En 2006. Juraj Kucka jugaba en el ZP Sport Podbrezova, en un pueblo del interior de Eslovaquia con menos de 4.000 habitantes, ubicado en la segunda división del país. A Kucka por aquel entonces se le preguntó cuál era su mayor sueño en el fútbol y, con 19 años, este respondió: “Me gustaría jugar en el extranjero, sobre todo en la Serie A. Y el mejor equipo que hay es el Milán”.
Se podrían haber reído de él por esa contestación, pero nueve años más tarde, seguro que todos enmudecieron cuando el director general del Milan, Adriano Galliani, pagó al Génova 3 millones de euros para hacerse con sus servicios. Kucka no tardó en recuperar en Instagram esa entrevista de 2006 y escribió: “Los sueños se hacen realidad, sólo hay que creer y sacrificar algo por ellos”.
Que Kucka haya terminado en Milán no debería ser una sorpresa, pues incluso el Inter le estuvo observando durante muchísimo tiempo, yendo sus entrenadores con frecuencia a Eslovaquia para explorar a jugadores jóvenes como él.
En Génova se decidieron a contratarle por su actuación sobresaliente con Eslovaquia en la Copa del Mundo de 2010, y en especial por su sensacional partido contra Italia, campeona del torneo en 2006
En Génova se decidieron a contratarle primero por su actuación sobresaliente con Eslovaquia en la Copa del Mundo de 2010, y en especial por su sensacional partido contra Italia, campeona del torneo en 2006. Kucka había hecho su debut internacional en 2008, pero no había participado en la fase de clasificación para ese torneo que iba a jugarse en Sudáfrica. Sin embargo, el entrenador por aquel entonces, Vladimir Weiss, se dio cuenta de sus actuaciones con el Sparta Praga y decidió convocarlo a última hora. Después de participar en un empate a 1-1 con Camerún, y de dejar un muy buenas sensaciones ocupado el espacio del lesionado Miroslav Karhan, a Kucka se le abrieron las puertas del Mundial. Y ante Italia Kucka jugó el partido de su vida, en la que fue sin duda la victoria de Eslovaquia más famosa desde su independencia en 1993.
Después de esa Copa del Mundo, le llegaron ofertas de Inglaterra y de Alemania, pero 3,5 millones de euros lo acabaron enviando a Génova, donde Kucka se acabaría convirtiendo en la piedra angular del centro del campo.
Su gran estado de forma mostrado a nivel de clubes, sin embargo, no obtuvo recompensa internacional, pues Eslovaquia no logró clasificarse ni para la Eurocopa de 2012 y ni para el Mundial de 2014. A partir de ese punto, aun así, las cosas cambiaron, y en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2016 Eslovaquia volvió a protagonizar triunfos insospechados barriendo a España y a Ucrania. En esos duelos, Kucka acabó de establecerse como acompañante perfecto de Viktor Pecovsky en el círculo central de la absoluta.
Cuando fichó por el Milan, Kucka apenas llamó la atención de los medios europeos, pues en ese mismo mercado también llegaron a la histórica entidad otros futbolistas con más reputación como Carlos Bacca. Sin embargo, durante su presentación en San Siro, el centrocampista prometió que iba a dar lo mejor de sí mismo. Y la verdad es que, visto lo visto, se puede decir que el eslovaco ha cumplido con su palabra.
El central Peter Majerník, que jugó con Kucka en el MFK Ruzomberok eslovaco, dijo recientemente: “Kuco era un chico perfecto y muy popular en el vestuario. A pesar de su corta edad, de inmediato entró en el once inicial y pasó a jugar con regularidad. Físicamente estaba perfecto, tenía un disparo potente y siempre era peligroso de cara al gol. Recuerdo que nuestro entrenador [Michal Bílek] lo usó como segundo delantero e incluso como delantero centro en algunas ocasiones”.
Aunque, en aquellos tiempos, fue una pequeña sorpresa que atrajera el interés de tantos clubes y que acabara firmando para el Sparta Praga. Majerník también afirma: “Es que era un jugador muy completo y todos los entrenadores le querían en su equipo. Era muy ambicioso y nos superaba a todos en el aspecto físico. Este tipo de futbolistas se ganan el respeto muy pronto de los veteranos”.
En una reciente entrevista con el diario ruso Sport Express, Kucka comentó lo siguiente sobre la Euro de Francia : “Cuando juego con los de mi tierra, siento grandes emociones. Queremos mostrar a todos que somos un equipo de luchadores y patriotas”. Eslovaquia, cuyo estilo de juego siempre se ha basado en el trabajo colectivo y el espíritu, va a depender de él en Francia para superar con nota los enfrentamientos ante Inglaterra, Gales y Rusia.