantos años lleva esperando. La copa de este curso puede suponer una nueva página de la historia del club. El Antwerp también ha llevado a cabo estos años una reestructuración deportiva fichando como director deportivo a Marc Overmars con la intención de poder seguir el ritmo de clubes como Brujas y Genk. Estos dos equipos intentan volver a saborear la gloria de forma continua, y mientras, un histórico como el Anderlecht, se encuentra a las puertas de una crisis institucional histórica, pero esa ya es otra historia.

 


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Fotografía de Getty Images.