El Brentford FC fue una de las grandes sensaciones del curso pasado en la segunda división inglesa. La propuesta ofensiva de su entrenador, Thomas Frank, y el nivel de sus jugadores estuvieron a punto de llevar al club londinense a la máxima categoría, pero la derrota en la final del play-off frente al Fulham dilapidó todas las esperanzas. Las ‘Abejas’ ganaron siete encuentros consecutivos tras el regreso del primer confinamiento, una racha que rompieron en la penúltima jornada de la temporada regular frente al Stoke City. En el último partido volvieron a perder, esta vez contra el Barnsley, y malograron la oportunidad de ascender de manera directa. Sin embargo les quedaba una bala en la recámara. Superaron al Swansea en las semifinales de la promoción, pero no pudieron cosechar el deseado ascenso en Wembley.
Algunos de sus mejores futbolistas, Ollie Watkins o Saïd Benrahma, se mudaron a la Premier, mientras otros, como Josh Dasilva, Sergi Canós o David Raya, siguen en Brentford luchando para que el club obtenga una plaza en primera. Raya (Barcelona, 1995) llegó a la entidad en el verano de 2019 y se hizo dueño y señor de la portería, llegando incluso a ganar el Guante de Oro de la competición. “Soy un chico al que le gusta estar en casa”, expresa un tipo que ama su profesión y al que le gusta ver series, películas y jugar a videojuegos como a cualquier otro. La pandemia le ha alejado de sus seres queridos, pero espera poder verles de nuevo en Navidad. Mientras tanto, seguirá defendiendo con orgullo la portería y viendo fútbol para divertirse y aprender, como cuando era aquel niño que admiraba a Iker Casillas, su mayor referente.
No pudisteis subir de categoría, pero gracias a tu gran temporada obtuviste un premio individual.
Sí, recibí el Guante de Oro, que aquí no es el equivalente al Zamora, sino que se entrega por número de porterías imbatidas. Las porterías imbatidas no solo son mérito del portero. Todo empieza con el delantero, que es el primero que defiende, así que este premio es tanto mío como del equipo. Lo compartí con el portero del Millwall, Bartosz Bialkowski, que también hizo 16 porterías imbatidas, y es un premio que se agradece tener, ya que esta liga es tan difícil que hacer 16 clean sheets significa mucho para mí.
Uno de los aspectos que más ha evolucionado en el juego de los porteros en las últimas décadas es el juego de pies, precisamente uno de tus puntos fuertes.
Es un atributo que me caracteriza porque desde pequeño siempre me ha gustado jugar fuera de la portería, entonces me siento muy cómodo con el balón en los pies, como un central más. Puedo ayudar en cualquier momento del partido, tanto rompiendo líneas de pase como sacando el balón en largo o en corto. Creo que es muy importante porque hoy en día los equipos están apostando por esto muchísimo y es algo necesario para jugar todas las semanas.
No es una coincidencia entonces que durante el verano se te relacionara con el Arsenal de Mikel Arteta, un técnico al que le gusta dominar el balón.
Algo vi por Internet de que sonaba mi nombre. La manera en la que juega el Arsenal de Arteta, que ha estado varios años con Pep, es increíble. Si te fijas en las estadísticas, uno de los equipos que más elabora los ataques de toda la liga es el Arsenal. Y uno de los que menos los elabora es el Villa, que le ganó hace unas tres o cuatro semanas, porque al final el fútbol, y sobre todo la Premier, tiene estas cosas. De todos modos Arteta está haciendo un buen trabajo.
0-3 del Villa de Jack Grealish.
Es un jugadorazo. Tuve el gusto de jugar contra él hace dos temporadas. Es un profesional de los pies a la cabeza y se merece todo lo que le está pasando.
Es una barbaridad la cantidad de talento que nace en la Championship.
