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El pasaporte de Bancé

15 equipos y 12 países a sus espaldas. La carrera de Aristide Bancé tiene de todo. Impagos, grandes momentos y muchos goles, todo por Burkina Faso

La Copa África es Asamoah Gyan, los más de cuarenta años que arrastra el portero Essam El-Hadary, las múltiples selecciones que pasan por manos de Hervé Renard o el sueño de Aristide Bancé. Las selecciones africanas nos caen bien, su anarquía nos reconcilia con un fútbol en ocasiones más propio del amateur que del profesional. Y Burkina Faso es de mis favoritas. En 2013 estuvieron a un paso de lograr su primer título, tan solo Nigeria se detuvo en su camino. Un subcampeonato donde Bancé fue claro protagonista de las semifinales. El tosco delantero es como Lukas Podolski, deambula hasta que suena la llamada de la selección. Es entonces cuando ruge, da lo mejor de sí e hiberna hasta el próximo gran torneo.

Burkina Faso vs TunisiaEn el artículo que escribimos sobre varios futbolistas de Gabón, comentábamos las vueltas que habían dado en su carrera. Al bueno de Bancé tan solo le ha faltado jugar en Venezuela para los Tucanes de Amazonas. El término “das más vueltas que Aristide Bancé” se debería imponer de forma rápida en nuestro día a día. El delantero no nació en Burkina Faso, lo hizo en Abidjan (Costa de Marfil). Pero muy joven emigró al país limítrofe, huyendo junto a su familia de un golpe militar. Su primer salto europeo lo dio en Bélgica, concretamente en el Lokeren. Una liga donde llamar la atención de mejores equipos, con la facilidad del idioma y con otros jugadores africanos. Su aclimatación fue sencilla. Allí vio la nieve por primera vez, allí empezó a labrarse su futuro. Sus buenas cifras goleadoras hicieron que llegaran las primeras ofertas por el futbolista de casi dos metros. Tuvo dos encima de la mesa: Nancy y Metalurh Donetsk. Lo normal hubiera sido dar el salto al país vecino, a una liga francesa donde las facilidades hubieran sido mayores. Pero en este mundo vence quien más dinero pone sobre la mesa, y esos fueron los ucranianos. La experiencia no fue positiva, tras el primer partido quería salir de allí. Los gritos racistas en las gradas no son fáciles de obviar, y a Bancé, como es lógico, le pesaron mucho. Volvió a Bélgica, a un club llamado Germinal Beerschot. Sí, yo también me he quedado a cuadros al leer el nombre por primera vez. Por este club han pasado ilustres como Adrian Illie, Silvio Proto, Wesley Sonck, Moussa Dembelé o Aaron Mokoena. Su vuelta no fue la esperada, y aquí empieza a girar su fortuna.

Llegó la primera llamada desde Alemania, en este caso quien contactó con él fue el Kickers Offenbach. Se trataba de un club modesto de la segunda división alemana, pero un gran paso en su carrera. Lo hizo realmente bien, y apareció la llamada del Mainz. Posiblemente su etapa en Maguncia sea la más prolífica de su carrera, donde mejor ha demostrado su nivel. El Mainz estaba también en la segunda división alemana, pero logró ascender en gran medida gracias a los 14 goles de Bancé. En Bundesliga perdió algo de protagonismo, pero aun así logró anotar 10 goles. Unas cifras más que respetables. Pero en la carrera del delantero siempre llega un momento en el que todo cae, por muy bien que vayan las cosas. Pidió un aumento salarial, correspondiente a su influencia en el equipo, pero el Mainz se lo denegó. Entonces llegó el Al-Ahli de Dubai, no pudo rechazar una oferta económica brutal. En su mejor momento deportivo, en una de las grandes ligas de Europa, dejó todo de lado merced a un gran contrato. Decisión extraña pero muy respetable. En Dubai el nivel futbolístico era mucho menor, tan solo entrenaban una vez al día y a partir de las 20:00 debido al calor. Pero, ¿con qué otra leyenda coincidió el bueno de Aristide? Con el gran Fabio Cannavaro. Se juntaban dos carreras en un momento opuesto, el defensa italiano en busca de su último gran contrato y el delantero logrando su primer pelotazo.

1024x534.7096774193549__origin__0x0_Aristide_Bance_Chippa_United1Cómo no, Bancé tampoco pudo tener continuidad en Dubai. Tan solo podían tener tres futbolistas extranjeros por plantilla, así que le tocó hacer las maletas rumbo a Qatar. Este sí fue un cambio positivo. Mantuvo el mismo salario, pues se trataba de una cesión, y el fútbol qatarí está más profesionalizado. Defendió la camiseta de Umm-Salal y pudo hacer goles. Tras su periplo en el Golfo Pérsico llegó una nueva cesión, cogió las maletas para irse a Turquía. A partir de aquí la suerte dejó de sonreír al de Burkina Faso. Firmó por el Samsunspor pero el equipo turco no le pagaba lo acordado con el Al-Ahli. Amenazó al club y finalmente salió de nuevo hacia Alemania. De nuevo volvía al país donde mejor le habían ido las cosas, pero la situación era muy diferente. Necesitaba minutos, tenía en mente la CAN de 2013. Le costó coger la forma para rendir en una gran liga, y no le fueron bien las cosas en el Augsburg. El club de Baviera lo cedió al Fortuna Dusserldorf, donde sí pudo hacer algún que otro gol. En este segundo club alemán se fracturó el mismo brazo tres veces en un año. Tiene cojones que todo ello ocurriera en un club llamado Fortuna. ¿Qué parte del mundo le quedaba por visitar? Finlandia. Efectivamente, Bancé recibió una buena oferta del HJK Helsinki. No le salió mal la apuesta, pero el club capitalino rescindió su contrato pues no podían hacerse cargo de su elevada ficha. El delantero quedaba libre y voló rumbo a Kazajistán, a un equipo llamado Irtysh Pavlodar. De nuevo sufrió problemas raciales y tampoco le pagaron lo prometido. Todo un destino idílico, vaya.

Tras dar más vueltas que un tiovivo, volvió a África. Se convirtió en jugador del Chippa United de Sudáfrica. El nombre del equipo no parece muy tentador, ni de fiar. Tal cual, se convierte en el tercer club con impagos. Bancé puso el caso en manos de la FIFA y salió de allí. Harto de tanto timo, tan solo quería un destino en el que preparar la CAN de 2017 y cobrar de forma regular. El dinero ya no era lo importante, ya tenía un colchón más que considerable. Así es como acabó en el FC Riga. El fútbol letón es la última frontera. El salario era bajo, pero al menos tenía la seguridad de los pagos y pudo jugar. Antes de esta Copa África firmó por el club ASEC Mimosas de su Costa de Marfil natal. En definitiva, Aristide Bancé ha convertido sus equipos en trampolines necesarios para jugar con Burkina Faso. Y ha hecho goles en todos ellos, se nota que Aruna Dindane es su cuñado. Ojalá el destino le guarde una gran sorpresa y pueda ser campeón del continente, se lo merece. No olvidéis la lección del texto: nunca os fiéis de un equipo llamado Chippa United.