Llega un día en que te emancipas. Al principio parece que todo funciona como la seda: cocinas, pones lavadoras, limpias y te va todo de lujo. Pero de repente un pequeño detalle te hace explotar, y para solucionarlo tienes que volver a los orígenes, pedir ayuda sobre cómo narices se plancha un pantalón con la raya perfecta o cómo hacer para que las lentejas te salgan igual que a tu abuela. Eso es lo que le ha ocurrido al Everton: ha tenido que llamar a Sean Dyche y volver a los orígenes para intentar salvar la categoría. El club ‘toffee’ intentó en los últimos años un cambio de dinámica para que el club evolucionara y no se quedara anclado en un fútbol cada vez menos practicado en la máxima división inglesa. Tras el fracaso de esta transición, se ha visto obligado a recurrir a uno de los mejores exponentes de ese juego que querían dejar atrás para tratar de revertir la situación que vive el club azul de la ciudad de Liverpool.
En los 90 y los 2000, Sean Dyche era un central duro, no excesivamente alto, pero un auténtico ‘canchero’ a quien no le daba miedo meter la pierna fuera quién fuera el atacante. Pasó la mayor parte de su carrera entre segunda y tercera división, en clubes como el Chesterfield, el Millwall, el Watford y el Northampton. Siempre jugó a un fútbol clásico, y es el estilo que hoy trata de plasmar. Recientemente, se ha hecho viral un vídeo de Dyche lanzando una pena máxima con el Chesterfield y que la afición inglesa apodó como el penalti más brexit de la historia. El mote que recibió el lanzamiento se debe a que el balón sale directo y duro al centro de la portería. Debutó como entrenador en el Watford, su exequipo y uno de los banquillos más movidos de Inglaterra. En la temporada de debut consiguió la mejor posición liguera del club en cuatro años, pero un problema con la directiva le hizo irse del equipo. De ahí pasó al Burnley, donde se convirtió en leyenda. En su primera temporada al frente de los ‘Clarets’ ascendió a la Premier League, y a pesar de que no lograron salvar la categoría, le mantuvieron en el banquillo. Consiguió volver a subir al año siguiente, y mantuvo al equipo en la primera división hasta su despido la pasada campaña. Durante su estancia en Burnley, logró quedar séptimo, posición histórica para el club en la era Premier League, y clasificó al equipo para disputar la Europa League tras 51 años sin pisar Europa, aunque no logró llegar a fase de grupos, tras caer frente al Olympiacos. Su etapa en el banquillo ‘Claret’ se caracterizó por un juego directo, efectivo y que daba importancia a las bandas. Todo ello con una escasa inversión financiera. El Burnley en ese momento estaba en manos de Mike Garlick y John Banaszkiewicz, unos empresarios locales con recursos limitados. El objetivo principal de los directivos era tener unas cuentas saneadas. La poca ayuda que recibía tentó a Dyche a dejar el cargo en varias ocasiones, pero nunca lo hizo. El año pasado, unos empresarios estadounidenses compraron la entidad, y prescindieron de Dyche de forma injusta a ojos de la afición. Es recordado como uno de los mejores técnicos del club, y hoy hasta cuenta con un pub con su nombre en la ciudad: ‘The royal Dyche’.
Con poco presupuesto logró llevar al Burnley a Europa, ¿Podrá repetir la historia en el Everton?
El Everton lleva unas campañas sin rumbo y dando palos de ciego, y no por falta de inversión, sino por la ausencia de una dirección deportiva decente. El equipo ‘blue’ ha ido fichando entrenadores sin ningún tipo de filosofía concreta ni siguiendo un modelo de juego en particular. Eso se ve en la lista de nombres tan dispares que han pasado por el club en el último lustro: Sam Allardyce, Marco Silva, Duncan Ferguson, Carlo Ancelotti, Rafa Benítez y Frank Lampard. Para rematarlo, el club ha fichado jugadores según la conveniencia de cada técnico. Se han visto casos como el de James Rodríguez, quien firmó por el Everton cuando Ancelotti era el entrenador, y al marcharse el italiano, su sustituto, Rafa Benítez no le quería en su equipo. Salomón Rondón fue un caso igual; lo fichó Benítez y su sucesor en el banquillo, Frank Lampard, no le sacó partido. En esta ventana invernal de traspasos, el club tenía la posibilidad de buscar jugadores de presente, pero que a la vez puedan adaptarse a futuros técnicos o nuevos estilos de juego. Sin embargo, a la plantilla no ha llegado ninguna cara nueva, por lo que el técnico inglés tendrá que buscar la salvación con una serie de futbolistas que no acaban de ser de su agrado ni estilo. Hizo milagros en Burnley, tendrá que repetir la historia en Liverpool. De momento, el Everton es el primer club que tras emanciparse y casi quemar la casa haciendo unos espaguetis, ha tenido que llamar a Sean Dyche para salvar los muebles. En el primer partido frente al Arsenal, logró salvar la papeleta al derrotar al Arsenal. Veremos si les sale bien la jugada o si tienen que volver a vivir en casa de los padres y recuperarse del susto del cambio.
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Fotografía de Getty Images.