Cerca de Girona, nos recibió en el #Panenka66 [Septiembre 2017] el entrenador que ha puesto al fútbol en el mapa de un territorio que huele a mar, a montaña y a alta cocina. Pablo Machín (Soria, 1975), quien acaba de firmar por el Sevilla, deja la entidad catalana tras cuatro temporadas en las que se han ido superando una tras otra. El soriano cambia de banquillo, tendrá que mirar a cotas más altas, pero no modificará su manera de ver este deporte. Conversamos con él un rato largo. Nos habló de ir contra la lógica aplastante, de las diferencias que separan la Primera de la Segunda División, del hambre por mejorar cada día, de ese esquema de juego tan característico que ha hecho que los aficionados rojiblancos fantaseasen con viajar por el Viejo Continente a través de las vías de la Europa League y del tipo de vestimenta que le hace estar más cómodo y con la que se identifica.
¿Qué recuerdos tiene de la victoria de Islandia ante Inglaterra en la Eurocopa de hace dos años?
No lo vi porque cuando estás tan saturado de fútbol lo que quieres es desconectar. Pero me recordó a Dinamarca cuando ganó la Eurocopa [1992]. El fútbol es el deporte rey porque esto puede suceder. En otros deportes, un equipo eminentemente inferior no va a ganar nunca a un equipo muy superior. Y en el fútbol hay veces en las que sí sucede.
¿Y eso está pasando más en los últimos años porque hay una serie de medios para que el equipo pequeño esté tan preparado como el grande?
Ahora quizá todos estemos mucho mejor formados, entrenadores y, por supuesto, jugadores. Ahora hay muchísimos futbolistas buenos, y hay menos muy buenos. Esos muy buenos, los pueden fichar los grandes equipos. Y, luego, en general, todos los equipos tienen buenos futbolistas. Y cuando estos están bien dirigidos, motivados, tienen un buen ambiente, todo confluye, y puedes competir con equipos mucho más grandes que igual puedan tener más presión, que puedan tener más problemas entre sus estrellas, que hayan sufrido lesiones que les hayan afectado mucho…
¿Siente que el Girona va en contra de los tiempos?
Llevamos muchos años yendo en contra de la lógica. Para bien y para mal. Porque no hemos sido nunca un equipo claramente candidato a subir a Primera, nos lo hemos ido ganando poco a poco. Pero luego, también, cuando mejor lo teníamos, lo dejamos escapar. Somos sensatos, sabemos de dónde venimos. A partir de ahí, la ambición, que ya me encargo yo de transmitirla, es máxima.
“No vi a Islandia en la Euro, porque cuando estás tan saturado de fútbol lo que quieres es desconectar”
Eibar y Leganés son los casos parecidos más recientes. ¿Qué lección saca de ellos?
Nos gustaría mantenernos como sea. Como el Eibar, que tuvo una grandísima suerte con el descenso del Elche. Y a partir de ahí, ir consolidándonos. El Leganés tiene mucho mérito porque ha podido salvar la categoría. Pero consolidarse es lo que ha podido hacer el Eibar, con una clasificación bastante holgada, y pudiendo optar, por qué no, como ha estado muchas jornadas, a mirar los puestos de Europa League. Aunque para nosotros, lo ideal sería repetir el caso del Villarreal.
¿Qué elementos en común hay entre Eibar, Leganés y Girona? Se nos ocurren tres: el primero, entrenadores jóvenes que habían tenido carreras futbolísticas modestas, pero muy metódicos y preparados, que estudian, analizan y comunican.
El entrenador español, en general, está muy bien formado. En España se exige mucho esfuerzo a los que llegamos hasta aquí, hay una selección natural. Puede que hayamos tenido cierta suerte, pero lo que seguro que hemos tenido ha sido una implicación máxima. Eso hace que cuando llegas, estés lo suficientemente preparado para sacar el máximo rendimiento a los mimbres que tienes. Quizá otros entrenadores que han sido futbolistas de élite no tienen ese bagaje. Han vivido la élite como futbolistas, pero los vestuarios tienen egos en Segunda B, en Segunda y en Primera.
El segundo punto en común es la gestión. Son tres clubes sin una gran inyección económica, y han controlado bien la agenda de Segunda B y Segunda, y de esa manera son capaces de trepar por encima de equipos con más presupuesto.
Cuando tienes dificultades te tienes que reinventar y ser un poco más intuitivo que los demás, asumes más riesgos. Si estás con un equipo en ley concursal y estás en Segunda, tu mercado está en Segunda B, y vender a esos jugadores que se pueden revalorizar. Siempre he creído en el hambre de jugadores necesitados que quieran demostrar algo.
El último paralelismo relevante es el hecho de que los tres equipos que habéis subido a Primera sois de territorios que ya pertenecían a otros clubes.
