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Larga vida a Crouch

El 12 de julio decidió colgar las botas uno de los emblemas del fútbol inglés. Con 38 años, Peter Crouch y sus 2,01 metros se despedían de los terrenos de juego

Peter Crouch (Macclesfield, Inglaterra, 1981) dio una terrible noticia al mundo del fútbol hace apenas unos días. Tras una carrera longeva -acorde a sus 2’01 metros de altura-, el ariete británico decidió poner punto final a su andadura por los terrenos de juego. Con 38 años, ni más ni menos, colgó las botas uno de los delanteros más emblemáticos de la Premier League, un jugador que, sin tener en cuenta los equipos en los que haya militado, la afición inglesa siempre le guardará una gran estima. Tras su última campaña en el Burnley y habiendo disputado alrededor de 700 partidos como profesional -42 con el combinado nacional-, Crouch se marcha dejando su sello a través acciones que ya son historia del fútbol británico. La icónica celebración de robot o el Récord Guiness de marcar goles de cabeza en la liga inglesa (51) forman parte de su legado. A continuación, radiografiamos las diferentes etapas de la trayectoria de este mítico delantero.

Visitando el infrafútbol

Formado en las categorías inferiores del Tottenham, a Peter Crouch le pasó lo que a muchos futbolistas antes de asentarse en la élite. Sin opciones para seguir quemando etapas al norte de Londres, tocaba buscar nuevos caminos, nuevas aventuras, tomar un desvío que le llevara exactamente al mismo punto que él deseaba, el fútbol profesional, aunque con paradas en un balompié más humilde, y quizá también más inhóspito. El primer alto en el camino llegó en forma de cesión al Dulwich Hamlet, de la Isthmian League, categoría no profesional, donde apenas pudo celebrar un único tanto en todo el año. Al curso siguiente, volvía a hacer las maletas para vivir su única experiencia en el extranjero. Marchaba cedido de nuevo, esta vez a Suecia, para jugar en el IFK Hässleholm de la cuarta división del país. Y como en el primer préstamo, las cosas no salieron del todo bien. Crouch dejó un triste bagaje de tres goles en su paso por tierras escandinavas antes de regresar a Inglaterra. La historia no comenzaba de la mejor manera, pero aún era pronto para echarlo todo por tierra. El Queens Park Rangers vio algo en él y no dudó en apostar por aquel joven espigado que no encontró fortuna en sus primeros pasos lejos de casa. La jugada le salió bien a Crouch; no tanto a los ‘Hoops’ que cayeron relegados al tercer escalón del fútbol inglés y tuvieron que deshacerse de parte de su plantilla, entre ellos, del gigantón de Macclesfield, que pondría rumbo a Portsmouth para firmar una de las mejores temporadas de su vida, 18 goles en las 37 veces que saltó al césped. La Premier League llamaba a la puerta.

De Villa Park a Saint Mary’s

Los buenos números obtenidos en el Portsmouth le llevaron al Aston Villa en 2001. El club decidió apostar por el joven ariete para fortalecer su delantera, aunque a diferencia de los Peaky Blinders, Peter no logró dejar su sello en Birmingham y acabó saliendo cedido un año y medio después hacia un nuevo club, el Norwich City. Con los ‘Canaries llegó a jugar solamente 15 partidos, en los que anotó cuatro tantos, antes de regresar a Villa Park, donde esta vez haría mejor papel, realizando otras cuatro dianas en la media temporada restante. Tras finalizar la 2003-04, el Southampton se interesó por él y le ofreció más de dos millones de libras al Villa para hacerse con sus servicios, así que ‘Crouchy’ puso rumbo al sur de Gran Bretaña. Aunque los ‘Saints’ acabaron descendiendo a la Championship, el año que realizó Peter fue realmente bueno, llegando a perforar la portería en 12 ocasiones en el campeonato doméstico. Con 24 años y tras pasar por ocho clubes diferentes, Crouch había conseguido alcanzar su mejor nivel hasta el momento en St. Mary’s, lo cual le permitió acabar debutando con los ‘Three Lions’. Tan buena fue su campaña que el Liverpool puso poco más de nueve millones de libras sobre la mesa para llevárselo al norte de Inglaterra. Una nueva aventura le esperaba a Crouch en las filas del reciente campeón de la Champions.

En Anfield llegan los títulos

Aunque solo fueron tres años, la relación entre el Liverpool y Peter Crouch dio para mucho. La historia arrancó con 19 partidos de espera para que Anfield pudiera, por fin, celebrar un gol de Crouch con la camiseta ‘red’; no empezó muy bien, vamos. A aquello se le juntó una dura competencia por hacerse con un lugar en el once, pues cohabitó con Cissé, Morientes y Baros, con más nombre que fútbol en su último curso en Merseyside, para formar en el frente de ataque. Y quizá sus números en la Premier supieran a poco, ocho goles en el primer curso, pero en la FA Cup fue determinante con un gol que eliminó al Manchester United en el último suspiro y una asistencia en la final a Steven Gerrard para seguir creyendo en la remontada ante el West Ham. Tras llevarse esa FA Cup, a la vuelta de las vacaciones de verano sumaría su segundo y último título como ‘red’, la Community Shield. De hecho, aquel fue también el último trofeo que levantó en su carrera. Y de ese mismo año, en la memoria ‘red‘ quedarán grabadas dos imágenes de Crouch: el precioso gol de volea ante el Galatasaray y un hat-trick perfecto, el primero de su vida, contra el Arsenal. Aunque el curso acabó de la manera más triste por quedarse a las puertas de ganar la Champions League; hubo vendetta por parte del Milan, recordando aún lo que ocurrió en aquella noche de 2005 en Estambul. Después de esa derrota, el Liverpool vio en Fernando Torres al hombre que necesitaba el club para reforzar su ataque, lo que supuso que, en su último año en Anfield, el gigante inglés perdiera todo el protagonismo que tuvo en cursos anteriores. Tocaba mirar al futuro y el bueno de Crouch lo hizo a su manera, regresando al pasado.

