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USA y el fin de los récords: “¿cómo que solo fueron tres goles?”

En 2019, Estados Unidos hizo historia en un Mundial al endosarle 13 goles a Tailandia. Este verano, en cambio, 'solo' consiguió superar por 3-0 a Vietnam, otra debutante. ¿Se está cerrando la brecha entre grandes y pequeñas?

usa récords
AUCKLAND, NEW ZEALAND - JULY 22: Rose Lavelle of USA and Hoang Thi Loan of Vietnam shake hands after the FIFA Women's World Cup Australia & New Zealand 2023 Group E match between USA and Vietnam at Eden Park on July 22, 2023 in Auckland, New Zealand. (Photo by Phil Walter/Getty Images)

Hasta ahora, era una afirmación que sonaba a evidencia: cuando juega Estados Unidos, los récords se rompen. Lo lleva haciendo desde 1991, cuando ganaron el primer trofeo. Y lo volvió a hacer ocho años después, cuando 90.185 personas llenaron el Rose Bowl para ver a Brandi Chastain regalarle al mundo una de las imágenes más icónicas del deporte. 

Lo han hecho muchas veces más, y se esperaba que en su debut en este Mundial volvieran a hacerlo después de haber firmado la mayor goleada en la historia de los Mundiales. En julio de 2019, en la primera jornada de la anterior edición mundialista, disputada en Francia, se enfrentaron a Tailandia, selección que llegaba a la mayor fiesta del fútbol por primera vez en su historia. 

Se sabía desde el inicio del certamen que las norteamericanas saldrían al césped con una sola cosa en la mente: ser bicampeonas, después de levantar la copa en Canadá’15. Y así fue como dieron el primer paso para cumplir su promesa. 

13 goles. Esa fue la cifra que el equipo de los Estados Unidos le anotó a Tailandia. Después de la gesta, muchos acusaron a las jugadoras de no tener piedad y ser anticompetitivas. Pero muchos otros, en cambio, aplaudieron su profesionalismo y el hecho de tomarse las cosas en serio, como sólo se puede hacer en un Mundial. 

Era la primera vez que Tailandia jugaba una Copa del Mundo. Llegaron después de sorprender en la Copa Asiática de 2018, empatando con las actuales coanfitrionas. También lo hicieron con apoyos externos ya que, como sigue ocurriendo hoy con muchas otras federaciones, no recibieron apoyos oficiales. Su mera clasificación para el Mundial, teniendo en cuenta ese contexto, ya fue vista como un logro memorable.

 

Cuando acabó el Estados Unidos-Vietnam (3-0), muchos no podían creer que las grandes favoritas solo hubieran ganado por tres goles de diferencia, diez menos que en su debut de hace cuatro años

 

El contraste de su realidad con la de la selección de las Barras y las Estrellas es algo que se sigue viendo en el fútbol actual. Hay muchas selecciones modestas cuyas federaciones les dan la espalda, dejándolas a su suerte y a lo que el público pueda hacer por ellas. Mientras unas cosechan estrella tras estrella en sus escudos gracias a que pueden concentrarse solo en el balón, otras se conforman con festejar la oportunidad de subirse a un avión para ir a jugar a fútbol a la otra punta del mundo.

Cuatro años después de aquella goleada en Francia, la historia volvió a repetirse. Estados Unidos quedó en un grupo con Países Bajos, además de las debutantes Portugal y Vietnam. Si bien el plato fuerte del grupo es el rematch de la final de Francia’19, muchas personas ya estaban apostando para ver si el cuadro norteamericano rompería su propio récord ante la humilde selección asiática. 

Las apuestas iban desde los 20 goles, los 15 o, como mínimo, igualar los 13 que les endosaron a las tailandesas. Hubo personas más prudentes que dijeron que sólo anotarían diez contra las vietnamitas. El partido inició y, para sorpresa de muy pocos, Sophia Smith, delantera de los Portland Thorns destinada a marcar una época rompiendo las redes, abrió el marcador, anotando dos veces en el partido.

La nueva capitana del USWNT, Lindsey Horan, cerró el día con un tercer gol que puso a Estados Unidos en la cima del grupo E. Muchos celebraron, muchos otros criticaron. No podían creer que las grandes favoritas solo hubieran ganado por tres goles de diferencia, diez menos que en su debut de hace cuatro años. 

Voces de expertos intentaron explicar de arriba abajo el resultado. Muchos lo justificaron, otros hablaron de temas tácticos, todos centraron sus discursos en las campeonas, tratando de analizar qué no habían hecho bien para no ganar por más goles. Pero muy pocos hablaron del rival que tenían enfrente.

 

El Mundial acaba de empezar y puede que aún no sepamos cuál es la selección mejor colocada en la carrera por el título, pero una cosa está clara: la brecha entre selecciones se está empezando a cerrar

 

Llevamos nueve días del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, puede que aún no sepamos cuál es la selección mejor colocada en la carrera por el título, pero una cosa está clara: la brecha entre selecciones, aunque todavía se mantenga una distancia lógica, se está empezando a cerrar.

Filipinas ganando a la coanfitriona Nueva Zelanda; Noruega, en el momento de escribir este artículo, última de grupo; Haití plantándole cara a la campeona de Europa, Colombia y Brasil reivindicando su ilusión por superar rondas, Jamaica sumando su primer punto ante una de las favoritas… La locura y las sorpresas están zarandeando la fase de grupos del Mundial, y no parece que la dinámica vaya a invertirse.

Falta mucho para ver cómo esa brecha mencionada antes se cierra completamente. Tal vez nunca pase, porque las grandes seguirán invirtiendo y haciendo cosas para mantenerse en la cúspide. Pero hoy existe un poco más de esperanza de que eso ocurra que hace cuatro veranos. 

Tailandia seguirá siendo la selección más goleada en un Mundial. Siempre se recordará ese ’13’ en el casillero. Pero gracias a la exposición, la inversión y la visibilidad que han acompañado estos últimos años al fútbol femenino, se espera que ese récord sea uno que jamás se rompa. 

 


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Fotografía de Getty Images