Siempre digo, y también lo dice mucha gente, que la Championship es la quinta liga más competitiva de Europa. Si te fijas la cantidad de talento que hay en todos los equipos, siempre hay jugadores que han estado en Premier o que han cosechado un ascenso, jugadores jóvenes cedidos de los grandes clubes, tipo Liverpool, Chelsea, Arsenal… Vienen muchos cedidos para poder progresar. La Premier compra mucho aquí porque es una liga muy competitiva, y si puedes jugar a un buen nivel en Championship puedes jugar en muchas ligas de Europa. Además están pagando muchísimo dinero por los jugadores. Un buen ejemplo es Ollie [Watkins], por el que pagaron 28 millones de libras más cinco en variables.
Se suele hablar del calendario apretado de los equipos de élite que compiten en Europa, pero la Championship también conlleva mucho desgaste.
Ten en cuenta que además la Premier son 38 jornadas y nosotros jugamos 46 porque somos 24 equipos, más los partidos de un posible play-off y las copas, claro. Debes tener un equipo muy amplio. Hay mucha gente que viene a Championship desde otros países porque la ven muy atractiva y cercana a la Premier. Si haces una buena temporada tu nombre va a estar sonando para los equipos de arriba. Wayne Rooney está en el Derby y es un jugador mundialmente conocido. Bastantes jugadores que han triunfado en Premier acaban su carrera aquí porque es una competición que financieramente también está muy bien.
¿Qué diferencias percibes entre el fútbol en Inglaterra y el fútbol en España?
Considero que el ritmo en Inglaterra es muchísimo más alto y en La Liga los partidos son más lentos. Aquí, especialmente en Championship, el ritmo es muy intenso, te presionan por todos lados, no te puedes girar, siempre tienes a alguien encima tuyo… También es diferente al de la Premier, donde existen más espacios, aunque al final se lo buscan los jugadores porque tienen calidad y saben encontrarlos. En la Championship los espacios son más reducidos y el hecho de que algunos campos sean más pequeños no ayuda. La gente que viene de fuera necesita tiempo porque no es fácil adaptarse al fútbol inglés.
Quizá ahora muchos seguidores en España prefieren la liga inglesa porque el fútbol es más directo.
El juego es más directo y hay más ocasiones y goles. Estos últimos años Liverpool y City han estado por encima de todos, pero si lo miras por un poco más abajo están Chelsea, Arsenal, Wolves, Sheffield United, Aston Villa… Cualquier equipo te puede ganar en cualquier momento. El Leeds ahora también está ahí, y esperemos que haga una buena temporada. La gente dice que la Premier es la mejor liga del mundo y yo me lo creo. Hay equipos que aunque no sean tan conocidos hacen temporadas muy buenas.
El año que viene estarás ahí con el Brentford.
[Ríe] Ojalá. A ver esta temporada, una temporada muy extraña. Ahora tenemos 13 partidos hasta enero. Uno el martes, otro el sábado, después el miércoles, luego otra vez el sábado… El 22 de diciembre me parece que jugamos contra el Newcastle los cuartos de copa. Y durante las Navidades hay muchísimos partidos. Es de locos.
“El estar siempre al cien por cien mentalmente es muy difícil”
Mucho desgaste físico, pero también mental.
Sí, claro. Siempre se habla del desgaste físico, pero el mental también es importante. El estar siempre al cien por cien mentalmente es muy difícil. Ya sea porque no tenemos días libres o porque no nos da tiempo a recuperarnos del todo nunca vamos a estar al cien por cien, es prácticamente imposible. Se tiene que entrenar, se tiene que descansar, se tiene que dormir bien… Este año especialmente es muy exigente y hay que saber gestionarlo.
Para eso está el entrenador, Thomas Frank, que desde que llegó al club ha intentado proponer siempre un fútbol de ataque, con el balón como protagonista. Incluso fuisteis el equipo que más goles marcó el curso pasado.
Marcamos unos 80 goles y más de 50 fueron de la ‘BMW’ (Benrahma – Mbeumo – Watkins). Me encanta el fútbol que hacemos, lo disfruto porque estoy muy envuelto en el juego. Toco muchísimo balón. Es normal que a los aficionados les guste vernos jugar, no somos el típico equipo que la tiramos arriba para que la luchen directamente los atacantes. Nos gusta jugar desde atrás y elaborar los ataques.
Llegaste muy joven a Inglaterra, desde Cornellá. Fue un gran paso para ti.
