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La revancha charrúa

Franceses y uruguayos se vieron las caras hace 5 años en la final del Mundial sub-20, cuando los primeros se impusieron desde los 11 metros

El Mundial de las sorpresas. Así ha sido apadrinado por muchos el actual campeonato del mundo que se está celebrando en Rusia. La emoción está siendo un ingrediente nada ausente en la mayoría de los partidos, ya fueran estos de fase de grupos o en los cruces directos. Esa línea emocionante, además, nos dejará un finalista ‘alternativo’, teniendo en cuenta las últimas ediciones. Inglaterra, Rusia, Croacia o Suecia comparecerán en la final del 15 de julio, dejando clara la diferencia entre un lado del cuadro y el otro. Por la parte ‘peligrosa’ podremos disfrutar de un Bélgica-Brasil y un Francia-Uruguay. Precisamente, el encuentro entre franceses y uruguayos tendrá algunos protagonistas que hace cinco años se vieron las caras en la final del Mundial sub-20 de Turquía. Después de haber adquirido cierta madurez futbolística, parte del combinado charrúa querrá venganza con aquella final en el recuerdo, donde Francia se impuso desde el punto de penalti.

Alphonse Areola, Paul Pogba, Samuel Umtiti y Florian Thauvin por parte francesa y José María Giménez, Gastón Silva, Guillermo Varela, Rodrigo Bentancur, Diego Laxalt y Giorgian De Arrascaeta por parte uruguaya se verán las caras de nuevo tras aquella final de 2013. Los de Tabárez vencen a los de Deschamps en cuanto a continuidad de sus jugadores desde las categorías inferiores, ya que en Francia solo cuentan con cuatro campeones del Mundo sub-20, mientras que los charrúas poseen seis en su plantilla. Areola fue uno de los mejores arqueros de todo el torneo y Florian Thauvin se destapó como un eléctrico extremo con gran capacidad para ver puerta. Samuel Umtiti comenzó compartiendo pareja de centrales con Zouma, pero se fue cayendo del once conforme avanzaba el campeonato. Paradójicamente, en el partido de este Mundial él será de la partida y su compañero en aquel torneo ni está convocado. Por último, Paul Pogba fue designado Balón de Oro de un campeonato donde no mostró, ni de lejos, toda la categoría que atesoraba en sus botas.

José María Giménez es, sin duda, el jugador que más ha progresado desde aquella final en el combinado sudamericano. El defensor colchonero acababa de firmar por el Atlético de Madrid y fue uno de los mejores defensores de todo el certamen. Gastón Silva tuvo también un papel destacado en el torneo, así como Diego Laxalt en la izquierda, jugador que se ha ganado el puesto en 2018 con el paso de los partidos. Guillermo Valera tuvo un papel protagonista, no como en el presente 2018. Todo lo contrario que la situación de Rodrigo Betancur, ya que en 2013 no tuvo mucho protagonismo y en Rusia está siendo el enlace entre el centro del campo que ha armado Tabárez y los dos puntas del equipo. Por último, uno de los jugadores que más llamó la atención de aquel campeonato fue Giorgian De Arrascaeta que, a pesar de quedarse fuera del once titular de la final, firmó un gran torneo siendo uno de los hombres más importantes del cuadro celeste.

Poderío francés

El cuadro sudamericano no pudo conseguir la primera posición de un grupo formado por Croacia, Uzbequistán y Nueva Zelanda. Dos victorias le valieron para pasar como segundo y enfrentar en la ronda de octavos de final a Nigeria. El mejor jugador de aquel torneo de los celestes, Nico López, que hoy no está ni siquiera en la lista de convocados de Tabárez, hizo los dos goles que dejaron por el camino al cuadro africano, accediendo a cuartos de final venciendo por 2-1. España, una de las selecciones favoritas a llegar a la final del torneo, fue apeada de los cuartos por Uruguay. El gol de Avenatti fue suficiente para doblegar al combinado español, que no pudo derribar la gran defensa charrúa. Una sorpresiva Irak se presentó en semifinales. Después de 120 minutos de encuentro, el empate a uno continuaba en el marcador y el pase a la final se decidiría desde el punto de penalti. Giménez y Gastón Silva, presentes en Rusia 2018, anotaron sus respectivos lanzamientos y ayudaron a su combinado nacional a acceder a la final soñada ante Francia.

El camino de Francia fue algo menos pedregoso, pese a que en su grupo tampoco consiguiera ser primera. Los franceses consiguieron solo cuatro puntos tras perder con España, empatar con Estados Unidos y vencer solo a Ghana. Turquía, la anfitriona, fue el rival francés en octavos de final. La artillería francesa salió a relucir en las rondas del caos, ya que Turquía recibió un severo correctivo (1-4) francés. Uzbequistán se plantó en cuartos de final y su progresión en aquel campeonato se vio frenada en seco por cuatro goles galos. Pogba y Thauvin anotaron desde los once metros en la primera parte y encarrilaron un partido relativamente sencillo para Francia. Ghana se presentó en semifinales y tuvo que enfrentarse de nuevo a Francia, que ya la había conseguido derrotar en fase de grupos. La historia se repitió con dos goles de Thauvin, el segundo de ellos decisivo, ya que los africanos habían conseguido empatar el encuentro.

Francia llegó a la final derribando a sus rivales con una gran autoridad y con un Pogba que parecía haberse reservado en el campeonato, ya que no logramos ver su mejor versión. Los galos eran algo más favoritos que unos uruguayos que habían currado de lo lindo para presentarse en la final, venciendo sus partidos con gran sufrimiento y haciendo gala del sempiterno trabajo defensivo charrúa. El guion era muy similar al que actualmente tenemos. Francia y Uruguay se jugarán en Rusia una plaza para las semifinales del Mundial, teniendo Francia las apuestas a su favor. En la final de 2013 los penaltis tuvieron que dictar sentencia, favoreciendo al lado francés pese al teórico favoritismo ‘Bleu’. Uruguay espera que la historia se repita a la inversa y poder consumar su venganza cinco años después.