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John Bostock: la cara menos conocida del fútbol

John Bostock es uno de los tantos juguetes rotos que ha dejado y dejará siempre el fútbol. Esta es la historia de aquel inglés al que, con 14 años, quería toda Europa

El fútbol está repleto de grandes historias de éxito, con final feliz, en las que los futbolistas alcanzan la gloria. Pocas veces las historias se cuentan a través de la mirada de futbolistas que han fracasado o han tomado malas decisiones a lo largo de su trayectoria deportiva. Es por ello que John Bostock, futbolista de 28 años, que actualmente se encuentra sin equipo, ha querido contar su experiencia en una entrevista a BBC Sport.

Nacido en Camberwell, distrito del sur de Londres, Bostock se unió a las categorías inferiores del Crystal Palace, el club que él y su familia animaban desde siempre, cuando tenía cinco años. Técnicamente talentoso y con un guante en la pierda izquierda, el londinense jugaba contra jugadores tres o cuatro años mayores. Al poco tiempo fue catalogado como una de las grandes jóvenes promesas de su generación. De hecho, con 14 años llamó la atención de los mejores clubes del fútbol europeo. “Barcelona, ​​Real Madrid, Inter, Manchester United, Chelsea, Liverpool: el quién es quién del fútbol europeo”, señala Bostock en la entrevista con la división deportiva de la cadena británica.

Uno de los clubes que más apostó por Bostock fue el Barcelona, favorito a ganar todos los títulos cada temporada, según Betway apuestas en línea. El club azulgrana ofreció al futbolista londinense un contrato de 10 años y, además, como Ronaldinho era su jugador favorito en esa época, le envió un cartel firmado por el brasileño. “Todavía lo tengo en mi casa de Londres”, reconoce Bostock. A pesar de la oferta, nunca llegó a completarse la operación, ya que su familia no podía costear su traslado a la Ciudad Condal, por lo que acabó fichando por otro club de la capital de Inglaterra: el Tottenham Hotspur.

Antes de fichar por los ‘Spurs‘, Bostock se convirtió, con 15 años, en el futbolista más joven en debutar con el Crystal Palace en un partido ante el Watford FC en 2007. “Recuerdo que era demasiado joven para cambiarme en el mismo vestuario que mis compañeros porque todavía era menor de edad”, afirma el londinense en declaraciones a BBC Sport. Poco después se marchó al norte de Londres, ya que su familia y su agente pensaron que lo mejor para su carrera era fichar por el Tottenham. “Si soy honesto, realmente no tenía voz. Tenía 15 años, vi papel sobre la mesa y me dijeron que lo firmara”. El joven centrocampista debutó con el Tottenham en la Copa de la UEFA contra el Dinamo Zagreb en 2008, con 16 años y 295 días, convirtiéndose también en el jugador más joven en vestir la camiseta del equipo ‘Lilywhite’.

Once clubes en once años

Más allá de su debut testimonial, el londinense fue incapaz de hacerse un hueco en el primer equipo del Tottenham. En aquella época, los ‘Spurs’ competían por los puestos europeos, según Betway, y contaban con futbolistas como Luka Modric, Gareth Bale o Robbie Keane. Por este motivo, Bostock tuvo que buscarse los minutos en otro club. Durante sus cinco años en el Tottenham estuvo cedido en varios clubes: Brentford, Hull City, Sheffield Wednesday, Swindon Town y Toronto. Unas cesiones en las que se cuestionó su calidad como futbolista. Tanto es así que, cuando terminó su contrato con los ‘Spurs’ en el mercado de verano de 2013, se planteó su futuro en el fútbol. Finalmente, el londinense continuó su carrera en Segunda División de Bélgica vistiendo la camiseta del Royal Antwerp.

Tras su paso por el fútbol belga, Bostock jugó en Francia (Racing Club de Lens y Toulouse), Turquía (Bursaspor) y regresó a Inglaterra (Nottingham Forest). Todos ellos clubes sin grandes aspiraciones en sus respectivas competiciones, como se puede comprobar en Betway. En total, 11 clubes distintos en los últimos 11 años de su trayectoria deportiva. “Mi esposa y yo nos hemos convertido en expertos en preparar una maleta en poco tiempo”, bromea. Actualmente vive en Inglaterra y está sin equipo. El centrocampista inglés representa la cara menos conocida del fútbol, siendo uno de los protagonistas de esas historias que no siempre tienen un final feliz.