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Lior Asulin: vida salvaje antes de la masacre

El exfutbolista israelí es una de las víctimas de Hamás. En 2004 ganó la Copa del Estado con el Bnei Sakhnin. Sus amigos y conocidos nos recuerdan su vida y su carrera antes del trágico final

asulin

El festival de música de Re’im que acabó en masacre el pasado sábado, cerca de la franja de Gaza, dejó cientos de víctimas mortales. Y una de ellas fue el exfutbolista Lior Asulin. Se perdió el contacto con él el mismo día por la mañana y no fue hasta ayer que se encontró su cadáver.

“Quería creer que estaba vivo, porque Lior era una persona que siempre, siempre se salía con la suya. Era como un gato callejero. Pasara lo que pasara, siempre volvía”, reconoce su amigo íntimo, Ori Zuzut. “Quise tener la esperanza de que esta vez también acabaríamos teniendo buenas noticias sobre él. Pero hoy [por ayer] nos hemos enterado de la peor de todas y mi corazón se niega a creerlo. No tengo palabras”, termina.

Lior Asulin fue uno de los delanteros más destacados del fútbol israelí de finales de los 90 y principios de los 2000. Una auténtica máquina de hacer goles, imparable dentro del área, alguien capaz de encontrar la red en cualquier situación.

Comenzó su carrera en el Maccabi Herzliya, en el que marcó 48 goles. De allí fichó por el Bnei Sakhnin, club que representa a una pequeña ciudad árabe del norte de Israel, con el que ganó el único título de su carrera, la inolvidable Copa del Estado del año 2004. En la final, marcó un par de goles. Fue el primer (y hasta ahora único) título de un equipo árabe en Israel. Su entrenador aquella temporada, Eyal Lahman, recuerda la escena: “Después de que Lior marcara uno de los goles, y cuando el estadio rugía con más de 50.000 espectadores, su primera carrera fue hacia la primera fila, donde estaba su madre. No puedo olvidarlo”.

El propio Asulin declaró tras la final: “Es un momento histórico para mí y para el equipo, sólo puedo dar las gracias al maravilloso público que ha venido hoy. Corrí hacia mi madre después del gol y al final le di mi camiseta, porque ella es la que me apoya durante toda la temporada y se lo merece todo”.

Pero otra de las escenas más emocionantes que se vivieron al final del partido fue la de la extraordinaria camaradería mostrada por los jugadores del equipo. Junto a Lior Asulin, que se envolvió en una bandera israelí, había compañeros de equipo que, al mismo tiempo, ondeaban la bandera palestina. “Sorprendentemente, en ese mismo momento, todos los jugadores estaban contentos y se abrazaban. Nadie estaba realmente interesado en la bandera de su amigo. Todos estaban contentos porque habíamos hecho historia”, afirma Lahman.

 

Algunas de las escenas más emocionantes se vivieron al final del partido. Junto a Asulin, que se envolvió en una bandera israelí, había compañeros de equipo que ondeaban la bandera palestina. “Todos los jugadores estaban contentos y se abrazaban”

 

La noticia del asesinato de Asulin sorprendió por completo a su excompañero en el Bnei Sakhnin, el brasileño Gabriel Lima. “Muchos amigos me llamaron y me dijeron que Asulin había sido asesinado”, contaba ayer entre lágrimas.

¿Cuál es el momento que más recuerda de Lior?

Todos los partidos con él, hermano. Todos los partidos.

Asulin después de marcar unos de los goles con el Bnei Sakhnin en la final de la Copa del Estado (2004)

De la prisión a la barbarie

Asulin fichó posteriormente por el Beitar de Jerusalén, donde marcó 27 goles. “Recuerdo, sobre todo, a un tipo feliz”, dice su entrenador en el Beitar, Eli Ohana. “Lior nunca fue ‘fácil’ como futbolista, y digo fácil entre comillas. Afortunadamente, supe llevarme bien con él, pero era un tipo salvaje, en el sentido positivo y deportivo. En los entrenamientos, a veces, hacía las cosas por su cuenta, a veces decidía no venir. Pero luego se dejaba el alma por el equipo y, especialmente, por sus compañeros”, añade.

Asulin también jugó en el Bnei Yehuda, el Hapoel Tel Aviv, el Maccabi Petah Tikva y el Hapoel Beer Sheva. Incluso hizo una breve incursión en Chipre, donde jugó, por poco tiempo, en el Apollon Limassol. “Dondequiera que iba, dejaba huella”, afirma Lahman. “Tanto por sus goles como por la gran simpatía que recibía del público. Lo recordaré como alguien con un gran corazón, alguien en quien podía confiar”.

 

“Quería creer que estaba vivo, porque Lior era una persona que siempre se salía con la suya. Era como un gato callejero. Pasara lo que pasara, siempre volvía”, reconoce su amigo Ori Zuzut

 

Pero sus éxitos en el terreno de juego tenían un reverso, una cara B, y es que tendía a meterse en problemas. Empezó flirteando con el mundo de las apuestas y continuó con un caso de tráfico de drogas que le costó ocho meses de cárcel. “Es una sensación contradictoria, un poco difícil”, dijo la víspera de ingresar en prisión. “Me dirijo hacia un periodo no muy comprensible, tengo un poco de miedo, pero por otro lado tampoco estoy preocupado. Estoy seguro de mí mismo: saldré de aquí mucho más fuerte”.

Tras salir de la cárcel, su vida pareció ir por mejor camino. “Trabajó, ganó dinero y empezó a pensar en el futuro”, dice Lahman.

El sábado por la mañana fue a celebrar su 43 cumpleaños y fue asesinado por Hamás en ese maldito festival. Una trayectoria vital que oscila entre el éxito y el abismo termina en una gran y triste tragedia. Ohana se rompe: “No puedo describir mis sentimientos. Es triste, duele, te hace llorar”. Ori Zuzut, su amigo íntimo, concluye con melancolía: “Siempre estaba sonriendo, siempre estaba feliz, pasara lo que pasara. Igual que era una estrella en el campo, también lo era en la vida”.

 


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Fotografías de Getty Images