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Odysseas Vlachodimos, nacido para ser portero

Está asentado en el Benfica, donde esta temporada ha echado el pestillo en diez partidos, y es el gran responsable de que 'Las Águilas' estén en la Champions

Si eres portero y te llamas Odysseas es porque miras a la vida a los ojos. Si eres portero y tu apellido se pronuncia Vlajodimos, algo parecido a lo que decía el colega de turno cuando entraban sus padres en el piso, es porque el payaso de It te hace gracia. Si eres portero y llevas el número 99 es porque te da igual salir a la calle en taparrabos. Dicen que los porteros son de otra pasta, como si fueran superhéroes de Marvel. Tipos que no posponen la alarma a las seis de la mañana. Tipos que no muerden el churrusco del pan de camino a casa. Tipos que silban en la sala de espera del dentista. Tipos que no compran palomitas en el cine.

Los guardametas tienen algo de funambulista. Hora y media encima de una línea finísima, noventa minutos con la posibilidad de caer con un simple fallo, todo el partido de coqueteo con el fracaso, como si te fueras de copas con el mismísimo Lucifer. Detrás de ellos no está ni la portería, ni dos palos, ni una red, ni el público. Detrás tienen el abismo, un agujero negro, el fin del mundo. Y ahí están, parados, hasta tranquilos, como si disfrutaran en un incendio. “El riesgo era lo que le daba interés al asunto”, escribió Patricia Highsmith en El talento de Mr. Ripley. Si el fútbol es una casa, la portería es alguien en llamas corriendo a través de ella.

Los cancerberos son muy valientes o muy cobardes. “Hay dos tipos de cobardes: a los que el miedo hace retroceder y a los que el miedo impulsa hacia delante”, asentó Rodrigo Fresán. Vlachodimos es de los segundos. Ya desde pequeño, tal y como explicó Sergio R. Viñas en El Mundo, ocupó la portería porque su hermano mayor, Panagiotis, también futbolista, necesitaba un guardameta que (no) atajara sus disparos. Nacido en Stuttgart, ‘Odi’ entró a los siete años en el equipo de la ciudad. Debutó en el primer equipo con 19 años y ganó el Europeo sub-17 con Alemania. Pero ya se sabe que la autopista de un portero nunca va en línea recta, está llena de peajes, de vías servicio, de rotondas para dar la vuelta y volver a casa antes de llegar a la salida correcta.

 

Aunque roza los dos metros, es un guardameta ágil, como si un oso pudiera bailar claqué sin tropezarse

 

Vlachodimos dio un par de volantazos que le ayudaron a enderezar el rumbo. Fichó por el Panathinaikos y renunció a jugar con Alemania ante la ausencia de llamadas para la absoluta. Al ser hijo de inmigrantes griegos, enseguida fue convocado por la selección helena. Al tiempo, el Benfica apostó por él para sustituir a Ederson, que es como reemplazar a la perfección. Algo casi imposible, claro, menos si te llamas Odysseas Vlachodimos y llevas el 99.

Aunque roza los dos metros, es un guardameta ágil, como si un oso pudiera bailar claqué sin tropezarse. Está más que asentado en el Benfica de Jorge Jesus, donde esta temporada ha echado el pestillo en diez partidos. Es el gran responsable de que ‘Las Águilas’ estén en la Champions League. En la última ronda previa, con un jugador menos, el PSV los encerró en un callejón sin salida. Gracias a Vlachodimos pareció que los neerlandeses jugaban a squash: un muro lo devolvía todo. La selección española se juega ahora parte del pase al Mundial en Grecia, lo mismo que si tuvieras que sacar un ocho en un examen de derivadas. Bajo palos estará Odysseas Vlachodimos. Quien no lo conozca, bastará mirarle la camiseta para sabe cómo se las gasta en la portería.

 


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Fotografía de Imago.