Había un convenio entre Cornellá y Blackburn. Fui a probar en 2011, pero como tenía 15 años aún no podía firmar. Luego volví en octubre, otras dos semanas, para probar, y como ya tenía los 16 me quisieron fichar para junio del año siguiente. No estaba pasando una buena etapa en Cornellá. Estaba en el juvenil ‘C’, ni en el ‘A’ ni en el ‘B’, en el ‘C’, porque no rendí como tenía que rendir. Aun así, yo siempre he querido dar todo lo posible y aquella era una oportunidad que no podía desaprovechar. Si no salían bien las cosas siempre podía volver a casa con mis padres y seguir como si nada hubiera pasado. Lo hablé con ellos y también pensaban que era lo mejor, porque al final era lo que yo quería. Iban a estar contentos hiciera lo que hiciese, así que decidí irme y a las tres semanas de haber ido a probar me comunicaron que me querían ya para enero, para que mi adaptación fuera mucho más fácil, más rápida, y cuando empezase la liga Sub-18 yo tuviera un buen nivel de inglés, me hubiera adaptado al fútbol, a los compañeros y a la vida en Inglaterra. El hecho de poder ir seis meses antes me ayudó muchísimo. Fue decisión mía, pero también me ayudó tener el apoyo y la opinión de mi familia.
Entiendo entonces que te fuiste solo.
Me fui solo, aunque tuve la gran ayuda de Hugo Fernández, que tenía un año más, también jugaba en Cornellá y se había marchado a Blackburn antes que yo. A través de su fichaje las entidades establecieron el convenio. Los directivos venían a vernos entrenar y decidían quién iba a probar unos días a Blackburn. Fuimos ocho o nueve jugadores y tuve la suerte de ser uno de los elegidos, aunque también quisieron fichar a alguno de mis compañeros.
¿Costó adaptarse al Reino Unido?
Tuve mis días. Aprendí a estar solo desde muy pequeño, por eso creo que ahora me gusta tanto estar en casa [ríe]. La ayuda de mi familia, que venía casi cada mes a verme, o si no bajaba yo cuando podía, me facilitó las cosas, pero aun así fue complicado. Un niño de 16 años que deja a su familia, a sus amigos, la escuela… Todo por irse a un país que no conoce, que no sabe el idioma, porque no tenía ni idea de inglés. Fue difícil, pero estoy muy contento con la decisión que tomé.
¿Qué cambios te costó más asimilar?
El tiempo [ríe]. En Blackburn, que está en medio de la nada, hace frío y llueve casi todos los días. En invierno todos los campos están congelados y a veces teníamos que entrenar en un campo cerrado. La cultura gastronómica también es muy diferente y en invierno se hace de noche a las cuatro de la tarde. El tiempo es triste y hasta que no te acostumbras es difícil, pero la época de Blackburn fue muy buena, y gracias a eso estoy aquí.
También estuviste en el Southport unos cuatro meses.
Sí, de septiembre a enero. Aquella época fue de las mejores que tuve como futbolista cuando era joven. Me fui hacia allí con 18, a competir tres meses en Conference, la quinta división. Si subes de Conference a League Two pasas a ser profesional, hasta entonces digamos que eres semiprofesional. Mi experiencia fue increíble. Me ayudó mucho a crecer y a valorar las cosas, porque allí mucha gente no juega a fútbol solo porque le guste, sino también para poder pagar sus necesidades y ayudar a la familia. Son gente que trabaja durante el día y juega a fútbol por la noche. Pasé de estar en un equipo de Championship, con unas facilidades deportivas increíbles, a entrenar en el equipo de una universidad, donde me tenía que lavar la ropa yo y tenía unos 45 minutos en coche para ir a entrenar y más de una hora para ir al estadio.
