Por un lado, la formación táctica de Ucrania está fuera de un molde moderno, utiliza un 4-2-3-1 muy común en el fútbol europeo. Por otro lado, la metodología adoptada por el equipo de Mykhaylo Fomenko tiene sus propias especificidades: hay un fuerte énfasis en el contraataque, mantenimiento de la base y la disciplina hasta que una oportunidad – quizás incluso solo una durante un partido – sea materializada. El centro de su enfoque se basa en una organización compacta defensiva que activa entre siete y nueve jugadores de campo. Incluso las estrellas en bandas del equipo, Andriy Yarmolenko y Yevhen Konoplyanka, se espera que también tengan peso más atrás y sean los tres centrocampistas centrales los responsables de proteger la defensa de cuatro.
El último punto significa que Ucrania no tiene claro quién será su número 10; los tres son jugadores box to box. Ruslan Rotan tiene una considerable capacidad a balón parado y lanzará la mayoría de ellos, aunque la zurda de Yarmolenko suele lanzar los corners del lado derecho. En esas acciones, Ucrania es una amenaza seria con sus dos centrales, Kucher y Khacheridi, así como con el lateral derecho Fedetskiy y el mediocentro Stepanenko.
Los peligros con los que amenazan son imponentes, pero la piedra angular del juego de Ucrania será que la defensa fiable. Sobre todo contra Alemania y Polonia, y tal vez incluso contra Irlanda del Norte, partido en el que se puede esperar un juego denso, asfixiante y que no eluda los balones largos. En este contexto es fácil ver por qué Fomenko es visto por muchos como un entrenador conservador, muy similar, de hecho, a su ilustre maestro Valeriy Lobanovskiy.
En los últimos meses, sólo el joven centrocampista del Shakhtar Viktor Kovalenko ha irrumpido en un equipo estable y establecido.
Fomenko tiene un enfoque de todo o nada para la gestión personal con los jugadores. Los jugadores en los que él cree profundamente, tienen toda la confianza; los que han caído en desgracia tienen un 90% de posibilidades de quedarse fuera del once o incluso de la convocatoria. Marko Devic, el serbio nacionalizado ucraniano, es un buen ejemplo: el delantero tuvo una impresionante temporada 2014-15 con el Rubin Kazan en Rusia, pero fue olvidado después de que se negara a jugar en un amistoso contra Camerún que coincidía con el día de su boda. Devic ya no cuenta para el equipo, a pesar de la evidente falta de opciones en la delantera de Ucrania.
En los últimos meses, sólo el joven centrocampista del Shakhtar Viktor Kovalenko ha irrumpido en un equipo estable y establecido. El conservadurismo de Fomenko quiere decir, sin embargo, que el once inicial puede predecirse con un alto porcentaje de acierto.
Se necesitarían circunstancias extraordinarias -lesión o suspensión de un jugador clave- para ver cualquier otro futbolista de inicio, y esta estabilidad es la gran fuerza de este equipo. En otro sentido, es una debilidad también, ya que hay poca profundidad en el banquillo si las cosas no van bien y alternativas de calidad a las primeras opciones brillan por su ausencia.
ONCE PROBABLE_
LA SORPRESA_
Con apenas 20 años, Kovalenko es el más futbolista ucraniano más talentoso y prometedor de su generación. Ha supuesto un punto de partida en el Shakhtar tras la venta de Alex Teixeira y les ha ayudado a alcanzar las semifinales de la Europa League. Fomenko debería tener fe en él durante la Eurocopa, ya que es capaz de convertirse en una sorpresa muy positiva.LA DECEPCIÓN_
La decepción se traduce en la diferencia entre las expectativas y la realidad. Al respecto, Yarmolenko y Konoplyanka, la pareja a la que los aficionados ucranianos siempre piden milagros, son vulnerables. Ambos son susceptibles de desaparecer en alguno de los partidos más importantes. La temporada errática de Konoplyanka en el Sevilla puede jugar en su contra, mientras que la necesidad de jugar bien y ganarse un traspaso a una liga potente, preferiblemente Inglaterra, puede pesar mucho en Yarmolenko.Por otra parte, es difícil caer demasiado decepcionado si no esperas nada especial del equipo. El principal peligro de Ucrania es la inconsistencia, con signos de interrogación en la más que exuberante naturaleza de Yevhen Khacheridi, Denis Garmash y Zozulya y una cuestión obvia sobre el ritmo que puede llevar el central de 33 años, Oleksandr Kucher, quien recibe demasiadas tarjetas rojas.
LAS EXPECTATIVAS_
En principio, un impresionante segundo lugar en el Grupo B tras vencer a Irlanda del Norte y obtener el resultado necesario contra Polonia en el tercer partido. Después de eso, las cosas se volverían completamente impredecibles. Los medios más probables de alcanzar los cuartos de final serían con un empate 0-0 y victoria en los penaltis, como Ucrania logró ante Suiza en el Mundial de 2006. Eso ya sería motivo de fiesta nacional; si llegan a las semifinales, las celebraciones pueden incluso comenzar antes del partido.