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La tecnología en el fútbol y la emoción que nos humaniza

Vivimos una época de muchos cambios. La llegada del VAR plantea al fútbol nuevos escenarios y le exige otro tipo de profesionales


La hemeroteca del pasado Mundial de Rusia puede parecerse a la de otros, pero hay escenas nuevas, inéditas, que forman ya parte del imaginario colectivo y del modo en el que se vive la competición. La tecnología VAR ha ganado protagonismo, la cámara sigue al árbitro esos segundos en los que parece consultar al oráculo, mientras en el campo, los jugadores contienen el aliento a la espera de la decisión que puede cambiarlo todo. De modo que ya no son solo los jugadores los que acaparan titulares; el VAR ha llegado con nuevas reglas de juego para un fútbol en el que el impacto tecnológico resulta indiscutible.


Sin duda, la aparición del VAR añade otra perspectiva al fútbol y esos segundos en los que la tecnología tiene la última palabra recuerdan a aquellos tiempos remotos y analógicos en los que el pulgar en alto o en bajo sentenciaba a los gladiadores romanos a la gloria o al infierno. En el caso del VAR no hay cabida para las interpretaciones, ya que el árbitro (ahora con más recursos a su disposición) ejerce de emperador en un terreno de juego en el que los jugadores piden clemencia tras cualquier jugada polémica.

Pero el sistema VAR nos sólo está influyendo en el desarrollo del juego y el arbitraje, sino que su despliegue –principalmente digital (sensores, etc.) y audiovisual (cámaras o intercomunicación árbitros)- está cambiando además la forma en la que se vive el futbol desde dentro.

En otros deportes como el tenis (a través del ojo de halcón), el baloncesto o el fútbol americano, la tecnología se ha convertido en un actor más en el desarrollo de la competición, mientas que en el entorno del futbol se ha sido más reticente a la novedad y su llegada se ha hecho esperar. Parece, sin embargo, que esta última Copa del Mundo que la selección francesa levantó al cielo de Moscú marcará un punto de inflexión y a partir de ahora el VAR se convertirá en un sistema mayoritariamente asumido por las principales ligas del mundo.

Un sistema que como consecuencia está generando la aparición de nuevos perfiles profesionales en el mundo del fútbol con habilidades específicas para llevar esta tecnología al terreno de juego. El VAR necesita de las cámaras, así como la tecnología semiautónoma (SpiderCam) o los manipuladores de las cámaras y realizadores que tengan ante sí el reto de confluir el VAR con la retransmisión del partido. Y siguiendo la tendencia, la tecnología precisa nuevos perfiles, capaces de conocer no solo el funcionamiento técnico, sino su implicación y trascendencia dentro del ámbito de cada partido. Es preciso formar a profesionales capaces de entender que la irrupción de la tecnología implica que la industria del deporte cuenta con más recursos, pero que en ningún caso sustituyen al factor humano. Eso sí, la exigencia es mayor y la adopción de nuevos recursos exige una capacitación y especialización que permitan dar valor añadido a esos nuevos roles que trae consigo la apuesta tecnológica.

 

El VAR está generando la aparición de nuevos perfiles profesionales en el mundo del fútbol con habilidades específicas para llevar la  tecnología al terreno de juego

 

En este sentido, se hace necesario contar con una formación ad hoc, específica, transversal y especializada para quienes quieren dedicarse profesionalmente a esta apasionante industria. Un planteamiento que se sigue en firme desde la Escuela Universitaria Real Madrid- Universidad Europea donde se trabaja desde la vanguardia para detectar estas nuevas demandas profesionales de la industria del deporte reclama. En el contexto actual, la manera en la que se profesionaliza el mundo del deporte hace imprescindible apostar por profesionales con nuevas habilidades y con capacidad de innovar.

Los estudiantes de la que es desde 2006 la primera escuela de estudios de postgrado especializada en deporte y su relación con la gestión, la salud, la comunicación y el ocio, encuentran en sus aulas una vía profesional abierta a innumerables perfiles. Así, la introducción de tecnologías como el sistema VAR, la gestión del Big Data, la estadística avanzada o la gestión digital de contenidos para el público son temáticas que se imparten en las aulas del madrileño campus de Alcobendas. Desde las aulas de Madrid, pero con una perspectiva internacional, ya que hoy en día la Escuela está ya presente en 12 países de 4 continentes distintos, forma en sus aulas a más de 1.200 estudiantes cada año y cuenta ya con más de 9.000 Alumni a nivel internacional.

Hablábamos de las novedades tecnológicas de este pasado Mundial porque el despliegue en este sentido en Rusia fue incuestionable. Desde que comenzó el torneo comprobamos además como el VAR es un sistema que afecta también a los espectadores que siguen un partido a través desde sus pantallas. Algo que nos obliga también a prestar atención a otros perfiles involucrados como los profesionales del Periodismo y la Comunicación Deportiva, por ejemplo (Top 5 de su especialidad en el ranking de ‘Mejores Másteres 2018’ de El Mundo). Todos ellos tienen ante sí un nuevo desafío con el que tendrán que lidiar, pero gracias al cual, también tendrán que aportar conocimiento y oficio.

Por ello es tan necesario trabajar desde la formación; para aportar a la industria deportiva los profesionales que reclaman los nuevos tiempos. De hecho, los estudiantes que hoy se forman en la Escuela Universitaria Real Madrid- Universidad Europea vivirán desde primera línea estos cambios que, en el fondo, ya son una realidad. Así, serán capaces de adaptarse a lo que supone la aparición de los nuevos estadios del siglo XXI, como el “nuevo Anoeta”, que renacerá tras el reciente acuerdo entre la Real Sociedad y Microsoft. Los nuevos profesionales que salgan de las aulas de la Escuela serán capaces de entender qué supone para la industria la llegada de estos nuevos “estadios conectados”, en toda su extensión y lo que implica llevar el espectáculo del fútbol a otro nivel. Ellos habrán adquirido las habilidades y destrezas que les permitirán gestionar los datos en estos nuevos estadios, y conocer las necesidades del nuevo espectador –físico o digital- que formará parte de ello.

Al margen de polémicas a pie de campo y veredictos a golpe de plano, la industria deportiva marca un ritmo trepidante para el que se precisan profesionales cualificados, personas competitivas capaces de liderar los cambios. Estamos ante una industria que se reinventa, da vueltas de tuerca, y emociona a unos y a otros. Estamos obligados a avanzar con ella tan deprisa como podamos.