La época de Southport fue muy buena porque además llegamos a la tercera ronda de la FA Cup. Jugamos contra el Derby, que en esa época estaba luchando por subir a primera, y la verdad es que fue una experiencia muy bonita. Perdimos 1-0 en el último minuto, de penalti. Hice el mejor partido de mi vida. Chutaron unas 28 veces, a puerta unas 18, y tuve la suerte de que estaban mis padres y mi hermano mayor para verlo. También era mi ultimo partido con ellos porque se acababa la cesión. El equipo trabajó un montón para no dejarlos ganar fácil, y que nos ganaran de penalti en el minuto 90 después de todo… Me derrumbé y empecé a llorar como un niño pequeño. Ese partido lo tengo grabado en DVD aquí en casa y de vez en cuando me lo pongo. Siento una nostalgia muy grande porque además ese partido fue el que me permitió debutar con el Blackburn poco después.
Imagino que fue uno de los momentos más emocionantes de tu carrera. Se juntaron todos los alicientes para que acabaras llorando.
Se juntó todo… Lo recuerdo como si fuera ayer. Fue realmente bonito jugar y poder hacer el partido que hicimos. Fue una mierda no poder conseguir el empate, porque para una entidad como el Southport, de Conference, un replay contra el Derby en casa hubiera supuesto mucho dinero para el club. El campo habría estado lleno… A parte de este momento también me dolió mucho la final del play-off de ascenso a Premier de este verano pasado. Rompimos a llorar todos. Volver del parón y perder los dos últimos encuentros de la temporada regular, después de estar siete partidos consecutivos ganando, nos tocó muchísimo y fue difícil salir de ahí. Y no poder obtener el resultado necesario en Wembley fue muy duro mentalmente. Cuando volvimos de las pequeñas vacaciones, si se las puede llamar así, estuve dos semanas muy jodido, pero son cosas que tiene el fútbol.
¿Has vivido alguna otra dificultad desde tu llegada a Inglaterra?
Hay muchas situaciones que te preocupan y a veces no te salen las cosas como quieres. Cuando bajamos de Championship a League One con el Blackburn fue muy duro. Estaba acostumbrado a estar en segunda y bajamos, el salario se redujo un 50%, vivía solo… Fue bastante duro, pero de todo se aprende y acabé creciendo como persona. Aquello sucedió porque tenía que suceder. Fue un toque de atención para todo el mundo. Bajar con el Blackburn y volver después a Championship fue muy importante para el club, porque en ese momento estaba muy dividido, ya que los aficionados no estaban muy contentos con la gestión de los dueños. Descender y ascender a la temporada siguiente hizo que el club volviera a unirse y pudiera tirar para adelante, que volviera a fluir. Bajar fue lo mejor que le pudo haber pasado.
Además la temporada en la que el Blackburn regresa a Championship tuviste un papel esencial en el equipo.
Fuimos uno de los equipos menos goleados y de los que más marcó. Quedamos segundos por debajo de Wigan. Fue una temporada muy buena. El equipo que teníamos, sin faltar el respeto al resto, era un equipo de Championship. Incluso teníamos jugadores que habían estado en Premier. Teníamos experiencia y jugadores jóvenes. Éramos un equipo compensado y este fue uno de los motivos por el que acabamos subiendo. Personalmente creo que estuve bien, hice una buena temporada y por lo tanto me dieron la oportunidad de poder seguir jugando. El año posterior, otra vez en Championship, me sirvió para estar ahora aquí en Brentford.
Digamos que aquella temporada en League One fue tu temporada de consolidación profesional.
Sí, exacto. Aquella fue una temporada en la que dije ‘soy buen jugador y portero número uno’. Di un golpe sobre la mesa y seguí creciendo. Aquel curso fue el detonante para iniciar del todo mi carrera.
“El Brentford juega un estilo de fútbol que a mí me gusta mucho, saliendo desde atrás, jugando el balón”
Y en el verano de 2019 te llama el Brentford y te marchas. ¿Por qué decidiste dar ese paso?
Fue un poco de todo. El Brentford juega un estilo de fútbol que a mí me gusta mucho, saliendo desde atrás, jugando el balón. El Blackburn también hacía buen fútbol, pero de una forma diferente. También sentía que llevaba mucho tiempo acomodado y necesitaba nuevos retos. La temporada anterior no me sentí del todo a gusto y creo que fue la mejor decisión que tomé. Además estaba de entrenador de porteros Iñaki Caña, que ahora está en el Arsenal, y me ayudó mucho a tomar esa decisión. Tenía muchas ganas de trabajar con él y me ayudó muchísimo en los seis meses que coincidimos.
