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¿Rivalidad como mero discurso?

Oribe Peralta, que ha cambiado la camiseta del América por la de Chivas, máximos rivales, ha polarizado el fútbol mexicano

Con la inesperada llegada de Oribe elCepillo Peralta al Chivas de Guadalajara procedente del América, el fútbol mexicano se polarizó: los que se ofendieron y criticaron la transacción y los que la consideraron lo más óptimo para ambos planteles.

La tarde del 17 de junio quedó marcada por la negociación directa entre América y Chivas. Oribe firmó un contrato por dos años, con posibilidad de tres según su rendimiento, que tambaleó la rivalidad que une a los dos clubes más importantes del país mexicano.

Chivas optó por añadir a su lista de refuerzos al ex mundialista pese a lo que esto implicaría en su ideología, sus valores y en sus aficionados. Tal parece que lo sentimental tendría menor peso que el bien que podría sumar este futbolista en la parte ofensiva del sistema. Si necesitaban a un goleador nato, capacitado y que acompañara a Alan Pulido y a Alexis Vega, lo tienen con el ‘Cepillo’.

A pesar del furor que causó esta compra, lo que hay que puntualizar es que América y Chivas ya no representan la rivalidad que tanto dividía al fútbol mexicano en otros tiempos. En los últimos años pareciera que este antagonismo ha disminuido y pasado a segundo plano. Quizás se recupere la tensión cuando llega la jornada en la que se enfrentan, pero ¿siguen odiándose ambas entidades?

Al parecer a los aficionados ‘tapatíos’ se les olvidó que Peralta había portado esa jersey en el 2005 cuando reforzó al equipo en la Copa Libertadores. De modo que no es la primera vez que el ‘Hermoso’, como también suelen apodar a Peralta, juega para dicho club. Este bombazo, como suelen llamarle algunos, es la clara representación de que los rojiblancos fueron a buscar al delantero que les hacía falta sin importar su procedencia al grado de hallarlo en la plantilla de las ‘águilas’. Es cierto que Peralta ya no es el mismo que el de hace diez o cinco años pero aun así, sigue siendo –quizás- el mejor atacante mexicano de la liga.

La llegada de este refuerzo causó revuelo en las redes sociales entre aficionados y ex jugadores, como Adolfo Bautista que se mostró inconforme ante esta decisión. El ‘Bofo’ aseguró que el equipo de Guadalajara no es un negocio e incluso tachó a sus dirigentes de hipócritas. Pero, ¿su molestia a qué se debió realmente: a que el club contratara a un ex militante del acérrimo rival o a su ego, teniendo en cuenta que mantuvo una pelea con Oribe el año pasado a través de Twitter?

En 2013, quizás cuando aún la pugna pesaba e imponía, Chivas comunicó vía Twitter que sus ideales eran firmes y por lo tanto sus jugadores no podrían negociar con las ‘águilas’. Pero ese irrompible vínculo quedó en un texto de 119 caracteres y con posibilidad de ser eliminado.

 

En 2013, la cuenta oficial de Chivas comunicó vía Twitter que sus ideales eran firmes y por lo tanto sus jugadores no podrían negociar con las ‘águilas’

 

Los de Coapa respondieron a la publicación y aseguraron que no había ningún interés de su parte hacia algún militante de los rojiblancos. Ah, y remarcando “Club América, actual Campeón del fútbol mexicano […]” en la primera oración del mensaje para echarle limón a la herida (o al orgullo). Seis años después la historia se invirtió y se observó que las palabras distan mucho de la realidad.

Otro de los motivos que catalizó la salida de Oribe fue que su afición e incluso su ex director técnico, el ‘Piojo’ Herrera, declararon que él nunca fue un ídolo para el cuadro americanista pese a ganar dos títulos de liga, una Copa MX y dos trofeos de la CONCACAF con el club. Así que su venta no fue un parteaguas en la historia.

Para ser francos es necesario contextualizar en qué época se desarrolla el fútbol de México para que se entienda que a veces el dinero y la necesidad de fichar jugadores no está apegado al cumplimiento de valores e ideología que el club representa. Por lo tanto es sencillo deducir que esta transacción era necesaria para ambos equipos; para el América porque significaba deshacerse de un jugador veterano y con una alta nómina y para Chivas porque podría costear ese gasto y sumar un delantero titular después de haber vendido a algunos atacantes.

Es así que este pacto entre ambas escuadras marca la delgada línea que separa a los máximos rivales de México, donde resalta que el odio y el supuesto duelo a muerte, en ocasiones, parece que quede en un mero discurso.