“La idea de los dos socios fundadores fue la de crear una colección de carteles sobre equipos de fútbol que se pudieran colgar en el salón de casa sin poner en riesgo el matrimonio”. John Paul Stallard y Rob Duncan trabajaron esta idea algo utópica desde San Francisco. Y el plan les salió redondo. Diseñaron un cuadro para cada equipo de la Premier League (la competición de la que eran forofos), pudieron mantener sus relaciones sentimentales -ninguna pareja les impidió colgar sus obras en los salones de sus casas- y, por si fuera poco, convirtieron su pasión en el negocio de sus vidas. Por eso no es de extrañar que Pablo Juncadella y Marc Català, diseñadores y compañeros en Mucho Estudio, decidieran tomar el relevo y llevar esta iniciativa a España. “Y el éxito ha sido tal, que ya nos planteamos lanzar una nueva serie para el Mundial de 2014”, confiesan.
Panenka se aproxima a estos dos diseñadores en la sala Mitte , situada en el barrio barcelonés de L’Eixample y que da cobijo a exposiciones como la de ‘Mucho’ y otros artistas contemporáneos con ganas de darse a conocer. La conversación tiene lugar entre chasquidos de tazas, aroma a café y bostezos de quienes madrugan para desayunar entre cuadros. “Nuestra iniciativa parte con la voluntad de ofrecer una mayor carga cultural al mundo del fútbol, al que a veces se tiende a encasillar en un universo demasiado vulgar”, expone Catalá. La sala Mitte ejerce de aliado. Café, modernidad, arte… y fútbol. Una mezcla perfecta.
Así como los propulsores de la iniciativa de Art of Sport en San Francisco centraron sus esfuerzos en los principales clubes de Inglaterra, sus homólogos españoles han apuntado directamente al corazón de la Liga. Todos los diseños realizados son fruto de una mixtura especial: una dosis de historia de cada entidad, otra de anécdotas curiosas y finalmente un toque de humor. El resultado es una edición limitada bañada en arte minimalista. Hay cuadros de todo tipo. Desde la ‘particular venganza’ de los ‘periquitos’ del Espanyol a Colón al tetrabrik bético que recuerda aquella vez en la que un aficionado andaluz se las ingenió para entrar con un difunto al estadio.
Siempre pensando en cómo mantener viva la pasión del aficionado por sus colores, el objetivo pasa por integrar el arte y el diseño al sentimiento más irracional. “Con el paso de los años readaptas este sentimiento, pero no lo haces desaparecer. Si tu equipo pierde, quizás ya no dejarás de cenar un domingo. Pero seguro que comerás un poco menos”, sentencia Juncadella. Basta con echar un vistazo a algunos de los cuadros que se pueden observar en el video para acabar de entenderlo.