Ganasteis al Fulham tanto en la primera como en la segunda vuelta de la temporada regular, pero en la final de la promoción no pudo ser.
Ellos tenían mucha más experiencia que nosotros porque ya habían ganado una, sabían a lo que jugaban, sabían cómo afrontar una final… Nosotros teníamos muchos jugadores que nunca habían afrontado un partido tan importante, yo incluido. Fue una experiencia increíble jugar en Wembley, lo único malo es que no estuvieron los aficionados para apoyarnos. Íbamos 0-0 y en la prórroga marcaron un gol. Y poco después vino el segundo. Nos pusimos 2-1 en los últimos minutos, pero al final no pudimos hacer nada.
Es una lástima que los aficionados no pudieran estar en Wembley ni tampoco en Griffin Park, el hogar del Brentford desde 1904, cuando albergó el último partido de su historia.
Fue una gran putada, tanto para los aficionados que no se pudieron despedir del mítico estadio como para nosotros. Era el final de una etapa y a la vez la bienvenida de otra nueva, porque el club está avanzando, pero no podían dejar eso atrás sin despedirse. Es una situación que nos ha tocado vivir y esperemos que acabe pronto y los aficionados puedan volver a pisar un estadio de fútbol lo antes posible.
¿Echas de menos España?
Sí que la echo de menos. Llevo sin bajar desde febrero, pero la verdad es que ahora me gusta mucho la vida aquí. En Londres estoy mucho mejor que en Blackburn, la verdad. El tiempo es mejor, no llueve todos los días [ríe]. España siempre va a ser mi casa, pero estoy muy a gusto aquí. Ya veremos lo que pasa en un futuro.
¿Has tenido la oportunidad de volver en algún momento?
Sí. He tenido oportunidades, pero nunca las he contemplado. No me voy a mover de Inglaterra hasta que juegue en la Premier. Quiero hacerlo y esperemos que se cumpla. Aun así, no descarto jugar en España. Allí casi todos los equipos juegan buen fútbol.
Desde febrero no vienes a Barcelona, ¿no has visto a tu familia desde entonces?
Vi a mis padres en septiembre porque vinieron tres semanas para mi cumpleaños, aunque tuvieron que hacer cuarentena durante 14 días. Y llevo sin ver a mis amigos, hermanos y sobrinos desde febrero. Ahora espero que pueda verles en Navidad, que se abran fronteras y a ver si pueden venir.
Tu primer partido como profesional fue en Elland Road con el Blackburn y ganasteis 3-0. Dejaste la portería imbatida. ¿Cómo recuerdas aquel día?
Lo recuerdo bastante bien, incluso recuerdo cuando el míster me dijo que iba a jugar. Me lo dijo por la mañana del mismo día. Yo pensaba que iba a estar en el banquillo porque el portero titular estaba bien, aunque el segundo sí que estaba lesionado. Precisamente yo había pasado una noche horrible porque tenía anginas, había dormido tres horas y tenía pus en la garganta. Por la mañana me llamó el entrenador y me preguntó si quería jugar. Y le dije que claro que quería. Entonces antes del partido, en la reunión de después de comer, explicó que no podíamos arriesgar al primer guardameta, Jason Steele, porque como yo ya había jugado la copa con Southport no podía jugar el partido de copa del martes o miércoles siguiente, entonces si a Steele le sucedía cualquier percance no tendríamos portero. El partido se me pasó volando. Jugar en Elland Road y ganar 0-3 el día de tu debut es increíble. Elland Road es de los campos más difíciles que hay en Inglaterra. Por la afición. Los fans no me decían cosas bonitas precisamente, me llamaban de todo porque sabían que debutaba, que tenía solo 19 años. Tuvimos la fortuna también de que expulsaron a un jugador suyo y eso nos ayudó.
Portería a cero con anginas. En las situaciones límite el cuerpo se fortalece.
