A Fran Sandaza lo conocemos desde que estalló como prolífico goleador en las filas del Saint Johnstone escocés. Este pasado verano fichó por el descendido Rangers, y le entrevistamos en el #Panenka11 para conocer su adaptación a un gigante mundial encerrado en la jaula de la cuarta división. Ahora, este joven toledano ha saltado a los titulares después de ser víctima de una grabación ilegal. Mañana ofrecerá una rueda de prensa en un entorno bastante convulso.
Fransisco, can you hear me? Hace dos días, Jack McGonigle, un agente de futbolistas establecido en Los Angeles, llama al móvil de Sandaza. Le ofrece un posible contrato en la Major League Soccer estadounidense y el delantero español, quizá demasiado extrovertido, le confiesa haber aceptado la oferta del Rangers “no por el nivel, sino por el dinero”. Una verdad bastante obvia, teniendo en cuenta que la entidad de Glasgow vaga por la Third Division -equivalente a la Tercera española- después de una refundación y un descenso administrativo ejemplar.
En cualquier caso, su confesión sitúa a Sandaza en una incómoda situación. Porque McGonigle ni es agente de futbolistas, ni vive en Los Angeles ni se llama así: en realidad se trataba de un taxista simpatizante del Celtic que, armado con una grabadora, cazó al jugador español en una encerrona. El ariete toledano, desde luego, no intuyó la ‘broma’ -a pesar del cerrado acento escocés de su interlocutor- y lejos de quitárselo de encima, aguantó una conversación de 20 minutos que no ha tardado en circular por la red. Entre otras lindezas, Sandaza reclamaba negociar a espaldas de su equipo: “No lo hagamos a través del club, mándame el contrato primero. No quiero problemas si el Rangers se entera de esto”, se le escucha decir.
“Mañana daré una rueda de prensa”, afirma hoy. Su voz suena compungida, molesta por el engaño pero aún más por haber caído en él. De momento, el club no se ha manifestado pero él intuye que no tardará. Mientras sus abogados estudian la grabación ilegal, Sandaza teme a la reacción de la grada de Ibrox, en un momento especialmente difícil -quizá el más complicado- en la historia de la entidad protestante. “Espero que mis actuaciones dentro del terreno de juego compensen todo esto” “Desde luego, me espera una buena papeleta”, admite.