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Solo media hora

Antoine Griezmann, en una maniobra de Monopoly, está condenado a jugar pocos minutos, una rutina que el francés está aprovechando con goles y buen juego

Imagina que sales de casa y te dicen: “Te quedan 30 minutos de vida”. ¿Qué harías? Podrías comer en tu restaurante favorito. O pasar media hora mágica con tu pareja. A lo mejor prefieres pasarlo solo y esperar el momento. Porque, total, 30 minutos es poco más que el 2% del día. No da tiempo a nada, ¿verdad? Bueno, en bastante menos, Beatrice Straight ganó un Oscar a mejor actriz de reparto por su papel en Network. Su actuación, la más corta en conseguir una estatuilla, duró cinco minutos y 40 segundos.

Ese nivel de excelencia es el que está teniendo que alcanzar Antoine Griezmann. Griezmann el ‘Breve’, habrá que empezar a llamarlo. En una de esas maniobras más propias del Monopoly que de un deporte en el que antes se ponían a los mejores, el delantero francés está condenado, un poco por su club y un poco por el capitalismo, a jugar solo media hora en cada partido. Así lo ha hecho en las cuatro primeras jornadas. Para Simeone, llamar a Griezmann es consultar al 112, llamar a Griezmann es bajar a la gasolinera a por queso rallado un domingo, llamar a Griezmann es, de momento, una solución de urgencia.

“Soy un hombre de club”, dijo el ‘Cholo’ cuando le preguntaron sobre el tema. El técnico argentino se ve forzado a usar solo un rato a su jugador favorito, como cuando tus padres te ponían hora límite con la play. Y la respuesta del ‘Principito’ está siendo fabulosa. Gol ante el Getafe, tanto decisivo contra el Valencia y siempre algo que aportar en esa media hora de juego. Griezmann está siendo el amigo que llega el último y se va el primero, pero el que trae y se lleva la fiesta.

 

Media hora es poco tiempo, pero de momento a Griezmann le está rentando. No está siendo el mejor jugador de la Liga, pero sí el mejor suplente

 

En un mundo burocrático, Griezmann despacha los trámites a machetazos. No hay planteamiento, nudo y desenlace. Todo es acción. Es una canción en la que solo hay estribillo. Un poema de un verso. Una pistola de un tiro. La vida del ex del Barça se ha vuelto repetitiva. Sale a calentar en el mismo minuto, salta al campo en el mismo minuto. Si la lía, marca o hace un partido pésimo, de momento da igual. En el minuto 63, Griezmann acabará de saltar al campo. La rutina tiene mala prensa en agosto, pero todos la abrazamos cuando se va el sol. Y que nada cambie pase lo que pase no tiene por qué ser una mala noticia.

Media hora es poco tiempo, pero de momento a Griezmann le está rentando. No está siendo el mejor jugador de la Liga, pero sí el mejor suplente. La media hora del ‘colchonero’ es el mejor resumen de un mundo en el que un libro de 400 páginas ya es largo, un vídeo de dos minutos lo dejamos para después y el titular de las noticias nos sirve para informarnos. Un reels en el césped y unos highlights en directo. Si algún día te dicen que te queda media hora de vida, afróntala como Griezmann.

 


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Fotografía de Getty Images.