La afición del Eibar, al ser de la región de donde vienen, sí que es futbolera, y seguramente son del Eibar de siempre. En Leganés supongo que serán más del Madrid y del Atleti, y un poco del Lega. Y con nosotros es parecido, también. La gente aquí es del Barça, muy pocos del Espanyol. Y del Girona… Ahora ya vienen los niños con la camiseta del Girona. Nos ha costado mucho, y lo tenemos que seguir incentivando porque es la semilla del futuro. Tenemos dificultades al estar a la sombra del Barcelona, pero ahora a ver si podemos ver un poquito más la luz.
¿La ventaja de estar en un equipo modesto es tener un proyecto propio y poder trabajar con algo más de paciencia y confianza?
Creo que ‘ventaja’ y ‘equipo modesto’ no tienen mucha relación. Además, partimos con una desventaja grande, a parte de las diferencias económicas: la experiencia. Pero sí que tenemos claro cuál es nuestro objetivo, no nos volvemos locos, sabemos que la gente que lleva el club es, como solemos decir, gente de fútbol, sensata; que los nuevos propietarios dejan hacer y no son el típico presidente que pide explicaciones en caliente…
¿En qué se diferencia el fútbol de Primera del de Segunda?
En Primera hay un fútbol mucho más de control, hay jugadores que tienen mucha calidad y que en los últimos metros son letales. Un error que cometas en defensa, en Primera tienes un 50 por ciento de posibilidades de que repercuta en gol. En Segunda División, quizá sea un gol de cada tres errores. Segunda tiene un fútbol más de transiciones, más de aprovechar los errores del rival.
¿Quién decide los fichajes en un club como el Girona?
Cuando surge una o varias posibilidades que pueden encajar, Quique [Cárcel, director deportivo] me lo comenta y yo le doy mi opinión. Al final él es quien decide, porque además tiene información en cuanto al tema económico, pero antes de hacer el fichaje, siempre pasa por mí. Si hay algún jugador que yo intuya que pueda ser accesible o asequible para nosotros, se lo digo. Hoy en día no cuesta mucho mirártelo, y en diez minutos, ver si puede encajar o no. ¿Que sí? Pues en vez de esos diez minutos, va a ser otra media hora. ¿Que no? Pues ya lo desechas.
Hablando de fichajes y refuerzos, ha aparecido el Manchester City y sus cedidos. ¿Qué es lo mejor de tenerlo como aliado?
Que estás dentro de un gran grupo, que te puede ayudar un equipo que es de lo mejor del mundo. Pep [Guardiola], en una entrevista, fue muy franco: si querían que se salvara, el Girona no podía ser un club para hacer experimentos, para que viniera cualquier tipo de jugador. El City no va a fichar a un jugador de 28 años para cedérnoslo a nosotros, pero sí a chicos que tengan potencial y a los que nosotros podemos ayudar.
¿Ese acuerdo puede llegar a tener un reverso negativo, y que el Girona pierda su personalidad?
En ningún momento se puede decir que somos un filial. Si te soy sincero, no sé exactamente qué contratos hay. Y eso es bueno, porque quiere decir que me dejan trabajar, porque a mí nadie me ha dicho ‘Pablo, tienes que jugar de esta manera’ y ni mucho menos ‘este jugador va a tener que jugar’.
“Creo que la imagen del entrenador puede ser mejor llevando lo que se pondría un día que saliera a cenar con unos amigos”
¿Cómo sería Pablo Machín si fuese entrenador del City?
Ni siquiera me lo quiero plantear. Porque una de las cosas que me han llevado hasta aquí es ser una persona con mucho sentido común y a marcarme retos a corto plazo, realizables. Hasta ahora he evolucionado mucho, pero como lo hacemos todos en la vida. Me considero un entrenador mucho más maduro que lo que era cuando empecé en el Numancia. Y lo que he pasado aquí en Girona ha sido un máster multiplicado por tres.
¿Conoce el PC Fútbol? Es que está realizando lo que mucha gente hacía en ese juego: coger a un equipo en Segunda, subirlo a Primera, ampliar el estadio…
Si te digo la verdad, habré jugado una o dos veces a la consola. Soy más de la Liga Fantástica de Marca. Cuando empezó, con los amigos de la universidad hacíamos la nuestra. Éramos diez. Y los cinco que quedaban por debajo pagaban una cena a los de arriba. Seguramente alguna habré pagado.
Garitano no llevaba traje en Leganés porque dice que ese no es el estilo de la ciudad. ¿Diría que su estilo es gironí?
Tienes que ir normal, como tú te sientas bien. A mí no se me ocurriría ir con pantalón corto en invierno o llevar algo estrambótico.
Pero tampoco en chándal.
He ido en chándal, sobre todo por comodidad, cuando estaba en el Numancia, pero creo que la imagen del entrenador puede ser mejor llevando lo que se pondría un día que saliera a cenar con unos amigos: una americana, unos chinos, zapatillas o zapatos… La imagen es importante hoy en día pero tampoco tiene que ser determinante. Un entrenador no es mejor o peor porque vaya en chándal o en esmoquin. Tengo que dar una imagen con la que me sienta cómodo.