La gran protagonista del #Panenka62 es la Segunda División española, a la que le dedicamos un dossier compuesto por reportajes, fotografías, gráficos y algunas entrevistas. Una categoría que, en bastantes ocasiones, se ha comparado con el infierno, pues muchos equipos acaban cayendo en ella cuando no han hecho las cosas correctamente en Primera.
Como en la mayoría de las veces, la portada del nuevo número también quisimos que estuviera asociada con la temática central del mismo. Y así fue como contactamos con la genial ilustradora Natalia Zaratiegui y le expusimos nuestra idea para la portada: la Segunda División representada como un infierno en el que suceden cosas de todo tipo, no siempre tristes y sórdidas.
Lo que queríamos plasmar en la portada, y así se lo comentamos a Natalia, era el infierno de Dante trasladado al fútbol, con varios niveles distribuidos en una estructura de triángulo invertido, y que en cada uno de ellos hubiera una pequeña representación de la realidad actual de la Segunda División.
A continuación os detallamos las imágenes o metáforas que componen el dibujo en cuestión, nivel por nivel, empezando por el superior y acabando en el más bajo.
1- En la parte de superior, fuera ya del infierno, un estadio reluciente, lleno de luces y de pomposidad. Representa el gran espectáculo de Primera División. Un lugar a donde muchos quieren llegar y otros quieren regresar. Junto a ese estadio, también destacan dos futbolistas de dos equipos que consiguieron escalar rápidamente de las entrañas del fútbol español hasta alcanzar su cima: Eibar y Leganés. Ambos esperan a la salida del túnel a que aparezca el siguiente en subir. Y, ya para acabar, dos tipos trajeados a los que se les escapan los billetes de la mano y del maletín, símbolo del mayor músculo económico que posee la Primera y su tendencia al despilfarro.
2. El segundo escalafón está ocupado únicamente por jugadores del Levante, que ahora mismo es el conjunto que tiene más opciones de asegurar su regreso a la élite por la vía rápida, sin tener que disputar play-off. Todos ellos dan balonazos contra el techo, intentando destruir la única barrera que les separa de Primera.
3. En este nivel aparecen un puñado de entrenadores de Segunda (unos vestidos con traje, otros con chándal, algunos más jóvenes, otros más mayores), haciendo cola en el INEM. Por su carácter volátil e incierto, Segunda División es una trituradora de entrenadores. También llama la atención un tipo con pinta de directivo trabajando en un escritorio con un ordenador y varios teléfonos. Muy estresado y con muchas cosas a las que atender.
4. En este cuarto escalón se combinan diversas imágenes. Por un lado tenemos a un futbolista del Rayo Vallecano (con la característica camiseta de la franja roja), un club al que el descenso le ha sentado mal, siendo atravesado por un rayo. También otro del Girona que carga con una piedra enrome en la que pone ‘play-off‘, pues a la entidad catalana se le ha atragantado durante los últimos años esta fórmula de ascenso. Y finalmente varios jugadores del Reus celebrando un gol (con las fachadas de los edificios de su ciudad detrás), metáfora del éxito de las ciudades pequeñas y los pueblos en Segunda.
5- Varios componentes del Real Oviedo (vestidos con el azul clásico del club) intentan llegar al nivel superior escalando, después de muchos años de espera y problemas. En este apartado del dibujo también se ubica un técnico con una gran pizarra en la que hay una formación de fútbol, llena de flechas y variantes. Junto a ella, una mesa con probetas y liquidos extraños, necesarios para buscar la fórmula mágica que te permita como equipo subir de categoría. No en vano, Segunda División se ha convertido en un banco de pruebas en el que jóvenes entrenadores con ganas de comerse el mundo ponen en marcha todo su potencial.
6- El penúltimo escalafón está ocupado por dos maniquís (uno ataviado con la camiseta del Barça y otro con la del Madrid) y delante de ellos dos aficionados que han acudido a una tienda para comprarse alguna de las prendas expuestas. La idea es representar el concepto de que, cuando una entidad baja a Segunda y atraviesa malos momentos, muchos de sus aficionados deciden ‘pasarse’ a alguno de los equipos grandes.
7- En el séptimo y último nivel, las llamas engullen a una serie de futbolistas de varios conjuntos históricos de nuestro fútbol que, después de descender, no están consiguiendo huir de una categoría en la que el pasado no te vale para nada.