Además no sabía que iba a jugar. Me acuerdo de la noche porque la pasé horrible. Tos, mocos, pus… Al fin y al cabo el fútbol te da una adrenalina que hace que no sientas muchas cosas. A veces te duele el tobillo, te duele la rodilla y no parece nada grave, pero quizá en frío te duele. Una vez entras al campo te olvidas de todo hasta que acabas el partido, que entonces ya estás muerto. Cuando hay tantos partidos seguidos sin poder descansar no va a haber un futbolista que vaya a estar al cien por cien siempre. Una vez juegas dos o tres encuentros seguidos, juegues en la posición que juegues, no vas a estar en perfectas condiciones. Imposible. Ahí entra en juego la manera en la que el entrenador pueda manejar las sustituciones y rotaciones.
El papel del entrenador es clave para gestionar tanto el aspecto físico como el mental. ¿Qué grado de importancia crees que tiene la psicología en el futbol?
Tiene muchísimo que ver. Se han visto muchos casos en los que el entrenador ha perdido el respeto del vestuario y han acabado despidiéndole. El entrenador debe sacar todo lo bueno de los jugadores, tanto a nivel individual como colectivo. Es muy importante que sepa dónde están sus barreras, pero también debe saber integrarse en el equipo y ser uno más, por decirlo de alguna manera. Es muy importante y por lo general todos los entrenadores de élite saben manejar muy bien esta faceta.
Ahora que estamos inmersos en la era de la inmediatez a veces lo que falta un poco en los clubes es paciencia.
El fútbol es muy complicado y cuando cambias de liga o de equipo, de entorno, necesitas un tiempo para adaptarte, tanto si eres jugador como si eres entrenador. Por lo general un entrenador no puede llegar a un equipo y ganar tres Champions seguidas, es casi imposible. Tiene que adaptarse y conocer el ambiente. Los jugadores estamos acostumbrados a un entrenador y a trabajar con sus métodos, entonces cuando llega uno nuevo tiene que adaptarse a los jugadores y los jugadores a él. Esto requiere tiempo. Que un jugador recién llegado empiece a mostrar su mejor nivel desde el minuto cero también es muy difícil que pase.
Y en la opinión pública a veces también existe cierta impaciencia. Los aficionados y los periodistas opinan de vosotros de manera recurrente. ¿Esto cómo lo llevas?
Al fin y al cabo es lo que conlleva ser una figura pública. Siempre van a hablar de ti, ya sea bien o mal, y tú no lo puedes controlar. Tienes que evadirte de esos comentarios, ya sean buenos o malos, porque los buenos te pueden subir el ego y pueden acabar perjudicándote. Y si te fijas en lo malo puedes decaer. Está bien interactuar con los aficionados de vez en cuando, pero no debes hacer mucho caso a los comentarios. Tienes que enfocarte en lo que el entrenador te dice y poco más. Es como lo veo yo.
A veces se nos olvida que los futbolistas también son personas.
Molesta porque cualquier persona puede entrar en Twitter y rajar de todo el mundo. Por desgracia hay gente que no se da cuenta de que nosotros también somos personas, tenemos sentimientos, nos puede afectar más una cosa u otra o a lo mejor estamos pasando por un momento difícil a nivel familiar o personal. Eso a nosotros nos perjudica como a cualquiera. Hay gente que no lo entiende y es muy fácil ponerse detrás de una pantalla y escribir alguna tontería. Yo soy un chaval de 25 años normal y corriente.
¿Cómo se afronta una nueva temporada cuando en la anterior os habéis quedado a nada de jugar en una categoría superior?
Además teniendo en cuenta las circunstancias que lo acompañaban. Tuvimos solo 13 días de fiesta y no podía viajar a España, no podía ver a mi familia. Fue durísimo. Me fui de vacaciones cuatro días con mi pareja a Croacia y no hice nada más. Fui a Mánchester a ver a mi familia, mis amigos de allí. Le tengo que dar las gracias a ellos y sobre todo a mi chica por estar apoyándome. Y también a los aficionados y al cuerpo técnico, que lo hizo muy bien cuando regresamos. El fútbol es así y ahora debemos mirar adelante, ir partido a partido como el año pasado para que en mayo cuando miremos la tabla estemos en una buena posición.