Idas y venidas

Los 18 goles que había anotado con el Portsmouth en la 2001-02 quizá fueran el motivo por el que el delantero y los ‘Pompey’ cruzaron de nuevo sus caminos seis temporadas después. Y el cuento había cambiado por completo. Mientras el Portsmouth era ya equipo de la Premier, vigente campeón de la FA Cup y con una plaza reservada en la previa de la Copa de la UEFA; Crouch llevaba seis cursos en la élite, jugando en uno de los estadios más míticos del mundo balompédico y habiendo disputado una final de la Champions League. Como en las historias de amor más idílicas, club y jugador se reencontraron cuando más se necesitaban el uno al otro. Puede que aquella segunda etapa solo durase un año, pero fue el tiempo suficiente para que Crouch volviera a sentirse importante, para que el Portsmouth se mantuviera una campaña más en la máxima categoría del fútbol inglés gracias, en parte, a los diez goles de ‘Crouchy’, y para que el club del sur de Inglaterra disfrutara de su primer año en Europa, clasificándose a la fase de grupos de la UEFA. ¿Efímero? Seguro. Pero el Tottenham se interesó en él y, como ocurrió un año antes, Crouch, que nunca llegó a debutar con los ’Spurs’, vio la oportunidad de hacerlo una década después de salir cedido por primera vez del cuadro londinense. En sus dos años en White Hart Lane, Peter Crouch fue un habitual en las alineaciones de Harry Redknapp, aunque sus registros goleadores se quedaron en apenas 12 goles en 72 participaciones en la Premier League; escaso bagaje comparándolo con sus buenas actuaciones en la Champions League 2010-11, que, con cuatro tantos, fue decisivo para que los ‘Spurs’ llegaran hasta cuartos de final, ronda en la que cayeron eliminados por el Real Madrid. Al final, sumó apenas 24 tantos en los dos años en los que estuvo de vuelta en casa. Así, Crouch se despedía de nuevo del club que le formó, esta vez de manera definitiva, para llegar al que sería su segundo hogar en el mundo del fútbol.

Dulce transición al retiro

El 31 de agosto de 2011, tras haber empezado ya la temporada con los ‘Spurs y habiendo disputado un encuentro, el Stoke City desembolsó una cantidad superior a los diez millones de libras para hacerse con los servicios del gigante inglés. Su fichaje supuso un récord histórico para el club, puesto que fue la compra más cara que habían hecho nunca los ‘Potters’. Durante su primera campaña, bajo el mando de Tony Pulis, fue nombrado mejor jugador del año del club, un galardón que pudo lograr gracias a sus diez tantos en la Premier. Probablemente, la 2011-12 fue una de las mejores temporadas de su trayectoria, ya que también consiguió alcanzar la friolera cifra de 100 goles en la categoría y, en un partido frente al Manchester City, marcó uno de los tantos más bonitos de toda su carrera -una volea desde tres cuartos de campo que sorprendió a Hart y se coló en el fondo de las mallas-. Durante los tres próximas cursos, Crouch siguió siendo el líder del ataque del Stoke, llegando a marcar alrededor de ocho tantos en liga en cada una de ellas, además de contribuir con diversas asistencias. Sufrió pocos percances hasta 2015, aunque se podría destacar una patada que le propició Coloccini que le hizo perder varios dientes o una expulsión por doble amarilla -con una diferencia de menos de dos minutos entre ambas- en un partido de copa frente al Southampton. A principios de 2015, logró superar al mítico Alan Shearer como jugador con más goles de cabeza en la Premier, obteniendo de esta manera un Récord Guiness que aún sigue bajo su poder, con 51 testarazos hacia la red. Ya en la 2015-16, cuando el técnico Mark Hughes cumplía su tercer año al frente del banquillo ‘potter’, Crouch no siguió manteniendo el elevado rendimiento que había mostrado durante las temporadas anteriores, lo cual le llevó a disputar solamente once partidos ligueros. Aun así, en la 2016-17 volvió a ser el delantero que tantas alegrías había dado en el Britannia Stadium -rebautizado ya como Bet365 Stadium- y fue capaz de anotar siete dianas certificando otro año más en la primera división inglesa.

El adiós del gigante inglés

En la 2017-18 se torcieron las cosas. Los cinco goles de Crouch no le sirvieron de mucho a un Stoke que quedó en decimonovena posición y acabó perdiendo la categoría. El descenso provocó que ‘Crouchy’ empezara una nueva andadura por la Championship a sus 37 años, una aventura que tan solo duró seis meses, puesto que este pasado enero decidió hacer las maletas y despedirse de la afición rojiblanca tras ocho temporadas defendiendo sus colores. Se marchó como una leyenda de la hinchada ‘potter para volver a la Premier League, esta vez con la camiseta del Burnley, equipo con el que ha disputado seis discretos partidos durante el 2019 antes de poner el punto final a su extensa trayectoria.

El momento de su adiós definitivo se produjo el 12 de julio, cuando oficializó que colgaba las botas a través de las redes sociales. Uno de los mayores emblemas del fútbol inglés del siglo XXI se retiraba y ya solo nos quedará su recuerdo, el recuerdo de un jugador que, sin ser una estrella mundial, ha causado furor allá adonde ha ido. Portsmouth, Liverpool, Tottenham o Stoke son algunos de los clubes que más echarán de menos a la jirafa de Macclesfield y sus goles. Con 38 años, los simbólicos 2,01 metros de altura de Crouch ya han pasado a la historia del fútbol británico.