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5 cosas que nos ha dejado el Europeo sub-19

Portugal, con una magnífica generación de jugadores, se llevó un torneo que dejó otros apuntes muy interesantes. Tratamos de abordarlos

El Campeonato de Europa sub-19 llegó a su fin hace unos días con la selección portuguesa levantando el trofeo al cielo finés. Después de un partido loco, que los lusos tuvieron muy a su favor con un 2-0 en el 70′, la cosa se complicó. Italia hizo de Italia y con la salida de Moisa Kean empató el encuentro en dos minutos tras dos acciones colectivas de gran nivel. El partido desembocó en la prórroga y João Filipe volvió a golpear. Quién sino, vaya campeonato el suyo. La ‘azzurra’ retornó las tablas al marcador, pero Portugal, en una rapidísima reacción, se volvió a poner por delante nada más sacar de centro. Esta vez, de forma irrevocable. Después de caer derrotada en fase de grupos contra la propia Italia por la mínima y en un partido con bastantes goles, la final repitió guión, pero no vencedor.

En cualquier caso, lo descrito hasta ahora tan solo tiene que ver con la última estación de un breve pero intenso trayecto futbolístico que dejó otras muchas lecturas. Vamos con 5 de ellas.

I) La buena imagen del anfitrión

Finlandia consiguió acceder a la fase final del Europeo sub-19 por su condición de anfitrión. Si nos detenemos solo en sus números no conseguiremos entender por qué este seleccionado ha dejado tan buena impresión en su torneo. Los cero puntos conseguidos en el grupo con los dos finalistas y el equipo que se clasificó para el Campeonato del Mundo sub-20 no taparon otras luces de un conjunto con varias individualidades a destacar, pero que sobre todo se ganó los aplausos por su gran trabajo colectivo. A Italia, subcampeona, le creó numerosos problemas, y solo la falta de puntería en la definición declinó el encuentro para los transalpinos. La mala suerte se cebó con ellos ante Noruega, ya que los escandinavos les remontaron el encuentro con dos goles en el tiempo añadido. Ya ante Portugal no presentaron casi oposición, pero el descaro y calidad de los Oksanen, Stavitski, Ylätupa, Ademi y compañía deja un entrañable recuerdo finés que dará que hablar en un futuro no muy lejano.

II) Las nuevas generaciones italianas

Justamente el año en que la selección absoluta italiana veía como el mundo del fútbol centraba sus miradas sobre Rusia sin su presencia mundialista, las categorías inferiores de la ‘azzurra’ se han reivindicado. El 2018 será también recordado en el seno de la ‘nazionale’ por los dos subcampeonatos que sus jugadores sub-17 y sub-19 obtuvieron. Las dos generaciones se presentaron en la final por méritos propios y con varios nombres a tener en cuenta. Sin embargo, este éxito se debe a un enorme trabajo como conjunto, con más mordiente arriba y menos solidez defensiva que la de costumbre. Estos dos éxitos no han sido fruto de la casualidad, ya que en la federación italiana se viene trabajando muy bien con los equipos inferiores de la selección. Fruto de ello son también el subcampeonato de Europa de 2016 y los dos bronces cosechados en 2017, uno en el Mundial sub-20 y otro en el Europeo sub-21.

III) La sensación João Filipe

João Filipe o ‘Jota’, como en su camiseta figura, se ha convertido en la sensación del campeonato. El ‘7’ luso ha sido uno de los principales culpables de que Portugal haya acabado alzando el campeonato. Partiendo desde el extremo izquierdo para entrar en diagonal hacia dentro, ha maravillado por su tremendo abanico técnico y capacidad para el desborde. A todo eso hay que añadir una excelsa visión de juego que en nada desluce su capacidad para ver puerta y para definir con acierto en situaciones de máxima presión. Se trata del típico jugador que levanta al público una y otra vez con sus atractivas acciones, pero que no se queda ahí, ya que los números que ha cosechado en el certamen demuestran la conjunción entre lucimiento y pragmatismo: máximo goleador, máximo asistente empatado con otros jugadores y el futbolista que más ha disparado a puerta en todo el Europeo sub-19. Una pieza clave para una generación maravillosa.

IV) Destellos franceses

El combinado galo nos ha dejado una de cal y otro de arena en este torneo. Los franceses hicieron acto de presencia con una de las sorpresas del campeonato: Ucrania venció a la selección que días antes había sido campeona del mundo en categoría absoluta. Este desliz no evitó que comenzáremos a ver y valorar a los múltiples talentos galos, aunque uno de ellos lució por encima del resto: Mickaël Cuisance. El 8 ‘bleu’ dejaba detalles marca de la casa en cada partido que el conjunto disputaba. Desde la mediapunta, era la bisagra que enlazaba el centro del campo y el ataque. Francia aplastó a sus dos rivales siguientes en la fase de grupos para acceder a unas semifinales donde cayó ante una Italia que desactivó de forma colectiva a las estrellas galas, entre las que también destacaron Diaby -con su gran cambio de ritmo y su capacidad para trasladar el balón en conducción- y Gouiri -el insaciable ‘9’ del Lyon que ya dio que hablar en el mismo campeonato del año pasado-.

V) La sorpresa

Además de la selección anfitriona, el Campeonato de Europa sub-19 nos deja otra simpática sorpresa. Como antes comentábamos, Ucrania se presentó en el campeonato venciendo a Francia contra todo pronóstico. Refugiada bajo un sistema de tres centrales y dos carrileros y con el contrataque por bandera, Ucrania se hizo con el primer puesto del Grupo B y accedió a semifinales, dejando fuera de estas a una Inglaterra que ni tan siquiera consiguió la plaza para el Mundial Sub-20, la cual cayó para Noruega, y por goleada. Portugal borró de un plumazo las aspiraciones de final de un combinado liderado por Supriaha y Tsitaishvili. Ambos jugadores pueden acaban de explotar dentro de unos años. Llamativo es el caso de Tsitaishvili. Ha disputado la competición con apenas 17 años, siendo uno de los mejores de su selección haciendo gala de una zurda magistral y una gran capacidad para atacar los espacios.