México se presentará este verano en Rusia como lleva haciéndolo en las últimas Copas del Mundo: pinta como el eterno aspirante para poner en algún aprieto a las selecciones favoritas a llevarse el trofeo. Aunque son tantas las veces que se le ha puesto esa etiqueta en balde, que ya no sorprenderá a nadie, ni para lo bueno ni para lo malo.
Si bien es cierto que su camino hacia el Mundial ha sido casi impecable -once victorias, cuatro empates y tan solo una derrota-, hay ciertas cuestiones que preocupan en el entorno del Tri: pese al juego de ataque y ambicioso que propone Juan Carlos Osorio, la afición pone en duda las capacidades del técnico colombiano para conducir a México hacia cotas más altas; se espera algo más de sus futbolistas, que los ya consolidados rindan como lo hacen en sus clubes y que los más jóvenes den un paso adelante. En definitiva, exigen un plus de competitividad ante las grandes potencias del fútbol mundial.