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El gol en Alemania se apellida Füllkrug

Máximo goleador de la Bundesliga, los goles de Niclas Füllkrug con el Werder Bremen alimentan, además de su casillero, una sospecha sobre las viejas y las nuevas costumbres del Bayern

El gol en Alemania se apellida Füllkrug

A veces las tardes de un seguidor de fútbol internacional se convierten en algo muy raro. Uno empieza mirando los goles a favor de un equipo inglés y acaba leyendo sobre la vida de un centrocampista polaco que juega en la Superliga china. El otro día, viendo el partido que enfrentaba al Bayern de Múnich contra el Werder Bremen, me asaltó un pensamiento fugaz y preciso, viendo que en la delantera de los locales no habitaba el que hoy es el máximo goleador germano: Niclas Füllkrug. Delantero nacido en Hannover que cumple con el estereotipo: alto, obstinado con el gol y con olfato para intuir dónde irá el balón dispuesto a ser rematado. Su fotografía decora el álbum de cromos de los niños de hoy, pero podría hacerlo con los que coleccionaban los que eran niños hace 50 años. Cara de futbolista antiguo, de los de siempre. Gesto rudo, sonrisa chulesca.

Mi pensamiento al no verlo me llevó a consultar su estado actual. Mientras leía que una pequeña molestia le había apartado del encuentro con el líder de la Bundesliga, pensé en que el fútbol de ese delantero recio y prolífico encajaría como un guante en el equipo de Tuchel. El Bayern, hoy sin una referencia clara a la que destinar balones para buscar el gol con garantías, podría haber visto con buenos ojos el fichaje de este muchacho de Hannover que hoy, a sus 30 años de edad, sigue vistiendo la elástica verde y blanca del equipo de Bremen. Y es ahí donde el pensamiento me llevó a plantearme si los muniqueses han perdido la manida costumbre de rastrear el mercado germano con la facilidad y la precisión de antaño.

 

La fotografía de Füllkrug decora el álbum de cromos de los niños de hoy, pero podría hacerlo con los que coleccionaban los que eran niños hace 50 años. Cara de futbolista antiguo, de los de siempre. Gesto rudo, sonrisa chulesca

 

Una costumbre que le reportó no pocos éxitos, ya fuera por hacerse con el talento surgido en las numerosas canteras alrededor del país como por debilitar grandiosamente la plantilla de todos sus rivales nacionales, dejándoles sin aquellos que lideraban sus plantillas en cuanto empezaban a destacar en el campeonato alemán. Una costumbre nada moderna, que había llevado a los bávaros a ejecutarla desde los lejanos años 70, tiempos de éxito no sólo a nivel nacional, sino también internacional. El cambio de tendencia, quizá no demasiado marcado aún, se reflejaba en el talento que estaba mostrando ese delantero de casi un metro noventa al que la ausencia le había impedido mostrar su acierto ante los bávaros.

NADIE MARCA MÁS QUE FÜLLKRUG

Con 16 goles marcados en 26 partidos, esta es sin duda la temporada más importante para Niclas Füllkrug como futbolista de la Bundesliga. Ni en sus campañas en el Hannover 96 ni en todas las jugadas en el Werder Bremen llegó a competir tan claramente por la consecución del puesto como máximo goleador, perseguido hoy en día por los tantos logrados por Grifo (Freiburg), Nkunku (RB Leipzig), Kolo Muani (Eintracht) y Thuram (Mönchengladbach), tres por detrás del ariete alemán. Hoy, en Alemania, el gol se llama Füllkrug, mientras que en la lista de máximos anotadores sólo se asoman Gnabry y Musiala por parte del equipo de Múnich, con once tantos cada uno.

Tras caer en Champions League y haber visto en serio peligro en varias fases el título de la liga germana, hay números y argumentos suficientes para entender la idea que me abordó mientras miraba ese Bremen-Bayern. Sin esa tendencia el Bayern domina menos y con menos fuerza. Además, la distinción de los muniqueses, amparados en esa visión nacionalista en materia de fichajes, lograba reflejar una estrategia muy distinta a la seguida por la mayoría de los gigantes europeos. Una diferenciación y una táctica que, además de colocarles indiscutiblemente en la carrera por competir en el ámbito nacional, también lo armaba para dar la talla fuera de las fronteras de Alemania de manera asidua.

 

El Bayern, hoy sin una referencia clara arriba, podría haber visto con buenos ojos el fichaje de este delantero que, a sus 30 años de edad, sigue vistiendo la elástica de Bremen. Pero parece que los muniqueses ya no rastrean el mercado germano con la facilidad y la precisión de antaño

 

El abrazo de las estrellas del mercado internacional seduce demasiado a quienes tienen casi la obligación de ganar siempre. Incluso en un equipo tan tradicional y destacado durante tantos años, el ímpetu por lograr competir de manera inmediata en un fútbol cada vez más obstinado por ganar veloz y olvidar aún más rápido, donde los proyectos y los planes a largo plazo parecen ir perdiendo fuerza. Y aún así, aunque se dejen seducir de manera sencilla por ese abrazo envenenado, ningún fichaje estrella realizado a cientos de kilómetros del Allianz Arena garantizará absolutamente nada.

A pesar de todo, el Werder Bremen no pudo alinear a su artillero estrella, Niclas Füllkrug, y perdió los tres puntos ante Tuchel y su Bayern. Los goles del alemán seguirán alimentando este año el casillero de un Bremen virtualmente salvado, en una temporada casi tranquila gracias a la ayuda de los números del de Hannover. Unos goles por los que ha suspirado de más un Bayern que, tras la salida de Lewandowski, deberá buscar en el mercado un ariete de garantías que vuelva a dejar clara la posición jerárquica de los bávaros. Un delantero centro que podría ser el que presumiblemente acabe como líder goleador de la Bundesliga. Aunque parece improbable.

 


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Fotografía de Getty Images.